Capítulo XX

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En casa de los Park...

—No puedo creer que sigas llorando porque se murió la esposa del señor Fredericksen— comentó el castaño sobándose la cien con un solo dedo.

—Ay tu cállate Jungkook porque tú lloraste cuando Edgar abandonó a los gatitos en el rio— exclamó el rubio entre sollosos mientras se sujetaba del torso de Namjoon.

—¡Es una escena muy triste!— se defendió Jungkook —solo una persona sin sentimientos podría ver esa escena sin llorar.

El sonido clásico y ruidoso del timbre de la casa interrumpió su discusión, Jungkook caminó hasta la puerta balbuceando aún. Al abrirla, el castaño se aventó encima del mayor y este casi cae de espaldas por tan repentina acción.

Jin entró a la casa de Jimin, siguiendo los sollosos y casi arrastrando a Jungkook consigo y se detuvo en el marco de la sala. Se quedó mirando la escena tan particular frente a él. Namjoon sentado en el sillón siendo aplastado por un rubio llorando a chorros que le sujetaba la playera en la zona del pecho. Namjoon lo miró y Seokjin lo miró de vuelta y Namjoon lo siguió mirando y Jungkook los miro a ambos, pero Jimin seguia llorando.

Jungkook jaloneo a Jin del brazo y lo invito a sentarse de un empujón. Al estar sentado en el sillón de al lado de Jimin y Namjoon, Jungkook comenzó a contarle lo que Jimin estaba diciendo de él en modo víctima.

—Concuerdo contigo, ese Edgar no debió adelantarse a los hechos y hacerle eso a los gatitos— dijo Jin mirando al castaño sonreír y aplaudir como celebrando —pero también la muerte de Ellie es muy triste, estuve llorando por dos horas la primera vez que la ví.— ante esto, la sonrisa de Jungkook se desvaneció y un Jimin con ojos hinchados levanto la cabeza del torso de Namjoon.

—¿Lo vez, Jungkook? ¡Tengo derecho a llorar el tiempo que me dé mi regalada gana!— exclamó escondiendo la cabeza de nuevo en el pecho de Namjoon.

—Hyung, creí que me iba a defender— dijo haciendo puchero el castaño —no se vale, aquí hay favoritismo.

—Pero si te defendí, pequeño— dijo el mayor de todos acomodando sus gafas para mirar el rostro confundido de Jungkook —darle la razón a ambos es solo para prevenir que se sigan peleando pero en realidad me guarde mi verdadero argumento.

—¿Y cuál es, hyung?— preguntó el chico con los ojos abiertos y mirando fijamente al mayor.

—Que Ellie falleció por la edad, era algo inevitable, por lo tanto es más cruel y triste el abandono de los gatitos— Seokjin miró como le brillaron los ojitos al menor —pero no le digas a Jimin, que sea nuestro secreto.

Jungkook estaba atorado en una sola palabra, una sola sílaba más bien, ya que lo único que podía emitir era el sonido de su asombro "oh".

Por unos minutos, el ambiente entre Seokjin y Jungkook se mantuvo sereno mientras que Namjoon era completamente ajeno a la conversación que tuvieron estos ya que el llanto de Jimin no lo dejaba ni escuchar sus pensamientos.

Namjoon no mostraba molestia ante las emociones del rubio, de algún modo lo sentía natural, pero le carcomía la curiosidad de saber cómo les era tan sencillo a ambos menores ser tan expresivos y confiados con dos chicos que apenas y conocían. Ese par era un misterio para el pelimorado.

Después de lo que pareció una eternidad, los chicos quedaron de acuerdo en ponerse a jugar Just Dance. Mientras Jungkook y Namjoon movían los muebles para hacer más espacio en la sala, Jimin intentaba abrir la aplicación desde su teléfono mientras de tallaba los hinchados y resecos ojos. Seokjin fue a conseguir unas botellas de agua porque, siguiendo el consejo de su primo, al pelimorado no se le podía confiar con nada que requiriera posibles derrames o cosas frágiles.

Las tortillas©«TaeGi»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora