28. Razones y deseos

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Gulf volvió a la habitación de Nhorla, habló un rato con ella comentándole cuál sería el procedimiento al que se tendría que someter, después vinieron unas enfermeras y se la llevaron para su cesárea. Mild estaba tomando más tiempo del esperado. Después de un buen tiempo apareció Mew y se sentó al lado de Gulf que se encontraba en una sala de espera mirando hacia la nada.

- ¿Algún día tendrás que hablar no? ¿debes contarme, Gulf? ¿por qué no lo haces ya? – dijo Mew en un tono poco amigable - ¿crees que no me di cuenta cómo lo mirabas? - dijo manteniendo su mirada en Gulf - ¿quién es ese imbécil y por qué te afecta tanto? – esa última pregunta hizo que Gulf le clavara la mirada - ¿qué? Joder, dime algo Gulf, tengo miedo –.

- No es nadie Mew – fue la respuesta de Gulf antes de volver a mirar al frente.

- Mientes – dijo acercándose a Gulf - ¿es tan grave que no me lo quieres contar? – dijo eso último en un tono bajo.

- Harry es...- suspiró Gulf. Tenía que contarle a Mew, no podía dejar que se hiciera ideas en su cabeza – estuvimos juntos en Londres – dijo mirando de nuevo a los ojos hermosos de su amado.

- Un ex...- afirmó Mew.

- Si, es eso. Una relación del pasado, que terminó mal. Me engañó. Pero es el pasado Mew –

- Pero aún te afecta – respondió.

- No, creo que me sorprendió encontrarlo aquí después de tanto tiempo...- dijo Gulf ahora mirando entre sus dedos.

- Gulf... querías tener hijos con ese tipo... algo tuvo que pasar para que no quieras tenerlos conmigo, llevamos años juntos, me conoces, sabes que... – dijo Mew mirando hacia las manos de Gulf, quien movía sus dedos con nerviosismo.

- Mew ¿podemos dejar el tema para después? – estaba cansado física y psicológicamente.

- No, Gulf, es que no entiendo ¿qué pasó? Explícame, merezco una explicación, joder, no puedo dejar de pensar en ese tipo cerca de ti, además... Gulf lo mirabas... - suspiró Mew

- No, no lo miraba de ninguna manera, Mew, por favor, déjalo y el tema de los hijos también, ya no más, por favor ¿sí? – Gulf se puso de pie y empezó a caminar de un lado al otro.

- ¿Te das cuenta de que estás evitando la comunicación? – preguntó Mew desde su asiento – Gulf, por favor, no puedo meterme en tu cabeza –

- Pero es que no tengo nada que decirte, ya está todo dicho-

- ¿Entonces tengo que ir a preguntarle a él? - dijo Mew esperando que Gulf reaccionara y le comentara algo, lo logró, pero no se libró de la mirada asesina.

- Bien – Gulf se sentó de nuevo al lado de Mew, reposó su cabeza contra la pared de atrás, cerró los ojos, suspiró y empezó a hablar – nos conocimos el primer día de clases de una asignatura de tercer año, yo llegué tarde porque me perdí de salón, cuando llegué el único espacio que quedaba era el que estaba al lado de él. No fue amor a primera vista, pero hubo algo en ese primer encuentro que no me dejaba apartarlo de mi mente. Después, nos encontrábamos por los pasillos, nos saludábamos sin decirnos mayor cosa- paró para pasar saliva y mojarse un poco los labios, aún no abría los ojos, recordar todo ello no era fácil porque había cometido varios errores de los que no se sentía orgulloso.

Mew lo miraba atentamente, Gulf siempre lo sorprendía con historias de su vida que no se imaginaba que hubiera vivido, sin embargo, esta historia era diferente, involucra otro hombre, al parecer uno al que Gulf amó tanto y que probablemente no ha olvidado. Ver a Gulf lamerse los labios, le generó también un impulso por mojarse los suyos.

Aunque no te Pueda VerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora