4. Mi silueta en tu mente

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El calor lo hizo sentir tan incómodo que no le quedó otro remedio que despertar. Tenía un dolor de cabeza horroroso. Su mano y su labio dolían como un demonio. Maldita sea ese tipejo sí que lo quería fuera de la vida de Gulf. -¡Mierda, Gulf! – pensó, se levantó de golpe – ¿Qué había pasado? - Se había dormido tan profundo, no sabía por cuánto tiempo.

- Siri, ¿qué hora es? - dijo Mew tomando su celular. Pero no escuchó nada. Apretó el botón principal de su teléfono y solo escuchó el sonido de batería baja. Mierda, se había quedado sin batería. Tomó el cable que tenía conectado al lado de la lampara de su mesita de noche y lo conectó. Se levantó y fue hacia el baño. Se lavó con cuidado la cara. Recordó que, en la madrugada, cuando llegó se quitó la venda de su mano y parecía que durante la noche la herida se había lastimado. Dolía mucho. Regresó a su celular. Presionó de nuevo el botón de encendido. Después de dos minutos Siri le dijo:

- Llamada entrante de Cariño – Mew indicó contestar.

- ¿Hola? – preguntó Mew.

- ¿Hola? – se escuchó un hilo de voz del otro lado.

- ¿Gulf? ¿hola? – preguntó Mew preocupado. La voz de Gulf no se escuchaba bien.

- ¿Mew puedes abrirme la puerta de tu casa? ¿por favor? – Pidió Gulf.

- ¿Dónde estás? – preguntó Mew.

- Ahora mismo estoy en mi auto, frente a tu casa- dijo Gulf.

- ¿Qué? Y ¿cómo sabes dónde vivo? - preguntó Mew.

- Kok me ayudó preguntándole a Saint... Mew. Perdona por venir ¿sí? Pero estoy aquí desde las 6:30 de la mañana... he estado llamándote incansablemente, he timbrado un millón de veces. Estoy cansado y creo que si regreso al hospital me voy a dormir en el camino y tendré un accidente-. Mew tembló, no quería eso.

- Si, te voy a abrir- dijo Mew- ven y descansa. ¿qué hora es?-

- Ya pasó medio día – contestó Gulf.

- ¡¿Qué?! pero ¿qué coño? - dijo Mew y se escuchó el timbre. Colgó y fue a abrir.

- ¿Gulf? – preguntó Mew cuando abrió la puerta.

- ¿Me colgaste? - dijo Gulf en una falsa indignación.

- Entra, entra- dijo Mew quitándose de la puerta. Después de que entró Mew cerró la puerta y se quedó inmóvil ahí. Ese olor lo estaba desquiciando. Se tapó la nariz y siguió a Gulf que estaba elogiando la casa. Gulf se volteó a mirar a Mew que no decía nada y cuando lo vio con la nariz tapada abrió los ojos.

- ¿Huelo tan mal? – dijo Gulf, intentando oler sus brazos.

- No, no es eso, al contrario- dijo Mew, pero en seguida se reprendió mentalmente, no debía haber dicho eso. Se escuchó la sonrisa de Gulf.

- Gulf- dijo seriamente Mew- ¿podemos hablar? -

- Mew- respondió Gulf- venía con toda la intensión de hablar hace algunas horas, pero ahora solo quiero dormir ¿Podría recostarme en el sofá?- pidió.

- No Gulf, mejor recuéstate en mi habitación. Si quieres darte una ducha también puedes hacerlo. Sígueme -dijo Mew.

Gulf estaba maravillado con la casa. Era increíble que Mew no pudiera ver y su casa tuviera tanto estilo. El camino hacia la habitación estaba marcado con cuadrados en el piso. Así sabía Mew que se dirigía hacía allí. Le encantó que Mew fuera tan inteligente y recursivo. Cuando llegaron a la habitación encontró una cama amplia y atractiva, se veía tan cómoda.

Aunque no te Pueda VerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora