Continuaban en medio de besos lentos y necesitados. Mew no sabía cuánto tiempo llevaban así. Él no sabía si era de día o de noche. Tampoco le importaba mucho. Hacía tanto tiempo que no probaba un sabor tan dulce y adictivo, que por ese momento se olvidó de lo que denominaba "su castigo". Porque Gulf estaba dejando que él hurgara su boca, que la explorara, que la degustara y que se la aprendiera de memoria. Y Mew, como un estudiante aplicado, ya había reconocido con su lengua las principales características de esos deliciosos labios carnosos, sobre todo el labio superior que tenía una protuberancia suave que invitaba a succionar, a chupar y a lamer como un caramelo. ¿Qué decir de su lengua? La más juguetona, pero a la vez sumisa que había sentido contra sus labios. Permitía que Mew llevara el control.
Mew lamió su camino por las encías, pasó su lengua por la comisura de sus labios. Se separaba para respirar e imaginar la forma en como se veían los labios de Gulf y tratar de crear una imagen que le permitiera observar lo que había hecho. Después de recuperar su respiración volvió a empezar. Daban vueltas en la cama una y otra vez sin soltarse la boca. Repitieron el mismo ritual de nuevo hasta que Gulf se separó súbitamente y se puso de pie.
- ¿Está todo bien? – Preguntó Mew un poco aturdido. Mientras besaba a Gulf se dibujaron en su mente miles de colores que no sabía de dónde venían. Cuando Gulf se separó volvió de nuevo a su oscuridad, pesada y solitaria.
- Está todo perfectamente- respondió Gulf después de unos minutos.
- Ohh, no puede ser- exclamó Mew cuando su mano fue guiada hasta el pecho desnudo de su amante -¿Te has quitado la camisa? – preguntó Mew poniéndose en pie. Estaba descolocado. La piel de Gulf se sentía tan suave. Su miembro cada vez más duro, iba a estallar. La ropa también le estorbaba a él , quería desnudarse.
- No solo me he quitado la camisa, pero Shhhhh- Gulf calló con su dedo índice la boca de Mew y luego puso su mano en el hombro de este para invitarlo a sentarse de nuevo.
- Pero Gulf, mírame- dijo Mew señalando su erección.
- Mew, tócame- pidió- luego yo me encargo de eso-.
Mew suspiró. Tenía que calmarse. Se sentía como un adolescente a punto de tener relaciones sexuales con alguien experimentado y no quería quedar mal. Pero si lo pensaba bien, era su primera vez después de haber quedado ciego. Antes del accidente tenía una relación relativamente estable con un chico menor que él. Estaba dedicado a la actuación y entre los dos decidieron, después del accidente de Mew, terminar las cosas. Mew no quería ser una carga y su expareja no quería distracciones, estaba empezando a tener éxito.
Mew se sentó erguido en el borde de la cama y extendió sus brazos para tratar de alcanzar a Gulf. Este se ubicó en medio de las piernas de Mew para sentir más de cerca sus caricias.
- Quiero que empieces a tocarme de arriba abajo, que pares en cada parte de mi cuerpo y te voy a ir diciendo algunos detalles para que puedas tener una aproximación de lo que soy- dijo Gulf llevando las manos enormes y maravillosas de Mew a sus hombros.
- No, quiero empezar desde la coronilla- pidió llevando sus manos hasta la cabeza de Gulf.
Empezó a acariciar el cabello, desde la coronilla hasta las puntas. Lo hizo repetidas veces mientras Gulf le decía el color y por qué llevaba ese corte de cabello. Después se detuvo en sus orejas. Eran diminutas, pero tan suaves. Las tocó, las amasó con sus dedos índice y pulgar de cada mano.
- Son preciosas- dijo cuando Gulf le explicaba que tenía las orejas más pequeñas que el promedio.
Después se detuvo en un rasgo que llamó su atención entre el final del cuero cabelludo de la parte izquierda de su cabeza y el ojo. No era la ceja, se sentía más como una cicatriz.
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Aunque no te Pueda Ver
FanfictionSe trata de Mew un exbombero que ha tenido que abandonar su profesión debido a que quedó ciego por un accidente. Ello ha generado que su estado de ánimo cada día que pasa sea peor. Este bombero está sumergido en una rutina aburrida. Un día, sin plan...