XLII

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SERKAN




Felicidad pura durante meses, todavía me era difícil creer que después de todo hoy estemos tan bien. Eda y yo no podiamos estas más felices y hasta nuestros amigos también lo estaban. Incluso aunque me duela admitirlo la llamada de ese antiguo novio de mi mamá también la hizo muy feliz.

-Hoy en la noche podríamos salir a pasear con Sirius- dijo Eda llamando mi atención. Estábamos yendo hacia la oficina, y esta vez si me dejó que la traiga en mi auto.

-Es una muy buena idea bebé- le dije poniendo mi mano en su muslo.

-Sip,  que tenemos para hoy- dijo contestando un mensaje en el teléfono.

-Primero, una reunión con Engin, Piril y Ferit- le comente.
Todavía no podía creer que mis amigos se habían casado y que Eda y yo habíamos sido los testigos, aunque se lo debíamos.

No hablamos en el resto del camino, Eda prendió la radio y puso música bailando de vez en cuando haciéndome reír.
Al llegar bajamos tomados de la mano y entramos en la oficina, cuando llegamos a la sala de reuniones Engin y Piril ya estaban allí.

-Estas segura de que estas bien??- le preguntaba mi amigo a Piril.

-Que si Engin- le dijo algo irritada la pelirroja.

-Buenos días!!- saludo Eda haciendo que giren a vernos.

-Ah buenos días chicos- saludo Piril.

-Buenos días hermano, Eda- dijo Engin sonriendo.

-Buenos días, paso algo?- pregunte yo.

-No-
-Si- ambos contestaron al mismo tiempo haciendo que yo eleve mi ceja cuando tome asiento.

-Si, si pasa Piril se siente mal- dijo Engin acusándola.

-Es mentira, solamente me maree un poco eso es todo- dijo Piril restandole importancia y Eda por su parte no aportaba nada.

-Entonces no es mentira, te mareaste y yo soy tu esposo tengo que cuidarte. Vamos a la casa- dijo Engin queriendo levantarla.

-Engin!! Ya basta estoy bien, de hecho tengo hambre- dijo y miro a Eda.

-Yo también, vamos a la cocina- dijo Eda, algo sospechoso si pensaba en que hace unos minutos habíamos desayunado.

Las dos se levantaron de lo más apuradas y salieron de la sala, raro.

-Ella no se sentía bien- me volvió a repetir mi amigo.

-Al parecer esta muy bien ahora- le dije tratando de tranquilizarlo.

-Ay por favor hermano, tu no puedes decirme eso. Si fuera Eda ya la estarías cargando para llevarla al hospital en tu auto- dijo rodando los ojos. Supongo que era cierto, cuando a Eda le dio resfriado se enojo conmigo por querer ir al medico de inmediato diciendo que era una tontería, que ella ya sabía lo que había que hacer, y regañandome dijo que era un hipocondríaco de lo peor.

Eda y Piril volvieron a aparecer, la primera con dos galletas en la mano y la segunda con todo el paquete.
Eda no me miraba directamente porque sabia que yo me había dado cuenta de que ocultaban algo, y no pude encararla porque llego Ferit y comenzamos la reunión.

𝓝𝓸 𝓹𝓾𝓮𝓭𝓸 𝓸𝓵𝓿𝓲𝓭𝓪𝓻𝓽𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora