8. Jian

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La nube de fraternidad, felicidad y risas se había desecho rápido. Ahí estaban todos de pie mirando a Mew. Se maldecían por dentro por haber tocado ese tema tan frágil en medio de una situación tan importante para él. Mew soltó la mano de su madre y empezó a caminar hasta la sala. Se sentía mal. Eran las personas más importantes de su vida y las había querido allí para presenciar un momento que para él significaba empezar de nuevo. Era un buen comienzo porque con Gulf no importaba ser ciego porque él tenía la capacidad de transportarlo a universos donde podía ver diferentes colores. Universos de placer, de pasión. En los que no necesitaba ver. Pero ahora, su familia y sus amigos estaban tratando de convencer a la única persona que lo aceptaba como decidió ser de que se operara. Él no había hablado de eso con Gulf porque no quería que lo viera como lo ven los otros. Pero ahora probablemente Gulf se iría y en caso de que decidiera quedarse estaría con él solo por intentar hacer que se operará y así no lo quería Mew. Ahora todo se había acabado para él.

- ¿Qué fue lo que pasó? – preguntó madre aturdida a Gulf, que tenía la mirada entristecida.

- Estábamos hablando con Gulf, queríamos explicarle lo de Mew, pero Mew nos escuchó- dijo Kao torpemente.

- Oh Gulf- corrió madre hasta Gulf y este la miró desorientado.

- Por favor, no escuches lo que te dicen- le dijo en súplica y todos la miraron.

- ¿pero qué estás diciendo? – preguntó Earth – nosotros solo tratamos de ayudar a tu hijo-.

- Lo sé Earth y lo agradezco. Pero creo que estarán de acuerdo conmigo en que ninguno de nosotros lo ha ayudado tanto como Gulf en estas últimas semanas- dijo la mujer y todos agacharon la cabeza. No era un secreto que Gulf hacía super feliz a Mew y había logrado poner en él una sonrisa sincera que ninguno había logrado sacar en los últimos seis años.

- ¡Maldita sea, largo! – se oyó el grito de Mew desde la sala. Todos brincaron. Gulf no sabía qué hacer. No quería dejar a Mew así. Tenían que hablar.

- Mew, cariño... - intentó decir algo madre acercándose a la sala, pero Mew la interrumpió.

- Mamá, lo siento. Pero necesito pedirte que te vayas y todos por favor salgan de mi casa. Si no lo hacen me iré yo – intentó salir, pero su madre lo tomó del brazo.

- Nosotros nos vamos, hijo. Tu quédate. Perdón por ... - Iba a decir algo, pero Mew volvió a interrumpir.

- No digas más- empezó a caminar hasta su habitación, pero se tropezó con Kao. El olor inconfundible a chaqueta de piel era de él.

- Mew, por favor hablemos- intentó tomarlo del brazo.

- ¡Ni mierda, Kao! ¡No quiero! – Mew se tapó la cara y se rompió – los invito a mi casa porque los considero importantes para mí. Quería que fueran parte de un evento especial. ¡Hoy!, maldita sea, hoy, quería invitar a salir a Gulf formalmente. Pero ustedes llegan, así como así... ¿con qué derecho? a exigirle a Gulf que los ayude a convencerme de algo que no quiero hacer. Yo pensé que ustedes me aceptaban como soy. Pero veo que estaba equivocado. Se están aprovechando de que el me hace feliz ¿verdad? - no soportó más y se sentó frustrado en una de las sillas de la sala y hundió su cabeza en sus manos. -¡¡Fuera, joder, mierda, mierda, fuera!!- gritaba con dolor.

Todos estaban sorprendidos. Se miraron con tristeza no sabían que Mew tenía pensado hacer eso. La habían cagado a lo grande. La madre de Mew había empezado a llorar y estaba temblando de los nervios al ver a su hijo de esa manera. Gulf por su parte, estaba aturdido. No sabía que Mew tuviera tantos problemas. No sabía qué era lo que hacía que Mew no se quisiera operar. Sabía que tenía que averiguarlo.

Aunque no te Pueda VerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora