22. Cuando todo se va a la mierd*

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-América- escucho una voz a lo lejos- ¡Nadie intenta hacerte daño!

Poco a poco el horrible recuerdo que me atormenta desde los 6 años se va yendo. Mi respiración es agitada ahora, y siento mi rostro mojado.

-Tranquila- es la voz de Ethan.- solo estamos los dos, nadie intenta hacerte daño.

Siento sus manos sujetar mis brazos con firmemente. Mis ojos se encuentran cerrados con fuerza y cuando caigo en cuenta de que no estoy en el mismo lugar todo parece tranquilizarse.

Las puertas se abren en ese instante. Hemos llegado al primer piso. Salgo rápidamente y sostengo mis piernas con mis manos, y doy largas respiraciones. Siento mi corazón empezar a latir con normalidad. Las lágrimas han dejado de caer.

Levanto mi vista y observo a Ethan frente mío, me sujeta de mi hombro con cuidado y cierro mis ojos. ¿Él se dió cuenta de lo que me sucedió?

Espero que no, es algo que pocas personas saben, o mejor dicho, recuerdan. No lo sabe Luke, no lo saben mis amigas, tampoco lo sabe Abril.

La razón por la que agredí a James, el tipo que lastimó a mi hermana, fue esa. No quiero que ella pase por lo que yo pasé. Y cuando la vi asustada y llorando al lado de él toda la furia que sentí por haber arruinado mi inocencia la desquité con él.

Me pongo de pie, intentando evitar su mirada, la vergüenza me está matando, y me odio por no poder controlar las emociones como decenas de psicólogos me habían dicho.

Eres una idiota, América. Me torturo a mi misma.

Siento sus manos secarme las lágrimas, ese gesto me da tranquilidad y levanto mi rostro. Su ceño se encuentra fruncido, con claro enojo y preocupación.

Sus brazos me rodean con un claro intento de protección. Acaricia mi cuerpo con delicadeza por largos minutos.

No quiero tenerlo cerca, lo amo demasiado que me duele. Pero otra parte mía quiere tenerlo conmigo sin importar lo que suceda.

-¿Estás mejor?- pregunta en mí oreja.

Asiento, no quiero oír mi voz, ya que me encuentro molesta conmigo misma.

-Iré a devolver la llave- me avisa separándose de mi- ¿Quieres agua?- asiento y él va directo a la recepción, mientras yo me dirijo a la puerta de salida.

El frío clima me hace relajarme y me hace sentir mejor. La nieve se entierra en mis pies mientras intento olvidar lo ocurrido hace unos instantes.

La bulla se escucha más fuerte, desde gente celebrando desde sus casas, como a unos metros el bar del hotel repleto de gente que no noté al entrar.

Algunas personas se encuentran en la calle, hablando entre sí, o bailando al ritmo de toda la música mezclada.

-Toma agua, cariño.- La voz de Ethan me hace dar un pequeño salto del susto.

Él me mira confundido y extiende la botella, cohibida la agarro para abrirla y tomar de ella con largos tragos.

-¿Te encuentras mejor?- pregunta y asiento- ¿Qué fue lo que pasó?- niego, no me gusta hablar de eso. Y menos con él.-De acuerdo, entonces vamos ya.

Él empieza a caminar y lo sigo unos pasos atrás, me ofrece su chaqueta, pero niego, no tengo frío pese a estar únicamente con mi camiseta de tirantes. Voltea cada cinco segundos a asegurarse de que esté bien. He terminado de beber el agua y todo vuelve a la normalidad.

Tan normal como la poca comunicación que hay desde hace poco más de una semana.

Poco a poco reconozco las calles, por aquí solía vivir la mamá de mi papá y a unas cuadras se encuentra el club en el que estábamos en un inicio.

Mientras No Sea Tarde (#1) // COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora