El lugar no era como Yoongi lo imaginaba. El pequeño cuarto lucía más como un baño público que como un cuartel o club por fuera. Las paredes de cemento y ladrillo ni siquiera estaban pintadas y la puerta era lo único lujoso en el complejo con un candado digital. Mirando por unos segundos más, Yoongi arrugó la nariz y se dio la media vuelta de regreso por donde había llegado. Iba caminando como siempre con la mirada al piso cuando se topo de hombro con el de otra persona. Esperando lo peor, el pelinegro levantó la vista y al escuchar aquella voz conocida suspiró aliviado.
—Hola, ¿que haces por acá? ¿Vives cerca?- preguntó el rubio sonriendo.
-Hola, no yo solo buscaba una dirección y me perdí- mintió Yoongi casi golpeándose mentalmente.
-Oh, pues me alegra haberte encontrado entonces— sonrió sin mostrar los dientes —justo iba a la tortilleria a buscar a TaeTae, ¿vienes?
Y no le tuvo que preguntar dos veces, Yoongi asintió y juntos caminaron las cinco cuadras de camino ala tortillería. Jimin hablaba y hablaba mientras Yoongi intentaba seguirle el cuento y esquivar sus manos que se movían demasiado al hablar.
Al llegar a la tortillera, las manos le comenzaron a sudar al pelinegro y el corazón se le aceleró cuando escucho a Jimin gritar por Taehyung al entrar al lugar. Él entró detras del rubio y en cuanto tuvo vista al mostrador su corazón comenzó a latir de manera más normal. El castaño que estaba detras del mostrador no era Taehyung sino Jungkook. El chico al notar a Yoongi a lado de Jimin se quedo congelado por unos segundos con las manos en el aire y miraba de Jimin a Yoongi simultaneamente.
—¡Oh, cierto! Lo encontré cerca de la tiendita de doña Lucrecia— dijo el rubio sonriendo orgulloso.
—A que bien... ¿Yoobi?— preguntó el castaño.
—Yoongi— aclaró el pelinegro sintiéndose incómodo.
—A órale, Jimin que bueno que llegas porque necesito ayuda con el changarro— dijo Jungkook apresurado —Necesito que te quedes aquí en el mostrador.
—Ay, ya que— dijo Jimin apartándose de un Yoongi confundido.
—Y tú, no vas a estar nadamas de cara bonita mijo— se dirigió Jungkook a Yoongi —ven ayudame con la máquina que seguro tú no la rompes.
Y así, apurando el paso y un tanto avergonzado,Yoongi siguió al castaño detrás del mostrador.
Llegaron a dónde estaba la máquina y Yoongi suspiró al ver el tamaño de esa cosa, será un desastre, pensó.
—Muy bien, tú te quedas aquí al frente recibiendo tortillas o masa si es que sale algo, y yo le voy a mover allá atrás esperando no romperla ¿De acuerdo?— dijo el castaño a lo que Yoongi solo asintió.
Todo parecía ir bien, nada había salido de la máquina pero tampoco se había escuchado que estuviera en funcionamiento. Jungkook de vez en cuando salía del otro lado a verificar que su trabajo diera frutos pero se regresaba renegando y maldiciendo a Taehyung entre dientes. A Yoongi le parecía gracioso, interactuar con los amigos de Taehyung le alegraba ya que nunca ha sido de muchos amigos o conocidos. Ellos eran agradables de personalidad no solo de rostro.
—¡Yoongi!— escuchó al castaño gritar al mismo tiempo que la máquina comenzó a funcionar —ayuda.
Yoongi corrió al otro lado de la máquina esperando encontrar al chico y lo vio con el brazo metido hasta el fondo de la misma.
—Creo que mi brazo se atoró y no se que tan seguro sea que salga completo, ayudame a sacarlo— dijo Jungkook con lágrimas estancadas en sus ojos.
Yoongi no dijo más, solo se acercó al castaño y comenzó a seguir las instrucciones que le daba para sacar el brazo. Sujeto con una mano la pequeña puerta metálica dónde estaba trabajando el chico e intento con la otra proteger el brazo de rasguños usándola como escudo entre el metal y la piel de Jungkook.
Después de unos largos minutos de estar moviendo el brazo lentamente hacia afuera, Jungkook logró sacar su brazo y comenzó a saltar de alegría. Aunque pronto su alegría se opacaria por el familiar hormigueo de su brazo dormido. Las manos de Yoongi no se quedaban atrás, la que uso de protección estaba manchada de negro y un poco adolorida mientras que la que detenía la puerta dejó de sentir tres de sus dedos que terminaron dormidos. El castaño le agradeció a Yoongi y abrió los ojos alterado corriendo hacia el otro lado de la máquina. Yoongi lo siguió también sorprendido esperando lo peor.
Encontraron una pequeña montaña de tortillas apiladas en el suelo y unas cuantas atoradas en la salida directa. No era el desastre que esperaban pero si no quitaban las que estaban atoradas podría convertirse en uno.
—Tú quita y desatora esas y yo levanto estás que se cayeron— indicó el castaño.
—Estan... Pegadas— dijo Yoongi tratando de quitar la bola de masa de la salida.
Jungkook se acercó a ayudar y en efecto, eran tantas tortillas atoradas que la masa estába toda pegada y un tanto aguada. Justos comenzaron a escarbar y aventar pedazos de masa pero fue demasiado tarde. Mientras intentaban sacar toda la masa de en la apertura, la máquina parece haberse desesperado de su lentitud y escupió la masa líquida haciendo que se destapara la salida y los chicos quedarán con el rostro y brazos bañados en masa líquida.
—Grandioso— dijo Jungkook sarcástico.
Y un flash los deslumbró seguido de un click del otro lado del cuarto. Jimin comenzó a reírse como loco, tanto que se cayó al suelo sujetando su panza.
Vaya que fue un día lleno de sorpresas para todos, pero aún así Yoongi estába feliz de haber podido ayudar a los chicos y a su vez a Taehyung aunque ni lo haya visto.
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Las tortillas©«TaeGi»
FanfictionDónde a Yoongi lo mandan por tortillas y se encuentra con el hijo del tortillero. Actualización random •¡NO COPIAS, NO ADAPTACIONES, NO PDFs, NO PASEN MI TRABAJO A NINGUN OTRO LADO! -ES MI TRABAJO, MIS NEURONAS TRABAJANDO, MIS IDEAS. *Si estás vie...