Mientras No Sea Tarde (#1) // COMPLETO

21. La historia del ascensor.

El silencio en la habitación es ensordecedor, ocasionando que nuestras respiraciones se escuchan cada vez más fuertes. Puedo escuchar su corazón latir mientras siento como mis latidos se conectan y sincronizan con los suyos, sonando juntos.

Su cabello se encuentra desordenado, dándole un aspecto de cómo si recién se despertara.

Los ruidos de la ciudad no entran a la habitación, no se oyen las celebraciones por el llegar de éste nuevo año y parece ser una noche normal.

Cierro los ojos y temo quedarme dormida, me siento cansada y con mucha energía al mismo tiempo.

Ethan se voltea y su mirada se encuentra con la mía, poniéndome nerviosa. Una de sus manos acarician mi cabello, que cae por mi cuello, tapando un poco mi desnudez.

-¿Estás bien?- pregunta con voz ronca pero apenas audible.

¿Como le digo que fue posiblemente la mejor experiencia de mi vida sin exponerme más ante él?

El mostrarle mi físico es mucho mejor que mostrarle mi interior. No puedo volver a expresar mis sentimientos como si no importaran, cuando es lo único que tengo, lo que soy y el hacerlo nuevamente podría destruir lo poco que soy.

Asiento a su pregunta, sin querer decir más de lo que sé que me podría arrepentir.

Cierro mis ojos, tratando de evitar su penetrante mirada que me domina más de lo que me gustaría.

Su tacto es tan delicado que me hace doler.

Su celular empieza a sonar, y tras un quejido de su parte siento que se pone de pie para contestar. Pero no lo hace, solo se queda en silencio oyendo como suena una melodía que desconozco.

-Hola- escucho que responde, aunque con nerviosismo o tal vez incomodidad. Un silencio se escucha de la otra línea y él suelta un suspiro- Fuí a comprar algo- miente mientras se escucha nuevamente un silencio que me hace entender que es la otra persona hablando- Estaré en 10 minutos ahí, no te vayas.- habla y tira su celular a la cama.

Evito abrir mis ojos, mientras aferro un poco las sábanas a mi cuerpo, que me cubren hasta la cintura. Todo ésto acabo y el silencio en la habitación me dice lo que ya sé.

-Debo irme, América- me avisa o me pide permiso. Pero sé que su orgullo es tan grande como para que sea la segunda opción- ¿Quieres quedarte aquí?

Trato de aclarar mi garganta, fingiendo de que no me duele toda la cercanía.

-No conozco éste lugar- digo mientras me siento cubriéndome los pechos con mis brazos y mi cabello.

-Iré al club en el que nos encontramos. ¿Quieres ir conmigo?

-No me queda de otra- le doy una sonrisa forzada y me levanto de la cama aún cubriéndome con las sábanas.

Apenas moverme el dolor se siente nuevamente en mí, el ardor es increíble y cierro mis ojos con fuerza, no quiero que él lo note. Mis piernas flaquean al inicio, como si me hubiera dejado sin poder caminar, como si me hubiera partido en dos.

Localizo mi ropa y la agarro con rapidez para entrar corriendo al baño, aguantando el dolor que siento en mi entrepierna.

Me observo al espejo cuando la puerta se encuentra cerrada y no aguanto más, mis lágrimas empiezan a caer por mi rostro, arruinando el poco maquillaje que me queda. Me pongo las bragas con un poco de dificultad, ya que me duele aún, por lo que decido no moverme muy rápido e ignorar el dolor para que tal vez de esa manera desaparezca más rápido. Pienso en darme un corto baño, pero él dijo 10 minutos y podría demorarme lo que podría llevar a otra innecesaria pelea más, así que solo me lavo el rostro y me lo seco con papel higiénico, dejándolo sin rastro de maquillaje cosa que no me gusta sobre todo en estos momentos.