XXIV

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SERKAN


PAZ, estaba inundado de paz y felicidad desde que Eda volvió a mi vida y puso todo en orden, ver a mi mamá salir de la casa fue uno de los momentos más importantes de mi vida seguramente.

Había llegado a casa ya hace una hora, pero no paraba de pensar en ese ángel que de verdad no merecía, hasta yo no podía creer que me haya recibido y dado otra oportunidad como lo estaba haciendo.
Me torture tanto pensando en todas las cosas horribles que le había dicho y recordar que hace unas horas estábamos besándonos, sintiéndola en mis brazos... mía, tan mía como yo suyo así lo sentía. Toda mi alma, cuerpo, mente todo absolutamente todo de mi le pertenecía a ella.

Le había enviado un par de mensajes, y solo contesto al primero diciendo que cene. Y ahora estaba esperando a que me conteste los demás, necesitaba saber como había ido todo con su tía.
Sabía que ella estaba preocupada por su abuela también, pero no iba a permitir que la aparte de mi solo porque le caigo mal o por errores que como bien dijo Eda no eran nuestros.

Sentía que Sirius me miraba raro de verme tan feliz, sonriéndole a la nada.
Decidí ir a acostarme y esperar ahí a tener noticias de Eda, pero justo cuando estaba entrando a la cama suena mi teléfono avisándome de una videollamada.

-Serkan Bolat!- dicen del otro lado haciéndome sonreír.

-Eda Yildiz, mi hada preciosa- le dije viendo como entornaba los ojos.

-Como te fue???- le pregunte poniéndonos serios.

-Me fue... bastante bien- me dijo sonriendo un poco.

-Y eso significa??- le pregunte interesado.

-Que no está del tooodo de acuerdo pero que lo acepta porque sabe que ya soy una adulta básicamente- me dijo, bueno eso era algo aunque la verdad era que yo prefería que Ayfer se lo tomara bien, era la segunda madre de Eda y yo no quería que ella renegara de nuestra relación.

-Bueno... eso no es tan malo mi amor es un buen comienzo- le dije notando que traía uno de sus pijamas que tan tiernos le quedaban.

-Si puede ser- me dijo cerrando un momento los ojos.

-Me gusta ese pijama, aunque preferiría verlo en directo- le dije haciendo que ría.

-Que lastima, te vas a tener que conformar con la pantalla del teléfono- me dijo haciendo un puchero.

-O... podría secuestrarte y traerte a mi cama- le dije sonriendo pícaro mientras ella mordía su labio, de verdad amaba ese labio y que lo estuviera mordiendo así solo me hacía desearla más.

-Pondré resistencia- me dijo entrecerrando los ojos.

-Siempre lo hiciste- le dije.

-Entonces ya mañana podemos decirlo??- le pregunte contento.

-Que cosa??- dijo haciéndose la despistada.

-Que estamos juntos, que tengo la novia más hermosa, un ángel y que te amo- le dije escuchando su carcajada de fondo.

-Mmm romantik robot lo extrañe- me dijo haciendo que esta vez yo largue una carcajada.

-Te aseguro que el te extraño mas- le dije mirándola.

-Creo que deberíamos dormir, mañana tenemos que empezar con el nuevo hotel- me dijo para después bostezar.

-Tienes razón, mañana te paso a buscar??- le pregunte.

-En realidad tenía pensado ir por mi cuenta- me dijo.

-Porque??-

-Ya te enteraras- me dijo sonriendo.

-Esta bien, pero llegas temprano- le dije serio. 

-Siii voy a llegar temprano no te preocupes, mi amor- me dijo rodando los ojos.

-Dilo otra vez- le dije sonriendo.

-Voy a llegar temprano- me dijo coqueta.

-Sabes que no me refería a eso-

-Entonces no se a que te referías, buenas noches- me dijo aun riéndose.

-Buenas noches- le dije, no podía dejar de mirarla.

-Que descanses mi amor- me dijo para después colgar. "Mi amor" no me iba a cansar de escucharlo jamás.

Y así me dormí un poco vacío sin ella pero igual de feliz.

A la mañana siguiente me levante y desayune ligero, jugué un rato con Sirius y le envié un mensaje a Eda de buenos días pero no lo contesto.
Se me ocurrió ir a la cafetería en la que alguna vez Eda y yo tuvimos nuestra primera cita improvisada. El personal ya nos conocía, ya que desde ese día yo había alquilado la mesa en la que nos habíamos sentado.

Pedí dos cafés para llevar y volví otra vez a mi auto para llegar a la oficina.
Estaba a pocas calles cuando pare en un semáforo al lado de un auto rojo, muy hermoso pero no de mi estilo. No le había prestado mucha atención hasta que se bajaron los vidrios dejando ver a mi novia al volante.

-Esto era lo que tenias que hacer!- le grite haciéndola reír.

-Fue una idea de Melo!!- me dijo.

-Y no contestaste mi mensaje- le dije con falso enfado.

-Buenos días mi amor- dijo sonriendo.

-Una carrera??- me dijo moviendo sus cejas.

-Eda... no- le dije pero justo se puso en verde y ella arranco sin importarle lo más mínimo, intente alcanzarla pero Eda era de cuidado al volante.

Cuando llegue a Art Life su ahora nuevo auto ya estaba estacionado así que tome los dos cafés e ingrese a la oficina, era temprano así que no había mucho movimiento y cuando cruce las puertas de mi oficina una Eda sonriente sentada en mi silla me esperaba.

-Que lento, ni siquiera te vi- me dijo con sorna.

-Que yo sea cuidadoso y respete todas las señales y exigencias del tránsito no quiere decir que sea lento- le dije y ella solo blanqueo los ojos.
Yo levante en alto la bolsa que traía llamando su atención, la apoye sobre la mesa y saque nuestros cafés.

-Me trajiste café?- me dijo haciendo un puchero de lo más tierno.

-De nuestra cafetería- le dije asintiendo mientras ella abría los ojos.
Después de eso se acercó y me abrazo, y luego me tomó desprevenido cuando me dio un suave beso en mis labios.

-Romantik robot, gracias- me dijo rozando su nariz con la mía. Yo la volví a besar, y la mantuve en mis brazos todo el tiempo que pude hasta que los dos nos soltamos al escuchar a Leyla llegar.





















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𝓝𝓸 𝓹𝓾𝓮𝓭𝓸 𝓸𝓵𝓿𝓲𝓭𝓪𝓻𝓽𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora