Capítulo VII (y medio)

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Justo ahora podría estar durmiendo o jugando videojuegos, pero no. En lugar de eso, estaba detrás del mostrador del negocio de la familia de su mejor amigo.

Mientras observaba como la mitad de los clientes se regresan antes de llegar al mostrador, Jungkook pensaba en como le iba a cobrar a Taehyung el gran favor que le estaba haciendo. Talves con un videojuego nuevo, pensaba el castaño, el nuevo de Just Dance ya va a salir.

Justo eran las nueve de la mañana y su mejor amigo no llegaba. Le había dicho que no tardaría pero, como siempre, le vio la cara de imbécil. Jimin siempre decía que no hay otra cara que ver si así la tiene desde nacimiento pero esto no era sobre él. Era sobre como Taehyung llevaba más de una hora fuera del local y Jungkook comenzaba a entrar en pánico.

No era malo hablando con la gente, igual solo era cuestión de atender a sus pedidos, lo que le causaba nervios era la mirada de algunas señoras que casi lo desvestian con los ojos. ¿Esto es lo que pasa Taehyung todos los días? ¿No es ilegal este tipo de acoso? ¿No es pedofilia? Pensaba el castaño. Aunque viéndolo por el lado positivo, eso significaba que era suficientemente atractivo como para hacer a las ñoras querer dejar a sus maridos. Incluso ya se había ideado un apodo "Jungkook, el rompe hogares". De algún modo tenía que pasar el rato sin aburrirse ahí solo.

*

Ya daban las diez y media de la mañana, el castaño ya había cantado "la cucaracha" al derecho y al revés unas cuatro o seis veces. Taehyung no aparecía ni mandaba avisar si llegaría pronto, si se murió, o siquiera si de había quedado atorado en algún baño. Nada. Jungkook estaba preocupado, no, desesperado. La máquina que prepararlas tortillas llevaba unos quince minutos rechinando muy fuerte y no sabía que hacer en caso de que no funcionará más.

Seré guapo, carismático, humilde, encantador, y todo un papacito pero no sé cómo reparar esa cosa si se rompe, pensaba Jungkook mirando la gran máquina como si de un perro rabioso se tratara.

Ya de por sí era malo que su mejor amigo no respondiera sus llamadas ni mensajes y se dio cuenta que la familia de Taehyung tampoco estaba en la casa. Todos se fueron a tratar asuntos personales que no le incumben pero de igual manera lo dejan más solo y desorientado que un conejo en pascua.

Debía combatir a esa maldita maquina antes de que fuera demasiado tarde pero ¿Quién iba atender a las personas? Las personas confiaban en el negocio Kim y él no iba a ser el causante de que pierdan clientes. No, una máquina escupe tortillas no le iba a ganar.

**

Después de pensar en varios posibles escenarios en los cuales pueda revisar la máquina sin perder clientela, Jungkook escuchó unos pasos acompañados de una voz chillona acercándose al local. La ya familiar cabellera rubia se asomó por la puerta y Jungkook casi brinca sobre el mostrador para abrazarlo, pero eso sería ganarse una burla eterna de Jimin diciendo que si lo quiere y solo finge odiarlo. Que no sería incorrecto pero tenía que seguir en su papel de macho alfa que no se rinde ante los encantos del rubio.

Le tomó unos segundos darse cuenta de una segunda figura al lado de su amigo, un chico pelinegro masomenos de la estatura de Jimin con cara de masita.

—¡Oh, cierto! Lo encontré cerca de la tiendita de doña Lucrecia— dijo el rubio sonriendo.

—A que bien... ¿Yoobi?— preguntó el castaño recordando haber oído a Taehyung mencionar su nombre.

—Yoongi— aclaró el pelinegro bajando la mirada.

—A órale, Jimin que bueno que llegas porque necesito ayuda con el changarro— dijo Jungkook apresurado —Necesito que te quedes aquí en el mostrador.

—Ay, ya que— dijo Jimin apartándose de Yoongi y acercándose al mostrador.

—Y tú, no vas a estar nadamas de cara bonita mijo— se dirigió Jungkook a Yoongi —ven ayudame con la máquina que seguro tú no la rompes.

Y así fue como ambos se dirigieron hasta el otro lado del local para enfrentarse a la máquina mortal de tortillas.

Jungkook dejó a Yoongi al frente por si salían tortillas o algo extraño de la cinta y él comenzo a moverle al trasero de la máquina como si supiera que demonios estaba haciendo. Debí haber buscado en YouTube antes de meter mi mano aquí, pensaba Jungkook al momento que sintió un líquido espeso manchar sus dedos.

Movió varias tuercas e intento apretar cuánto tornillo podía sentir con su mano esperando que fuera un método eficiente. Salió unas cuantas veces de la parte trasera para ver cómo iba el chico al frente pero nada parecía funcionar. Decidió que haría un último intento y ya si no funcionaba se lo dejaría a Taehyung y que a él lo regañen si se descompone, solo rogaba porque no se descompusiera en su presencia.

Después de mover unas cuantas cosas más en la maquinaria, Jungkook estaba listo para salir y ver si el frente podía ser arreglado o algo por el estilo. Estaba a punto de alejarse de la máquina cuando sintió que su brazo no salía de la máquina. Intento volver a jalarlo con más delicadeza pero ni siquiera se movía un poco. Estaba atorado.

El castaño comenzó a entrar en pánico pensando en como se quedaría sin brazo y lo llamarían "Jungkook un brazo" o "Jungkook el pirata". No había tiempo que perder, su brazo comenzaba a entumirse y pronto dejaría de sentirlo. Aterrado, le gritó a Yoongi por ayuda y el chico se apareció rápidamente a su lado.

Sin mucho preámbulo logró salir de la máquina y salvar su vida social de las sombras gracias al chico masita.



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Gracias por leer, de verdad, yo sé que soy malísima con esto de actualizar a tiempo pero la vida no es siempre bondadosa.

Espero les haya gustado y que sean pacientes conmigo ya que haré mi mejor esfuerzo por actualizar a tiempo.

De nuevo, mil gracias por leer.
Espero tengan un lindo día 💖

Las tortillas©«TaeGi»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora