13. La Familia

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- Cariño ¿cómo estás? - Mew acarició la mano de Gulf después que salió Earth. Hubo un enorme silencio. Gulf no sabía si dejar salir su tristeza y amargura o aguantarse para no hacer sufrir a Mew. Pero lo que tenía encima era muy fuerte y pesado. No podía manejarlo, estaba cansado. Le dolía la cabeza muchísimo. Decidió lo primero.

- Mew, lo siento mucho – empezó a llorar Gulf sentándose en la cama y tirando de Mew hacia él. Mew se puso en pie y lo abrazo con fuerza. Gulf había empezado a temblar. Mew atrajo la cabeza de Gulf en su pecho y la acarició con una mano, mientras con la otra acariciaba su espalda y su hombro – yo, yo te juro que no quería. El, el, me empujó hasta ... -

- Shhhh- interrumpió Mew sosteniéndolo más fuerte – no tienes que decir nada cariño, yo sé que no fue tu culpa. Por favor, trata de no pensar en nada. Aquí estoy contigo mi amor. No tienes la culpa de nada-

- Pero es que Mew, el, el.. me... - Gulf lloraba aún más fuerte. Su respiración era muy agitada y Mew se estaba poniendo muy nervioso. Gulf estaba muy abrumado, Mew no sabía qué hacer. Necesitaba darle tranquilidad y no sabía cómo hacerlo. Necesitaba verlo a los ojos y asegurarle que todo estaría bien, que estarían bien. Pero no podía. Joder.

- Shhh, tranquilo, estoy aquí contigo ahora, no voy a dejar que ese maldito idiota o quien sea te haga daño- dijo Mew recordando lo que había vivido con Kao. No quería pensar que su amigo de toda la vida estuviera detrás de eso.

Gulf lloró mucho tiempo abrazado a Mew. Después se acomodó de nuevo en la cama y se durmió. Mew quería verlo como dormía. Maldición, cada vez más crecía en su interior las ganas de ver a Gulf. De ponerle una cara a esa voz, de convertir la silueta que tenía grabada en su mente en una persona real. Pero, particularmente en ese momento, quería ver a Gulf dormir. Necesitaba verlo, ahora más que nunca, pues Gulf lo necesitaba también a él. Mientras Gulf dormía, Mew pasaba las manos por su frente y sus mejillas, en algunos momentos le cantaba cosas para tranquilizarlo. En medio de las canciones dejó salir de su boca ese deseo que se formó en su corazón – no sabes cuánto te quiero ver- un susurro al aire que Gulf no pudo escuchar.

Madre llegó al hospital hecha un mar de lágrimas. Earth le había comentado parte de la situación y ella había accedido a acercarse al hospital para ver a Gulf y a acompañar a su hijo. Llevó algunos alimentos que seguramente animarían a Gulf. Cuando entró en la habitación sus ojos se posaron en la venda que tenía Gulf en una parte de su cabeza y en los notables hematomas que tenía en su cara y en uno de sus brazos. Su corazón dolió. Gulf, no merecía eso. Nadie merecía eso.

- Hola, madre- saludó Mew al sentir el olor a canela. El aroma de su madre siempre traía calidez a su corazón.

- ¿Cómo está? – preguntó ella.

- No lo sé. Está vivo que es lo importante, pero no sabes la impotencia que tengo. Quisiera saber cómo está. Pero no sé cómo hacerlo. Hace un rato se despertó y lloró tanto. Está roto y no sé si pueda ayudarlo a repararse- dijo Mew con la cabeza agachada y con la voz baja.

- Lo hará, lo harán, lo haremos- dijo su madre acercándose y tomando la cabeza de Mew para juntar su frente con la ella – Gulf no está solo, está con nosotros. Esto que pasó es horrible, pero nos tiene a nosotros para repararse- dejó caer algunas lágrimas.

- Oh, madre, no sabes cuánto agradezco que estés aquí- dijo Mew soltando por un momento a Gulf y sujetándose a su madre. No recordaba cómo era el rostro de ella. Había olvidado cómo era su madre y ahora que ella estaba ahí llorando con él, no podía ponerle un rostro a ese llanto. Quería ver a su madre, así como quería ver a Gulf. Estaba decidido. Se iba a operar.

Aunque no te Pueda VerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora