Capitulo XXIV

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SeokJin llevaba casi media hora mirándolo "escondido" en la cocina.

Yoongi solo intentaba acomodar las frutas en el canasto e ignorar al castaño lentudo. Su mamá había sido muy específica con los quehaceres que le asignó para ese día; acomodar las frutas, limpiar la mesa, y recoger los juguetes de su hermana de la sala. Si no lo completaba le esperaba la regañiza de su vida, una señora regañiza tamaño familiar.

Su primo había estado intentando "arreglar" las cosas con Taehyung, pero Yoongi comenzaba a creer que era una excusa para ir a chismear con Jimin y Jungkook. Hace poco le dijo: "no tiene nada de malo ir de visita con sus amigos, igual con ellos no la regaste" y procedío a tapar su boca dramáticamente. Aunque estaba orgulloso de que su primo por fin estuviera usando palabras de acuerdo a su edad, que le recordara que metió la pata no fue muy agradable.

—Habla ya que estoy muy ocupado— le dijo cansado mientras barría debajo de la mesa.

Seokjin se acercó sobándose las manos.

—Es que tengo una idea, esta podría ser la buena— dijo sonando nervioso.

—Eso dijiste de las últimas tres— se agachó para barrer mejor debajo de una silla —es mejor que lo dejes, igual ya era mucha suerte.

—Yoongi, los dos sabemos que dices mentiras— lo miró serio mientras Yoongi se retorcía aún más tratando de sacar la basura debajo de otra silla —vamos, enserio creo que está es la idea.

—Si me dieran $100 pesos por cada vez que has asegurado tener la idea perfecta, les debería $100 pesos.— dejó la escoba de lado y se agachó para tratar de sacarle las pelusas a la pata de la silla.

—Eso ni siquiera tiene sentido— exclamó mientras tapaba sus ojos con la palma de su mano —¡Por el amor a la ciencia Yoongi, solo saca la silla y volteala!

—Si tan genio eres ponte a limpiar tu— dijo mirándolo molesto y sentándose en el piso.

—Por favor, te prometo que si está vez no funciona dejaré de intentar— se sentó frente a él y lo miró como perrito abandonado —Por favor, con Tajín.

—Agh, sabes que no me puedo resistir al Tajín— cerró los ojos unos segundos y suspiró —esta bien, pero que sea el último intento. Cada vez termino más herido y desanimado.

SeokJin solo pudo darle una media sonrisa y extendió su meñique frente a él. La promesa estaba sellada y no había manera de asegurar que en esa ocasión todo fuera a salir bien, pero Yoongi aún tenía una pizca de esperanza y eso era justamente lo que la idea de Seokjin necesitaba para funcionar.

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Hola hola

Uno cortito para que no piensen que ya me morí o me arrepentí de seguir escribiendo.

Además, me di cuenta que está historia está en #18 de Taegi✨ y me hace muy feliz.

Espero tengan o hayan tenido un lindo día, nos leemos luego.

Las tortillas©«TaeGi»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora