Mientras No Sea Tarde (#1) // COMPLETO

49. El último beso (Parte 1)

Cherry - Harry Styles

"No la llames 'bebé'.
No hemos hablado últimamente.
No la llames como solías llamarme"

Mi estadía en Montreal había concluido, de la misma manera en la que la estadía de mis amigos aquí terminó hace dos semanas.

Day, Diane, Josh, Nick y Luke dejaron Canadá al día siguiente del campamento, los tres primeros irían directo a Nueva York a iniciar con la universidad, mientras que lo primo y mi amigo irían a casa a continuar sus estudios. Y, hace un par de días, Jade y Nathan viajaron a San Francisco para seguir con la universidad.

-¿Me ayudas con mi maleta?- pregunta Abril en la puerta de mi habitación- me demoro mucho y se molestarán

Asiento con un sonrisa y la sigo hasta su habitación.

Las cosas que traía aún se encuentran en desorden y mientras ella las intenta guardar yo le ayudo doblando la ropa.

-¿Ya sabes que vas a estudiar regresando a casa?- pregunta tras unos minutos.

-Psicologia.- le respondo decidida, con seguridad

Una sonrisa llena su rostro, y da pequeños saltitos de emoción.

-¡Serás la mejor!

-Eso espero

-¿En dónde?

-Junto con Luke y Nick

-¿Nick?- pregunta

-Nick- repito

-¿Están saliendo? O algo.

-Es mi amigo, Abril.

-Oh, cierto, tu capricho con Ethan, quien por cierto, se ha olvidado de ti, tu nombre otra vez, y de tu existencia como siempre.- suelta con rabia.

Mis ojos se cristalizan, la manera en la que lo dijo es tan hiriente que me hace creer que es cierto.

-Ordena tus cosas sola.

Salgo de su habitación, golpeando la puerta con fuerza y me recuesto sobre mi cama, las palabras que mi hermana dijo me afectan demasiado, tal vez porque sé que tiene razón, aunque el hecho de que la tenga no le da el derecho de ser así de cruel conmigo.

Me aferro a mi almohada, mientras siento lágrimas silenciosas caer por rostro, empapando mi cara.

Odio todo esto, odio a todos. Mi gato maulla, y al abrir mis ojos veo como se encuentra frente mío. Tal vez no odio a todos.

Kiwi se acerca a mí, y empieza a lamer mis lágrimas, una sonrisa embobada sale de mi a ver cómo se acerca.

-¡Vamos ya!- grita papá desde el piso de abajo.

Asiento aunque no me ve y metiendo a mi gato a su caja, bajo con la única maleta que me falta para ir en dirección al aeropuerto.

...

El viaje ha sido probablemente el más cansado y aburrido que he tenido en toda mi vida. Molesta con mi hermana, y sin conocer a algún tipo divertido en el avión como un cliché me la pasé dibujando en una servilleta.

No me da ganas de dormir ya que lo hice en el avión, así que cuando llego a mi casa, ordeno mi ropa en mi habitación, mirando en ocasiones la ventana con la estúpida esperanza de que el auto de Ethan se acerque a mi casa.

La ropa que he comprado en Canadá es más de lo que esperaba, me faltan ganchos para colgar y protesto al ver que una maleta aún se encuentra sin abrir.