—Victoria enfócate.— Dice la mujer de anteojos y larga melena rojiza, estaba comenzando a perder los nervios con la paciente.— Responde lo que te he preguntado.
Una carcajada larga y burlona sale de las cuerdas vocales de la chica que estaba sentada completamente relajada sobre el sillón de cuerina negra, ya no le estaba agradando en absoluto la presencia de aquella mujer que lo único que hacía era interrogarla y anotar cosas en su estúpida libreta.
— ¿Disculpa, que me preguntaste?— pregunta mientras su rostro se vuelve completamente inexpresivo.
— ¿Dónde están Johnson y Wells?
La doctora se sienta aún más recta mientras se quita los anteojos, aquel simple gesto le hizo saber a Victoria que la mujer ya no estaba contenta y que acabaría en la habitación del silencio si no colaboraba.
El corazón de Victoria se estrujó en el pecho al recordar el cuerpo rígido de la persona que había amado, al recordar que su mejor amigo posiblemente estuviera muerto y principalmente se sentía culpable de todo lo sucedido por ser ella quién había involucrado a Penny y Chloë.
— ¿Usted cree que si yo supiera se lo diría? Que equivocada está, Señora.
La mujer asiente con la cabeza y anota algo en su libreta.
— ¿Y ahora podrías contarme con exactitud donde esta el pueblo que mencionaste?
La mirada de Victoria se oscureció, estaba comenzando a volverse realmente loca con las preguntas.
—¿Qué pueblo?— dice fingiendo confusión.
La psiquiatra suspira con cansancio, la pelinegra era como un callejón sin salida o una tumba completamente cerrada.
—¿Acaso quieres volver a ver sus fotos?— pregunta al tiempo que una pequeña sonrisa de lado aparece en sus labios.
Ese era su punto débil.
— Si le contará donde esta el pueblo todo se tornaría más oscuro y no creo que usted esté lista para saber lo que le hice a mi última psiquiatra.— la pelinegra ignora la amenaza disfrazada de pregunta.
La mujer levanta ambas cejas mientras pone punto final a lo que sea que estaba escribiendo.
—¿Me está amenazando?— pregunta con seguridad falsa haciendo que Victoria comience a reír nuevamente.
— Puede que si.— le responde haciendo que la mujer acabe de perder los nervios.
La psiquiatra deja su libreta sobre el escritorio y luego se pone en pie mientras presiona el botón que había a su izquierda para llamar a los guardias de seguridad.
— Tres días en la habitación del silencio.— dice creyendo que Victoria comenzaría a gritar o algo por el estilo pero por el contrario se vuelve a reír confundiendo a la mujer que lo único que había demostrado era no ser la persona adecuada para el trabajo.
— Gracias por las minis vacaciones.— le agradece mientras le hace una reverencia y deja que los guardias de seguridad la arrastren fuera de las vacías paredes blancas de la oficina.
Aquella forma de castigo se había vuelto su lugar seguro pero lo que no sabía es que está vez en esa habitación la esperaban cientos de fotos de quien había sido el amor de su vida, de quien la había hecho sentir miles de mariposas que se prendieron fuego en cuanto comenzaron a pisar la destrucción llamada amor.
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Reina el amor duele (COMPLETA✔️)
Teen Fictionojos grises. pelo negro azabache. brazos con más tatuajes de los que puedes contar y una mirada escalofriantemente seductora. Sonaba perfecto, pero como el Jardín del Edén, alguien rompe las reglas y lo desmorona todo. No sabía que al entrar en la u...