XVIII

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SERKAN

Después de tanto tiempo habíamos dormido juntos, sentirla en mis brazos cuando empezó a moverse fue la mejor sensación en meses. Tenía pensado pelear un poco con ella y después hacerle el desayuno, pero todo se fue al caño cuando Sirius ladró avisando la llegada de mi amigo.
De verdad quería a Engin pero se suponía que el conseguía a su chica y yo reconquistaba a la mía y justo ahora el estaba dificultando mi plan y no llevando a cabo el suyo. Además que era eso de abrazar a Eda así como así, tendría que preguntarle a Eda que tanto hablaron ellos mientras ella no estaba como para que mi amigo se tome tantas atribuciones. Pero ahora ella había ido hasta la cocina pero sospecho que lo hizo solo para dejarnos solos aunque Engin no hablaba y yo la miraba como preparaba el café y hablaba con Sirius que en cuanto vio que se levanto la siguió.

—Ya deja de mirarla y dime que hago... en estos casos tu y yo si nos parecemos— dijo Engin haciendo que fije mi vista en él.

—Pues pienso lo mismo que Eda, pero de verdad que no te vean si la besas en la oficina— le advertí.

—¿Y porque no? Quiero decir según contó Erdem no era muy decente el beso que le diste a Eda en la oficina— me dijo burlándose.

—Pero fui yo quien la beso— le dije ahora burlándome logrando ponerlo serio a él.—¿Además porque dices que nos parecemos en estos casos?— le pregunte.

—Pues porque tu y yo sabemos que las que mandan son ellas, y se que aunque Eda se vea muy dulce es igual o peor que Piril— me dijo hablando despacio.
Dejándome callado porque de hecho era cierto, Eda me tenia en la palma de su mano y hacia conmigo lo que quería si así lo quisiera, y bueno Engin estuvo en la mano de Piril desde que la conoció.

—Esta bien... solo puedo decirte que con Eda yo también tuve que aprender a ser un poco impulsivo sino todos los detalles espontáneos vendrían de ella, sin mencionar que ahora mi situación es distinta estoy tratando de reparar un error que cometí— le dije.

—Entonces por eso estas de acuerdo con Eda porque de verdad crees que tengo que besarla y disculparme— pregunto.

—Engin la amas, quieres tenerla en tu vida estoy seguro de que la besaras muchas más veces solo tienes que animarte— le dije sincero, por lo general yo no era el que cumplía este rol sino que era al revés pero podría hacerlo por un día.

—Si tienes razón— dijo asintiendo. 

—Ademas aunque Piril tenga mucho carácter no puedes tenerle miedo si quieres que sea tu pareja— dijo Eda que venía trayendo dos cafés que nos entregó mientras volvía  a buscar el suyo.

—También tiene razón en eso, se que Piril asusta a veces pero eso es en el trabajo tu eres su amigo Engin no puedes tener miedo de cometer un error en frente de ella— le dije mientras bebía el café y la miraba a ella venir y sentarse a mi lado. —Esta delicioso, gracias— le dije despacio y ella solo me sonrió.

—Si también tienen razón en eso— dijo mi amigo mientras tomaba un poco de su café mirando a Eda y a mi.

—Y... a ustedes se ve que les fue mejor que a mi— dijo serio haciendo que Eda empiece a toser haciendo que le de golpecitos en la espalda.

—No es lo que tu crees Engin— le conteste.

—Con ustedes nunca lo es— dijo volviendo a tomar de su café. —Esta delicioso Eda gracias— dijo ahora sonriendo.

—De nada Engin, pero creo que ya es muy tarde podrías llevarme a casa— le pregunto haciendo que yo frunza el ceño.

—Claro— contesto rápido mi amigo.

—No no no, yo te llevare— le dije.

—Serkan tu tienes cosas que hacer y Engin ya se va sino no se lo pediría, me voy a cambiar y vuelvo— dijo corriendo hacia las escaleras.

—Te espero— le grito mi amigo haciendo que lo miré.

—Te vas— le ordene.

—Pero ya escuchaste tengo que esperar a Eda— me contesto.

—Claro yo aquí ayudándote cuando no tendría ni que haberte abierto la puerta, ve a la oficina y busca a Piril que de Eda me encargo yo— le dije.

—Oh... okey esta bien, entonces me voy a despedir de Eda— me dijo dando unos pasos hacia la escalera. 

—¡NO! si te despides se enojara más rápido conmigo vete, vete— le repeti.

—Esta bien pero después te cuento como me fue y me cuentas como te fue— me dijo sonriendo haciendo que rodará los ojos.

—No voy a hacer eso, ya vete— le dije mientras cruzaba la puerta y escuchaba los pasos de Eda en la escalera.

—Por suerte el vestido quedó bien— dijo mostrándome lo hermoso que le quedaba.—¿Y Engin?— me pregunto.

—Oh él ya se fue, pero yo estoy aquí así que yo te llevo— le dije sonriendo.

—Siempre te sales con la tuya Serkan Bolat— me dijo tomando su bolso.

Ambos nos encaminamos al auto y emprendimos viaje hacia su casa.

—¿Quieres que te busque para ir a la oficina?— le pregunte cuando estábamos llegando.

—Ay no— dijo mientras miraba al frente haciendo que yo vuelva mi vista ahí para encontrar a Tahir el guardaespaldas de la abuela de Eda hablando con Melo enfrente de un hermoso auto.

—¡CUÑADO!— grito Melo en cuanto me vio bajar del auto junto a Eda.

—Melo— la salude sonriendo.

—Esa ropa te quedaba muy bien ayer— le dijo a Eda.

—¡MELO!— le dijo Eda mientras miraba a Tahir y su amiga entendió enseguida, no era una información que Semiam tendría que tener pero ya era demasiado tarde para eso.

—Tahir buenos días, ¿que haces aquí?— le pregunto Eda.

—Buenos días señorita Eda, solo vine a preguntarle si podría almorzar con su abuela— dijo educadamente el guardaespaldas. 

—¿Por que asunto?— pregunto.

—Dice que usted no le responde las llamadas, pero no me dijo el asunto— dijo el guardia.

—Entonces no te preocupes Tahir yo misma la llamare enseguida si. Lamento que hayas tenido que venir hasta aquí— le dijo Eda con una sonrisa.

—No fue un problema— dijo Tahir mirando ahora a Melo que lo miraba con el ceño fruncido, esos dos se traían algo.

—Que tengan buen día— dijo para después subirse al auto e irse por donde vino.
Melo nos miraba acusatoriamente hasta que se encontró con la mirada de Eda que borro todo rastro de sonrisa.

—Creo que mejor... yo me voy adentro— dijo sonriendo otra vez.

—Es justo lo que iba a decirte, ve tranquila yo enseguida voy— le dijo Eda.

























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𝓝𝓸 𝓹𝓾𝓮𝓭𝓸 𝓸𝓵𝓿𝓲𝓭𝓪𝓻𝓽𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora