LIII

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EDA



Estoy muy contenta y nerviosa desde hace 3 días, porque entre en la semana 38 y mi ginecóloga me dijo que a partir de ahora en cualquier momento mi bebé podía decidir nacer.

Hace dos meses había nacido Can, el hijo de Engin y Piril que terminó siendo un niño claramente. Ellos estaban muy felices, Piril había roto bolsa en la oficina y Engin andaba como loco pensando en que no había llevado el bolso del bebé.
Can era hermoso, bastante parecido a Engin al menos en su color de cabello, era una cosita tierna y chiquita que cuando lo tuve en brazos solo me hizo pensar en el momento en el que cargará así a mi bebé.

Si yo estaba nerviosa, Serkan lo estaba mil veces más y eso que el no tenía a nuestro hijo. Pero estaba detrás mío en cada minuto del día, no me dejaba sola por nada del mundo y había insistido en que no fuera a la oficina, así que trabajábamos desde casa.
Melo y Ceren venían a verme y Piril me llamaba al menos una vez al día ya que se mantenia muy ocupada con mi sobrino.
Mi tía y Aydan también llamaban al menos dos o tres veces al día, y Seyfi ahora si venia a hacer todo prácticamente.

Serkan y yo cumplimos nuestro primer aniversario hace una semana, aunque no pudimos festejar como tal vez él lo había planeado, si se esmero ese día. No me dejo hacer nada, me regalo un nuevo terrario que el mismo había hecho, cocino para mí y a mi petición toco la guitarra también.
Fue un día hermoso y también ese mismo día me regalo un cuadro, con las 11 ecografias de nuestro bebé. Era un regalo hermoso, y muy tierno.

Ahora mismo yo estaba en el cuarto y Serkan estaba en la sala trabajando en no se que cosa.
Estaba entretenida pensando en el jardín para una nueva casa que teníamos como proyecto para una pareja, pero me estaba dando hambre así que quise levantarme pero en cuanto lo hize escuché y sentí caer líquido entre mis piernas.
Por un minuto quede paralizada, ni siquiera había tenido contracciones.

-¡SERKAN!- grite al reaccionar, escuchándolo correr escaleras arriba.

-¡¿Que paso?!- me pregunto llegando a la puerta.

-Rompi fuente- le dije mirando aun en el mismo lugar, el pareció pasar por el mismo proceso que yo primero no reacciono y después corrió hacia el cuarto del bebé a buscar el bolso.

-¿Contracciones?- me pregunto mirando su reloj.

-Aun no- le dije.

Uno mira las películas y piensa en las horribles contracciones que llegan antes de romper fuente pero a mi no me paso, pero como rompí fuente y no estaba dilatada estuve horas en la clínica con algunas contracciones esporádicas.
La cosa es que mi hijo decidió tomarse su tiempo, pero llego en plena madrugada, de hecho cuando estaba amaneciendo.
Serkan ni siquiera pensaba en llamar a nadie, solamente tomaba mi mano pero lo había convencido que llamara a su madre y a mi tía y avisara que todavía faltaba.

Amaneciendo vi, a la cosita más hermosa que mis ojos cansados jamás hubieran visto. Era tan perfectito, Serkan tenía los ojos llenos de lágrimas en cuanto la doctora se lo entrego en brazos.

-Mustafa- dijo Serkan después de horas cuando lo habían traído a mi habitación.

-Estas seguro porque también podria ser...- le dije mirandolo.

-Miralo mi amor, es Mustafa- me dijo sonriendo.

-Mustafa Bolat- le dije viendo a nuestro hijo dormir en mis brazos mientras sentí los labios de Serkan en mi frente.

𝓝𝓸 𝓹𝓾𝓮𝓭𝓸 𝓸𝓵𝓿𝓲𝓭𝓪𝓻𝓽𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora