34. Encrucijada (parte 1)

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La situación empezó a complicarse después de haber recibido aquella llamada. No solo porque Gulf deseaba estar con su amigo y ofrecerle una mano en su ayuda, sino porque la inmediatez de la necesidad de su ayuda lo tenía nervioso. Después de la llamada habló con Mew y este aceptó encantado regresar a las montañas heladas, pues quería desconectarse un poco de la ciudad y los afanes de su trabajo. También lo habló con Earth y después de un par de fines de semana tratando de convencer a Kao, lo lograron y toda la familia viajaría con él, incluidos Ren y Lea. Aunque -"lo haremos a mi manera"- fue lo que dijo Kao, así que Gulf sabía que viajarían en avión privado y con otro montón de comodidades. Pero lo aceptaría con gusto. Ya no se trataba de una aventura más, ahora era un viaje familiar y la seguridad de todas sus personas importantes. No sobraban aquellos detalles.

No obstante, la cuestión compleja fue con Alexander. Su hijo, aunque quería mucho a sus tíos y a su primo Harry, no le agradaba mucho la idea de pasar 3 meses lejos de su colegio y menos de su amigo Roy. La cuestión empeoró cuando Gulf le dijo que no podrían llevar a su gato Pepino con ellos, debían dejarlo en guardería.

- ¿No puedo quedarme en casa de Roy mientras ustedes van y ven al tío Mild? - preguntó Ale con un deje de molestia en su voz.

- Cariño, serán 3 meses. Es mucho tiempo- Gulf intentaba persuadir a su hijo.

- El tiempo pasa muy rápido – respondió el niño.

- Así es- dijo esta vez Mew – ya verás que pronto estaremos aquí y podrás volver a jugar con pepino y con Roy-.

- No quiero ir- dijo decidido.

- Lo siento, Cariño. No se trata de si quieres, somos tus padres, amor. Nosotros debemos cuidar de ti- Gulf intentó ser conciliador.

- ¿Me obligarán a ir? – preguntó Ale ahora con evidente enojo. Ninguno de los dos respondió nada – Si, está bien no me respondan nada, pero quiero que sepan que no quiero ir y si vamos será contra mi voluntad, y ustedes saben que cuando no quiero algo, puedo ser un doloroso grano en el culo- dijo moviendo sus pies hacia su habitación.

- ¡Cuida ese lenguaje! - había gritado Mew antes de escuchar cómo su hijo cerraba la puerta con enojo - ¡No te desquites con la casa que no tiene la culpa! – regañó de nuevo.

- Ya, déjalo – pidió Gulf con desgana. La verdad le sabía muy mal que Ale se hubiera tomado de esa manera la noticia de viajar a ver a su otra familia. Conocía el temperamento de su hijo y sabía que, si su actitud no cambiaba, era probable que el viaje terminara siendo un verdadero infierno.

- Bueno ¿y si llevamos a Roy? – preguntó Mew en voz baja.

- Es una opción, pero no creo que sus padres lo dejen- Gulf suspiró derrotado.

- Lo intentaremos- Mew se puso en pie y tomó sus llaves.

- ¿Qué vas a hacer? – preguntó Gulf.

- Pues iré a hablar con ellos, Gulf, necesitamos organizar nuestras cosas, en dos días salimos y si nos retrasamos, Kao podría matarnos. Ya tiene listo todo y serán 3 meses Gulf, necesitamos llevar varias cosas- Tomó su teléfono y se acercó a la puerta.

- Oye, espera, ¿te vas a ir así? - Gulf se puso de pie en un brinco. Mew le sonrió de lado.

- No, porque esperaré a que vengas aquí y me des un beso de despedida- respondió Mew estirando sus labios. Gulf sonrió y se acercó a su esposo.

- Ojalá los convenzas, de verdad, sería genial que Ale estuviera feliz por allí- dijo Gulf antes de dejarle los labios hinchados a Mew del beso tan ardiente que le dio.

Aunque no te Pueda VerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora