Dieciocho

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"Sonríe,
te estoy olvidando
tal y como querías"

Aura se había acostumbrado a la delicada salud de Remus, ella constantemente hacía lo que podía para ayudar al pobre chico cuando estaba totalmente decaído por su sistema inmunológico débil. Así que no fue una sorpresa para Madame Pomfrey encontrar a la chica rubia parada en la puerta de la enfermería con una caja llena de chocolates; había días en que la dejaba pasar, pero había otros donde simplemente tomaba el chocolate y le decía que se lo daría a Remus cuando este despierte.

Aunque el domingo de junio de 1976 fue la gran excepción.

A estas alturas del año escolar ya no les daban tarea ya que sus TIMOS estaban a solo un día, el lunes siguiente sería el inicio del infierno para los estudiantes de quito y séptimo, los cuales pasaban el noventa por ciento del día leyendo libros que podrían pesar la mitad de ellos.

Así que fue un milagro que Aura haya terminado el último libro que tenía para leer antes del almuerzo (se había levantado a las cuatro de la mañana por culpa de un aullido, de ahí no pudo conciliar el sueño), así que unos minutos antes de que la comida esté lista, Aura bajo hasta los dormitorios de Hufflepuff y tomo la pequeña bolsa donde tenía varios chocolates que compro en Hogsmeade antes de ir a la enfermería.

En el camino se había encontrado a Lily quien no levanto la vista de su libro hasta que la chica repitió tres veces su nombre, dejando ver unas profundas ojeras debajo de sus ojos verdosos, aunque no la culpo, Aura probablemente tenía un aspecto parecido o el mismo. No sé quedaron hablando mucho, solo acordaron que a las siete se encontrarían en la bibliotecas y repasarán algunos puntos para su examen de Defensa Contra las Artes Oscuras.

Luego de eso siguió su camino, repasando mentalmente los nombres de las lunas de Saturno al ser este el último tema que leyó en el libro.
Cuando llegó a la enfermería, esta se encontraba totalmente cerrada así que le dio tres golpes para dar a notar su presencia.

Madame Pomfrey abrió la puerta, dándole una leve sonrisa a la joven muchacha aunque se podía ver un poco de pena en sus ojos.

— Hola Poppy —saludo con un leve apodo a la matrona.— Vengo a ver a Remus, ya sabe como siempre asi que ¿puedo pasar-?

Madame Pomfrey la interrumpió rápidamente.— Me temo que el se fue temprano cariño y te recomiendo que no lo busques, se fue principalmente para hablar con el director y luego ira directamente a su habitación. Podrás darle el chocolate más adelante.

Una leve decepción se instaló en el pecho de Aura, había apurado la lectura de su libro y ni así había llegado a tiempo. Aunque lo raro era que por culpa de la gripe Remus siempre estaba uno o dos días y nunca se iba temprano.

— Los TIMOS están volviendo loca a la gente —susurro la prefecta antes de darse la vuelta e irse hacia el Gran Salón donde sus amigos la esperaban, aunque ahí también se dio cuenta de que los Merodeadores tampoco estaban presentes.

Por ahí habían hecho una broma tan perversa que el director tuvo que sacar a Remus de su camilla en el hospital.

Sus preocupaciones crecieron al ver que Severus tampoco apareció en el resto del almuerzo, habían llegado todos los Slytherin con los que se juntaban, pero el no entró. Por lo tanto, una gran parte de ella pensaba que la broma de ellos fue dirigida a su mejor amigo.

Y tenía razón...

"¡Eres idéntica al inmundo de tu padre, eres una bestia como el Lupin!"

"¡Mi padre fue de todo menos una bestia Snape, tu te metiste donde nadie te llamó!"

"¡Veinte puntos menos para Gryffindor y lárgate de mi despacho!"

Severus había descubierto el inmundo secreto de los Merodeadores y eso casi le había costado la vida. Ver en su forma completa a un hombre lobo no es la mejor experiencia que alguien podría tener y Severus estaba totalmente de acuerdo con eso.

El no esperaba el momento del desayuno para empezar a hacer correr el rumor de que hay un hombre lobo entre ellos y cuando todos menos se lo esperen ¡ZAZ! Decir que el hombre lobo era ni más ni menos que Remus Lupin el tan amable y responsable de los Merodeadores ocultaba que era una horrible bestia dentro de si.

Pero todo se vio saboteado cuando una carta de Dumbledore le afirmó que tenía totalmente prohibido decirle a alguien lo que había descubierto. De haber estado tan feliz por manchar el nombre de alguien paso a una gran molestia por tener que guardar silencio.

Sin contar que el bastardo de Potter lo había salvado de la "broma" de Sirius.

Estaba furioso, pero se puso a pensar. Si no podía decirle nada a la escuela completa, mínimo le diría algo a SU mejor amiga, sabia que Aura era alguien importante para el hombre lobo así que estaría más que feliz de hacer que Puor se aleje de él.

Y recién pudo hablar con ella después del examen práctico de transformaciones, pero el no fue el único que la estaba buscando. Los tres Merodeadores (estaban en un proceso de ignorar a Sirius por su estupidez) no eran estupidos y sabían que Severus le contaría de las peores cosas a ella, así que tenían que encontrarla lo antes posible.

Destinos - Remus J. LupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora