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Unos gritos y llantos se escuchaban desde adentro de la habitación. También podían escucharse voces masculinas como una femenina intentando calmar aquellos gritos que parecían sacados de su garganta con dolor.

Intentó abrir la puerta para adentrarse, pero en su lugar salieron tres personas de la habitación. Jimin se encontraba llorando mientras Namjoon lo sujetaba por la cintura, el más bajito con deseos de no abandonar a su mejor amigo para dejarlo solo en ese sufrimiento y después de ellos salió una peliazul sin ninguna expresión en su rostro.

Yoongi, quien estaba parado a su lado, miró al azabache preocupado cuando notó que los grandes ojos del chico buscaban desesperadamente a su primo. El muchacho tenía hasta sus ojos cristalizados, no podía soportar el como Taehyung no cesaba los gritos y los sollozos. Esto le estaba partiendo el corazón.

—¿Qué hace él aquí?— se escuchó llamando la atención de todos menos del peligris bajito.

—Esa no es la pregunta correcta. En verdad deberíamos de preguntarnos ¿que cojones haces tú aquí?— contraatacó Yoongi.— Jungkook pinta aquí mucho más que tú.

—¡Soy la madre del hijo de Taehyung! ¡Eso es ofensivo de tu parte!

—Voy a entrar...— habló el azabache convencido.— Si, voy a entrar.

Pero antes de que Yoongi o cualquier otra persona pudiera parar los pasos del chico, el muchacho entró empujando bruscamente la puerta sin molestarse en cerrarla.

—Señor, no puede estar aquí.— habló una de las enfermeras.

Jungkook hizo oídos sordos y se acercó rápidamente a la camilla de su mayor dejándolo destrozado por aquella visión que le dio en ese instante.

Taehyung estaba en un estado de rabia y tristeza, gritaba y sollozaba sin parar soltando maldiciones o pidiendo por su piedad. La piel de su rostro estaba más blanquecina que cuando lo vio desde que supo lo de sus ataques, al igual que sus uñas y labios, que estas estaban en un color azulado y sus ojos podían verse cansados e irritados. Aquella imagen no era muy sana de ver y al parecer a Jungkook le estaba afectando demasiado ver al mayor en ese estado.

Esto era lo que pretendía ver si se quedaba al lado del castaño para toda la vida.

En ese momento sintió miedo, pero no miedo del mayor, sino miedo de perder a Taehyung. De volver a verlo en aquellas tan malas condiciones y miedo de no poder soportar ver más en ese estado a Taehyung. Jungkook comprendió que para verlo de ese modo, sus ataques tuvieron que incrementar su número demasiado rápido y, por otro lado, se sintió culpable de ello. Pensó en que él mismo podría ser el mal para su mayor y que provocó su -ahora- estado.

—Taehyung...— lo llamó, pero no parecía escuchar.— ¿Cuántos ataques ha tenido el día de hoy?— habló ahora al doctor que lo atendía.

—Con este... cinco.

Jungkook jadeó con dolor al escuchar aquella cifra, pues sabía que aquellos ataques duraban entre diez minutos a una hora entera.

Taehyung estaba sufriendo.

Así que solo se acercó a Taehyung, lo tomó de la mano e intentó que respondiera a sus llamados.

El castaño, que parecía tener al mismo demonio adentro, estaba tan cegado en el dolor de cabeza que tenía que no si quiera se dio cuenta como aquella calidez embriagaba la palma de su mano y esta comenzando a encajarse entre sus dedos. En ese entonces gritó en un sollozo.

—¡Ella! ¡No! ¡Fuera!— dispuesto a soltar aquel agarre.

—Taehyung, soy yo. Jungkook.

El rostro del castaño se suavizó, sus jadeos disminuyeron y con ello dejó de forzar cada agarre que mantenían aquellos doctores y aquellas doctoras.

—Su ataque esta pasando.— advirtió uno de los hombres allí.— Acaba de llegar a la cumbre del agotamiento.

Unas orbes tan negras como la noche se posaron sobre los ojos del azabache. El castaño en su máximo cansancio por tanto esfuerzo luchando contra su ataque, con su dolor de cabeza haciéndose más ameno y con su piel, labios y uñas volviendo poco a poco a su estado original, Taehyung solo dejó salir una palabra antes de caer bajo el hechizo del sueño.

—Quédate.

"𝐁𝐄𝐇𝐈𝐍𝐃 𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐂𝐄𝐍𝐄𝐒" [ᵀᴬᴱᴷᴼᴼᴷ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora