XXVIII

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SERKAN

ADVERTENCIA DE CONTENIDO +🔞 si no te gusta el contenido sexual no leas este capítulo.

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Estaba ansioso, quería que todo sea perfecto esta noche. Preparé la comida, la mesa con dos copas, y puse las velas para dar el último toque.

Me di un baño y me cambie unas tres veces de ropa, no es como si fuera la primera vez que cenaba con Eda pero así se sentía. Y mientras yo me avergonzaba de estar tan ansioso Sirius me miraba desde su cama como burlándose, había estado tranquilo.
Termine de cambiarme quedándome con unos jeans para estar más cómodo, y una remera negra con una camisa verde encima.

Mire mi teléfono un par de veces y mi corazón empezó a latir rápido cuando escuche unos golpes en la puerta. Y la vi a través del cristal, no podía ser tan hermosa y sexy, de verdad iba a infartarme.

-Hola- me dijo con una pequeña sonrisa cuando abrí la puerta.

-Hola- le dije colocándome detrás de ella para ayudarla con su campera, cuando la tome la coloque en el perchero y me gire para ver a mi hada viendo como había preparado todo.
Dios, iba ser muy difícil dejar mis manos quietas, ese vestido tenía que ser ilegal, mis ojos no dejaban de pasearse por toda ella hasta que la vi mirándome con una ceja levantada haciendo que yo gire rápido mi cabeza.

-Todo se ve muy bien- me dijo adentrándose más a la sala mientras yo solo podía seguir el balanceo de sus caderas.

-Amm me alegro que te guste- le dije después de aclararme la garganta. Y luego de que saludara a Sirius le hice una seña para que nos sentaramos.

Cuando lo hicimos su vestido se subió un poco haciéndome tragar grueso pero ella parecía de lo más cómoda pasando por alto todo lo que provocaba en mi.
Comimos y charlamos tomando vino, mi mano ya hace un rato que había ido hacia su nuca masajeando esa zona, notando como de tanto en tanto ella cerraba los ojos disfrutando de mi toque.

-Te dije lo hermosa que eres- le dije cambiando de tema.

-Tu estas muy guapo esta noche- me dijo devolviendome el cumplido y haciéndome sonreír.

-De verdad me encanta este vestido- le dije pasando mi mano por su hombro tocando la tira del vestido, mientras ella sonreía.

-Bailemos- le dije cuando nos callamos.

-Que?? Ahora?- me pregunto divertida.

-Si ahora- le dije levantándome y llevándola conmigo.

Puse la canción que se había usado en nuestro primer baile, la noche en la que la presente como mi prometida. Ella la reconoció pero no dijo nada y solo me espero en medio de la sala.

Cuando me acerque tome una de sus manos acercandola a mi pecho mientras que con mi otra mano rodeaba su cintura pegandola a mi y ella colocaba su otra mano en mi nuca.

Nunca se lo había dicho pero yo no era de bailar así con nadie, y con ella esa primera vez que bailamos note... algo distinto. Ella y yo sentíamos el baile de una forma muy íntima, ni siquiera hablábamos solo nos balanceabamos juntos pero se sentía tan diferente, como todo lo que hacía con ella de hecho.

Su rostro cerca del mío, me encantaba estudiar todos y cada uno de sus detalles. Sus ojos eran tan expresivos a veces, como ahora mismo me miraba  de una forma que hacía que mi pecho se sienta cálido, en casa.

Muy despacio solté su mano, para llevar la mía hacia sus caderas encontrándose con la otra mientras ella colocaba la suya en mi nuca.

Mis manos la acariciaban despacio viendo como cerraba los ojos y juntaba su frente con la mía.

Cuando me aleje y la vi ahí tan hermosa no pude evitar besarla, la canción hace unos minutos que había acabado y nosotros seguíamos bailando.

Nos besabamos de forma lenta y profunda, mi lengua rozo su labio pidiendo permiso que le fue concedido encontrándose con la suya. Y el beso en unos instantes fue tomando otro ritmo, el deseo crecía y apreté más sus caderas acercandola a mi.
Necesitábamos aire y cuando nos separamos todo era tan intenso, ni siquiera dijimos palabra alguna solo volvi a buscar sus labios bajando mis manos a su trasero escuchándola gemir. Había extrañado ese sonido, la tomé por los muslos levantandola y sintiendo como enroscaba sus piernas en mi cintura. No sé ni como hice para subir las escaleras sin caernos, pero cuando me di cuenta ya habíamos llegado a mi habitación.

La acorrale contra la pared, escuchando sus gemidos cuando baje mis besos hasta su cuello.

-Serkan- jadeo ella haciéndome gruñir, mientras sentía como movía sus caderas contra mí ereccion.
De verdad quería sentirla otra vez pero no contra la pared así que la baje dejándola en el piso, mientras ella atacaba mis labios otra vez empezando a sacar mi camisa, para después arrancar mi camiseta y tirarla no se donde.
Aparté sus manos de mi para tomar el dobladillo de ese maldito vestido deshaciendome de el, y sacando de mi camino ese sujetador que traía. Ella por su parte llevo su mano a mi jean, desprendiendolo al instante haciendo que caiga dejándome en bóxer.

Volvió a besarme mientras yo volvía a levantarla para dejarla esta vez en mi cama, pero fue más rápida y giró quedando encima empezando a besar mi cuello.

-Eda- le dije sintiendo como empezaba hacer fricción otra vez mientras yo llevaba mis manos a su trasero apretandolo.
Ella gemia en mi cuello pero si seguíamos asi llegaría mucho antes, y de verdad necesitaba estar dentro de ella.
Por lo que volví a dejarla debajo y me deshice de esa braguita que no hacia más que estorbar en este momento.  Para después sacar del camino mi bóxer.

-Te necesito- me dijo cuando estuve encima suyo volviendo a atraerme hacia ella rodeándome con sus piernas.
Podía sentir lo mojada que estaba, asi que sin aguantarme más, mirándola directamente entre en ella lentamente viendo como cerraba los ojos y gemia conmigo por el contacto.

No quería hacerlo rápido, quería disfrutarla después de tanto tiempo por lo que empecé embestidas lentas viendo como mordía su labio.
Besaba sus pechos mientras tomaba su mano contra la mía.

-Serkan- jadeo avisándome que llegaría, haciendo que aumente el ritmo de mis embestidas. Haciendo que lleguemos juntos, sintiendo como se contraia,  la había extrañado tanto.

-Te amo- le dije cuando volvía a abrir sus ojos mirándome.

-Te amo tanto- me dijo acariciando mi rostro.












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𝓝𝓸 𝓹𝓾𝓮𝓭𝓸 𝓸𝓵𝓿𝓲𝓭𝓪𝓻𝓽𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora