Trece

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"Es casi ley, los amores eternos son más breves".


Para sorpresa de Aura, todos en su familia sabía que Remus le iba a pedir matrimonio.

Adiane le había dicho, que Remus llego temprano un día, cuando Aura estaba durmiendo, y ahí habló con ella y Jacob con la finalidad de pedirle la mano a su hija.

De la misma manera, cuando Lyall y Hope tocaron el tema del matrimonio fue para darle una patadita de confianza a su hijo para que finalizará todo.

Pero para consternación de los adultos, tanto Aura como Remus decidieron esperar hasta otoño del 79 para casarse, pues ahora tenían pensado organizar todas sus cosas para mudarse a la casa de campo en el pequeño pueblo cerca del bosque.

Al principio no sabían bien que cosas llevarían y que no. Pues la casa estaba muy bien amueblada. Pero llegaron a la conclusión de que primero llevarían todo lo material que no usen normalmente.

Las escobas para volar y barrer eran una de ellas, algunos muebles que habían que su habitación, varias fotografías. La plancheta de corcho con fotos que tenía Aura fue una de las primeras cosas en irse a su nuevo hogar; varias librerías llenas de libros, productos de limpieza (la magia no podía limpiar todo) algunas decoraciones, etc.

Una vez que todo estuvo en la casa comenzaron a organizarla, lo cual fue rápido, pues mientras guardaban todo en cajas habían planeado en donde colocarlos, así no pasaron tanto tiempo organizando.

Cuando todo estuvo casi listo, le siguieron la cosas que si usaban, como la ropa (dejándose unas prendas para ellos) cremas, jabones, cepillos. Todo lo esencial había sido llevada a su nueva casa con ayuda esta vez de Hope, quien les dio buenos consejos para que los productos líquidos o blandos no se salgan y manchen todo.

Y por último siguió la comida. Botellas de agua, sacos de café o té, comida de todo tipo (principalmente carne cruda) fruta, dulces, especias para sus pociones. Esto se basó principalmente en llevar todo lo que se podría comer o tenía fecha de caducidad.

Pareció un proceso largo, pero al final del día se dieron cuenta de que habían pasado casi dos meses en pasar todo esto a la cabaña.

— No puedo creer que finalmente estemos en nuestro hogar —murmuró Aura mientras caminaba con una caja de pizza en manos. Sus ojos se movieron a las paredes donde había nuevas fotos y al suelo donde había puras cajas vacías.

Remus asintió desde su lugar sentado en las escaleras, sosteniendo una botella de agua mientras esperaba que su prometida lo acompañe y se siente junto a él.

— Nunca creí que saldría de la casa de mis padres —hablo el hombre lobo mientras esperaba a que Aura tome una porción de pizza así el tomaba la suya.

— También. Nunca pensé que tan joven estaría viviendo sola con mi prometido —hablo pensativa recostandose contra el barandal.— Ni siquera se cocinar una buena carne.

Una sonrisa apareció en el rostro del chico.— Lo bueno es que no tengo problema en comer carne cruda.
Se rió cuando Aura le dio un leve golpe en el brazo.— Es un halago Pandi.

— ¿Pandi?

— Por Pandora.

Un fuerte quejido salió de los labios de la chica al ver que su pareja le dio otro apodo más. Todavía el chico no había inventado ninguno bueno, y dudaba que le gustase alguno.

— Algún día, descubrire un apodo que te guste y suene bien.

Aura solo giro los ojos para después cambiar de tema y empezar a hablar sobre limpiar todas las cajas que estaban en el suelo. Pues sus amigos tendrían mañana para celebrar la nueva mudanza, sin contar que no sabían si Lily se instalaría con ellos por un tiempo, para escapar de sus padres pues tenía miedo de que los Mortifagos los encuentren.

Destinos - Remus J. LupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora