Capítulo XVIII (y medio)

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Al colgar la llamada, ni siquiera tuvo la decencia de despedirse de su amigo. Solo pudo salir corriendo de aquella pequeña panadería que no vendía chocoflan.

Antes de poder pisar su habitación al llegar a su casa, ya tenía al par de chicos, sus "amos", llamándole y pidiendo favores. Namjoon no tuvo tiempo que perder ya que las advertencias de Taehyung con respecto a sus amigos fueron muy específicas.

A Jimin no le gustaba esperar tanto tiempo por algo, aunque era más razonable que Jungkook. Si no hacías esperar al rubio te estabas metiendo en un lío moral. A Jimin le salía muy bien el chantaje emocional y es por eso que Taehyung le advirtió al pelimorado que tuviera cuidado o podría comprometerse a cumplir "favores" con más dificultad.

Jungkook era como un niño pequeño, con muy poca estabilidad emocional y nada de paciencia. Taehyung lo definió como "el hijo menor de Satanás" porque debes cumplir sus caprichos o enfrentarte a su furia desembocada en travesuras crueles de niño. Al principio Namjoon no creía que fuera tan malo, pero después de que el castaño le contara como terminó con un pedazo de cabello faltante en su cuero cabelludo por dos años desde segundo de primaria se comenzó a preocupar.

Y ahí estaba el pelimorado, corriendo de un lado a otro en busca de un chocoflan y nieve de guayaba. Tenía mucho tiempo viviendo en el vecindario y nunca en su vida se había puesto a pensar en el helado de guayaba. Sabía que en la actualidad hay helado de muchos sabores exóticos y artesanales pero nunca había visto uno de guayaba. Y eso era un problema.

Llegó a la primera heladería que miró después de salir de su vecindario y preguntó por el sabor que Jimin quería. No tenían. Avanzó unas cuantas calles lejos de esa heladería e intento lo mismo llegando a otra heladería. Al llamarse "Le Michoacane", el pelimorado supuso tendrían sabores no muy normales.

—Bienvenido— saludó la encargada del lugar —hoy tenemos un especial en fruta preparada ¿Te interesa?

—La verdad no— contestó franco el pelimorado —estoy buscando nueve de guayaba ¿Tienen aquí?

La encargada lo pensó un poco antes de contestar.

—Lo siento, ya se terminó pero tenemos especiales en fruta preparada.— contestó la joven.

—No quiero fruta, pero gracias por nada.— dijo Namjoon saliendo del lugar a toda velocidad.

La encargada solo pudo bufar y esperar a que toda la fruta que ya había preparado no se quedará a pudrir.

*

El siguiente establecimiento al que Namjoon llegó era uno muy pequeño y bastante lejos de su casa. No tenía la menor idea de cómo había llegado ahí pero tampoco le importaba.

Al entrar lo recibieron decoraciones bastante peculiares. Las mesas eran pequeñas, como si de un jardín de niños se tratara, y encima tenían pequeñas flores rosas y azul. Las paredes estaban pintadas en colores pastel y todas eran de diferente color. En el piso estaba pintado un camino hacia el mostrador con flechas y personajes adorables que a Namjoon le parecieron aterradores en ese momento.

Se acercó al mostrador tratando de caminar por fuera del camino dibujado en el suelo y se encontró frente a una campana de mano color rosa pastel. Mirando a todos lados como esperando a que alguien saliera burlándose de él, Namjoon tomo la campana con la mano izquierda y la agitó lento. Al notar que está no sonaba, no tuvo más remedio que agitarla más rápido. Tras el sonido de la campana, un chico de cabello largo azul pastel salió de quién-sabe-donde con una gran sonrisa asustando al pobre corazón de pollo de Namjoon.

—Bienvenido a "Heladería Lolo", ¿en que puedo ayudarte?— exclamó demasiado alegre el chico.

—Emm, hola— vaciló el pelimorado —busco un helado de guayaba ¿De casualidad tienen ese sabor?

—Por supuesto, aquí todo es de guayaba, amigo.— contestó el peliazul saltando y aplaudiendo dramáticamente —¿Quieres un cono, vaso, cubeta, o pastel?

Namjoon quería cuestionar todo pero ya tendría tiempo para eso después.

—Una cubeta, supongo...— contestó y miró al chico aterrado mientras esté sonreía aún.

—¡Muy bien! Enseguida vuelvo, amigo.

Y así, Namjoon se quedó solo al frente de la misteriosa tienda de helados de alguna extraña utopía.

Al volver el peliazul, sujetaba una cubeta rosa pastel de aproximadamente un galón y le preguntó a Namjoon si necesitaba algo más. Namjoon sabía que sería muy extraño ya que dijo que todo era de guayaba ahí pero aún así lo intentó.

—¿Tienes chocoflan?

—Claro, déjame traerlo para ti.— dijo dejando la cubeta frente a Namjoon —¿una rebanada, medio flan o uno entero?

—Emm, uno entero por favor— contestó mirando fijamente la cubeta de helado.

Al salir del lugar, Namjoon se sintió como un alienígena. Los colores pastel se habían ido y las cosas afuera eran de tamaño normal. Incluso se preguntó si no había imaginado el lugar.

Después de unos segundos de reflexión, continuo con su camino y buscó en el navegador de su celular como demonios llegar de vuelta a casa de Jimin.

*

En casa de Jimin estaba Jungkook también, ambos esperaban al pelimorado con ansias y unas sonrisas enormes.

—Aqui está tu chocoflan— le dijo al castaño que se acercó primero —y tu helado de guayaba que creí jamás encontraría.

—Pero si es obvio que lo venden en Lolo's— dijo el rubio como si fuera algo que aprendes en la primaria.

—Jamas había estado ahí, ni en ese lado de la ciudad así que fue un reto llegar acá, deberían apreciar que cumpla mis promesas— mencionó el pelimorado intentando no sonar muy agrio.

—¿Que? ¿Pero que no te viniste en Uber?— preguntó Jimin luciendo entre confundido y enojado mientras que Namjoon negaba con la cabeza —¿No le transferiste el dinero como te dije, iletrado?

Jungkook, que ya tenía medio pedazo de chocoflan en la boca, dejo de masticar y miró de Jimin a Namjoon con los ojos enormes.

—No puedo creer que hayas superado tu idiotez, Jungkook— le dijo con un tono de decepción —Lo lamento de verdad, Joonie. Se suponía que esté idiota te mandara la dirección del lugar donde encontrarías lo que pedimos y dinero para el Uber de ida y vuelta pero ya ni en eso puedo confiar que haga bien.

Namjoon no sabía que decir, para ser esclavo se estaban tomando demasiadas molestias por él.

Jimin le ofreció asiento y le gritó a Jungkook que le diera un pedazo de chocoflan. Incluso le ofreció de su helado de guayaba pero Namjoon amablemente lo rechazó. Aunque Jimin le advirtió que nadie le negaba algo, el rubio lo dejo pasar por el momento con la condición de que se quedara a ver películas con ellos dos. Namjoon, al ver la cara de borrego a medio morir del castaño y los ojos aterradoramente tiernos del rubio, no tuvo otro remedio que aceptar.

Si eso era ser esclavo de esos dos ¿Cuál era el alboroto? ¿Porque Taehyung le dijo que tuviera cuidado con esos dos?


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Han pasado 84 años...

Hola y muchas gracias si estás leyendo esto.

Yo sé que he tardado y agradezco su paciencia. Ser adulto no es tan sencillo como lo ponen acá en Wattpad o en la televisión 😬

Espero les haya gustado y me sigan teniendo paciencia porque no se cuándo estará listo el siguiente capítulo.

Los amo (en especial a MinBerryMin ) y espero tengan un día hermoso.

Las tortillas©«TaeGi»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora