Destinos - Remus J. Lupin

Ocho

"La vida es tan incierta, que la felicidad debe aprovecharse en el momento en que se presenta".

— Alejandro Dumas.

— Estas segura de que descansaste lo suficiente para hacer este hechizo —la voz de Remus salió en un susurro mientras miraba a la chica frente a el, la cual parecía muy decidida en realizar completamente su patronus.

— Si, y después podríamos tratar de hacer el tuyo... bueno que tu hagas el tuyo, yo daré apoyo moral —hablo mientras se arremangaba la camisa y acomodaba su varita en su mano.

Era ahora o nunca.

Con una fuerte inhalación empezó a visualizar todos los recuerdos felices que uso en la anterior vez, solo que ahora agrego todos los pequeños encuentros que tuvo con Remus, ya sea en sus rondas de prefecto, estudiar juntos o simplemente pasándola bien con las tonterías de los Merodeadores.

— Expecto Patronum —susurro tranquila, sabiendo que no era necesario gritar el nombre del hechizo para que salga perfecto, sin contar que estaban en la biblioteca en plena noche.

Volvió a sentir el leve cosquilleo que recorría desde su muñeca hasta sus dedos, pero esta vez fue mucho más fuerte, como si el cosquilleo se convirtiese en la típica sensación de leves pinchazos cuando una pierna se duerme.

— ¡Abre los ojos! —. Escucho a Remus decir y ella automáticamente los abrió siendo recibida por una gran fuente de luz que poco a poco tomaba la forma de un animal mediano pero que recorría elegantemente la sala.

Era un cisne, su patronus es un cisne, y lo confirmó cuando el animal empezó a volar con total calma, para finalmente desaparecer con una leve niebla plateada detrás de el.

Aura ni se molestó en contener su chillido de asombro una vez que lo había terminado. Tampoco le importó mucho, acababa de convocar su maldito patronus y era un bellísimo cisne, el animal del amor o algo así le habían dicho su padre una vez que vieron varios de estos en un lago que formaban un corazón con su cuello.

— ¡LO LOGRASTE! —grito Remus mientras corría hacia ella y la abrazaba.— Maldita sea acabas de realizar un hechizo de alta magnitud —dijo mientras se separaba de ella y le daba una leve sacudida.— Sabes lo que significa eso Aurora, sabes que significa que una bruja de dieciséis años sepa convocar un patronus —siguió hablando mientras frotaba levemente sus manos por la parte superior del brazo de la muchacha en un intento de suprimir la emoción.

Una risa se escapó de la chica ante el arranque de emoción por parte de Remus.

— ¿No?

— Eres una bruja malditamente excepcional, muy pocos son los magos que logran un patronus, mucho menos uno corpóreo. Dios hasta seria capaz de besarte...

Ninguno de los dos pensó de que era posible pasar de un momento tan ruidoso como el anterior a uno silencioso solo bastaría de unos segundos. Tampoco pensaron que ese silencio haría que ambos adolescentes sean totalmente conscientes de la cercanía del uno al otro.

Aura pudo notar más de cerca como el tenía algunas pecas que eran borradas por sus cicatrices (algunas frescas), mientras que Remus pudo notar algunos pequeños lunares en su piel que a simple vista no se podía ver.
Pero ninguno de los dos noto como sus miradas se desviaron levemente hasta sus labios.

"Miau"

Tanto Remus como Aura se separaron rápidamente, como sí acabaran de tocar sus calderos hirvientes cuando escucharon a Sombra el cual los miraba desde una mesa muy lejana, hasta parecía que estaba esperando un poco más de los dos jóvenes.