XLIV

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SERKAN



Muchas veces Eda me había dicho que soy un hipocondríaco y además un exagerado de lo peor. Pero me era inevitable el no preocuparme por ella.

Cuando llegamos a casa comió unos cuantos pedazos de pizza y después se acurrucó a mi lado en el sofá y se quedó completamente dormida sobre mi pecho. Así que alce a mi pequeña bebé y la llevé a nuestra cama.

Todavía me acuerdo del día de nuestra boda, Eda de verdad no se lo esperaba pero después de tanto pensarlo y después de todo lo que nos costó estar juntos yo prefería hacer todo así, sin que nadie se entere y después contariamos la feliz noticia.

Acosté a mi hada y la tape bien para después rodear la cama y acostarme yo.
Al día siguiente cuando me levante Eda ya no estaba, mire en el baño pero tampoco estaba, la encontré en la cocina preparando el desayuno.

En cuanto me escucho bajar las escaleras se giro a verme.

-Buenos días!!- me dijo contenta tirándose a mi cuello.

-Buenos días bebé- le dije besando su frente.

-Te levantaste antes que yo- le comente viéndola acomodar las cosas en la barra.

-Si, ya no tenia más sueño- dijo sonriendo.

Desayunamos y nos fuimos a la oficina cada uno en su auto esta vez ya que Eda dijo querer visitar a su tia a media mañana.
Al llegar Engin me esperaba en la entrada, pensé que algo grave había pasado en las obras así que estacione el auto rápido y baje llegando a su lado.

-Que paso???- le pregunte sin querer mostrarme afectado.

-Mira... a tu sobrino- me dijo sacándo una ecografia pequeña del bolsillo de su pantalón. 

-Era eso??- le pregunte apretando el puente de mi nariz.

-Ayyy que lindoo a ver- apareció Eda quitandole de las manos la ecografia a mi amigo.

-Obviamente mi hijo va a querer mucho más a la tía Eda- dijo Engin haciéndola reír.

-Pensé que era algo urgente Engin, algo como las construcciones o no se- le dije acercándome a ver también la ecografia. Se veía todo negro con algunos blancos pero si se distinguía un no se como llamarlo pero se podía notar que era el bebé. 

-Serkan- me advirtió Eda.

-Oh vamos hermano, mira que lindo- me dijo Engin.

-Mira a nuestro sobrino Serkan aww- dijo Eda mirándome y haciendome sonreir un poco.

-Bien cuando nazca le hare regalos, ahora tengo que trabajar- les dije y los tres empezamos a caminar hacia la entrada.

-Bueno los dejo, le dije a Piril que se tomara el día libre pero casi me mata así que ahora estaré pegado a ella todo el dia- dijo Engin orgulloso.

-Engin no creo que a ella le agrade la idea- le dijo Eda haciendo una mueca.

-Pero y si tiene un antojo, o si tiene un mareo, y si le agarra nauseas yo tengo que estar ahi- dijo frunciendo el ceño pero Eda sonrió tierna.

-Entonces ve a cumplir tu deber pero no me digas que no te advertí- le dijo Eda caminando a nuestra oficina.

-Sabes que ella tiene razon no? Piril aguantara máximo 20 minutos antes de echarte a patadas de su oficina- le dije.

𝓝𝓸 𝓹𝓾𝓮𝓭𝓸 𝓸𝓵𝓿𝓲𝓭𝓪𝓻𝓽𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora