IX

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EDA

Al despertar por la mañana me prepare mentalmente un plan para todo el día, comenzando con ver a mi abuela y terminando en ir a la oficina.
Así que después de desayunar con Melo y la tía me dispuse a ir a ver a mi abuela, por suerte había dejado la dirección de la casa en la que se encontraba así que emprendí viaje hacia allí.

Cuando llegue, Tahir su guardaespaldas me abrió la puerta y me indico que Semiam se encontraba desayunando en su oficina.

Cuando abrí la puerta de su despacho estaba ahí leyendo con una taza de té en la mano y sus ojos revelaron la sorpresa que se llevó de verme allí.

—¡Mariposa!— dijo entusiasmada. 

—Buen día señora Semiam— respondí. 

—Siéntate. ¿Ya desayunaste?— me pregunto con una sonrisa. 

—Si ya desayune, solo vine a avisarte que mi abogada ya me dijo que no hay nada que te vincule con los Bolat, a menos no en lo laboral— le respondi mientras tomaba asiento.

—Yo ya te lo había dicho pero que bueno que Ceren sea tan eficiente... ¿eso quiere decir que aceptas?— me dijo, como siempre lo había sabido ella siempre se enteraba de todo y por supuesto que sabia que mi amiga era mi abogada.

—Acepto, solo porque no quiero que arruines a Serkan.

—No era que ya no estaban juntos, el no es el hombre para ti Eda— me dijo con el ceño fruncido.

—Eso a ti no te interesa, pero no no estamos juntos. Aunque no significa que quiero que lo arruines, además sabes que es muy bueno en lo que hace— le dije mirándola fijamente.

—Eso es cierto, es bueno pero no apto para ti así que espero que mantengas todo en lo profesional con el Eda, no me hagas volver ahí.

—Estoy aceptando por él y por todas esas personas que trabajan en esa oficina pero tu misma lo dijiste esa oficina es muy especial para mi y no hablo de Serkan, así que si quieres que no te perdone nunca más y que además renuncie incluso a dirigirte la palabra hazlo Semiam— le dije dejándole la copia de la sucesión que había sacado para ella dejándome el original ya firmado por mi, y despacio empecé a levantarme.

—Eda no me retes, hazme caso— me dijo seria

—Tu no me retes, porque ni siquiera me conoces por más que me espíes no sabes de lo que soy capaz por la gente que quiero, y por si no te quedo claro Serkan y yo no estamos juntos pero sigue formando parte de ese grupo— dije sacándole una pequeña sonrisa.

—Dices que no eres una Yrialdim pero sonaste justo como yo ahora, esta bien no tratare de derrumbar la empresa ni la oficina, pero sigo creyendo que Serkan es una equivocación.

—Equivocación que yo cometería así que no te involucres en eso abuela— le dije para después salir por la puerta.

No me había dado cuenta de que el tiempo corrió muy rápido estando con Semiam, ella guardo su copia.
Aunque no me gustaba admitirlo tal vez si había sonado como ella.

Pase casi media mañana ahí y tenia que ir a ver a Ceren que no estaba en Art Life hoy sino en el bufete de su padre por lo que pase por su oficina, ella había hecho otras copias del documento para guardarlas en su registro, y aunque se negó rotundamente le pague por su trabajo, después de todo hasta ya tenia una carpeta con mi nombre como clienta oficial así que era lo que debía hacer.
Hablamos bastante rato y para cuando me di cuenta ya era la hora de almorzar por lo que fuimos juntas a un pequeño restaurante que había cerca y después de eso decidí emprender viaje a la oficina.

Para todo esto yo ya había hablado temprano con Leyla avisándole de mi ausencia y ella me comento que la reunión que teníamos se había reprogramado para hoy en la tarde así que iba bien de tiempo.

Ya llegando a la oficina empecé a saludar a todos los que me encontraba ya planeando que hacer en el tiempo que tenia antes de la reunión pero unos ladridos pusieron una sonrisa en mi cara. Sirius me esperaba en la puerta hacia la sala de reuniones así que no pude hacer más que agacharme para acariciarlo. Estuve un buen rato mimándolo había pasado mucho tiempo desde la última vez que lo vi pero cuando escuche la voz de su papá volví a la realidad. Serkan nos miraba con una sonrisa embobado.
Decidí hablar con él sobre mi puesto permanente en la oficina.

Aunque no lo había demostrado con mi abuela si tenia miedo de lo que podía llegar a hacerle a Serkan. Y para él fue muy evidente pero no podía permitirme tener tanto acercamiento con él así que hice lo que mejor podía y corrí hacia mi lugar en el otro extremo de la sala siendo seguida por Sirius.

Me entretuve trabajando hasta que escuche los ladridos de Sirius sentado ahora a mi lado.

—Sirius soy yo, me conoces hace mucho no seas así con el tío Engin— le decía mientras entraba seguido por Piril.

—Veo que trajiste a tu hijo al trabajo Serkan pero se va a comer a alguno de nosotros o al señor Evrem— dice Piril sentándose cerca de él.

—No se va a comer a nadie solo cuida a su madre— dice él con una sonrisa traviesa haciendo que yo eleve una ceja.

—¿Ahora soy su madre?

—Lo eres, el te eligió igual que yo así que... mantén calmado a nuestro hijo— me dijo haciendo reír a Engin.

—Pues ya sabemos quien ganaria la custodia— dice soltando una carcajada haciendo que yo me ría también.

—Engin— le dije sonriendo

—Pues yo también quisiera que ella gane la custodia pero solo si me lleva con ellos— dice Serkan siguiéndole el juego.
Escucho a Sirius ladrar otra vez pero me asusto más con el grito que escucho después, Leyla se asusto mucho y su miedo ponía a Sirius de malhumor así que empecé a acariciarlo para que se calmara.

—Señor Serkan no creo que sea prudente traer aquí a Sirius— le dijo corriendo a su lado.

—Cálmate Leyla, lo haces peor mostrando tu miedo. Además no siempre lo traeré solo lo traje hoy porque extrañaba mucho a su madre— dice el calmadamente haciendo que ella mire fijamente a Sirius.

—¿Que paso Leyla?

—Solo venia a avisarles que el señor Evrem ya viene de camino les avisare en cuanto llegue— dijo para después correr hacia la puerta haciendo que mi ahora hijo ladre otra vez al verla huir.

—Ya bebé, no puedes hacer eso cuando el señor Evrem venga— le dije acariciándolo.

—Ve a la terraza, ve— empecé a decirle y vi que Serkan saco una pelota de no se donde.

—Sirius ve hijo, ve a la terraza— dijo haciendo rodar la pelota hasta allí siendo seguida por él.

—Aw que hijo tan obediente de sus padres— decía Engin haciendo que yo niegue riendo con la mirada de Serkan fija en mi.


























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𝓝𝓸 𝓹𝓾𝓮𝓭𝓸 𝓸𝓵𝓿𝓲𝓭𝓪𝓻𝓽𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora