15. Lluvia de Problemas

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Después de pasar un rato más en esa habitación que tanto les gustaba, fueron a preparar la cena. Morían de hambre. No obstante, con miedo a que Mew se arrepintiera de la operación, Gulf había llamado a un colega suyo para solicitarle una cita. Necesitaban saber si la condición de Mew aún era operable. También se comunicó con el psicólogo que la madre de Mew le había recomendado inicialmente. Iría a verlo en unos días, justo antes de regresar al trabajo de nuevo.

Los siguientes días pasaron muy rápido. Gulf llevó a Mew a que se realizara algunos exámenes formulados por su colega Champ, uno de los mejores en su área. Aún no dirían nada a los otros miembros de la familia para que no se hicieran falsas ilusiones en caso de que la situación de Mew ya no tuviera remedio.

Cuando Mew tomó la decisión de someterse a la operación no había pensado en la posibilidad de que ahora ya no se pudiera hacer nada. Fue Gulf quien le hizo poner los pies sobre la tierra en ese sentido. Ahora, no podía negar que estaba nervioso, si el resultado era que ya no tenía solución, seguramente estaría muy triste, por mucho tiempo, él quería ver a Gulf, él necesita ver a Gulf.

Cuando se acercaba el día en el que Gulf debía incorporarse de nuevo a su trabajo empezó a sufrir ataques de ansiedad durante la noche. Mew tenía que sujetarlo en sus brazos contra su pecho por horas. Gulf no hablaba simplemente lloraba por mucho tiempo, temblaba en brazos de Mew, sudaba y respiraba agitado. De día, el sueño vencía a Gulf y parecía que podía dormir tranquilamente, por lo que Mew no lo despertaba. Pero después de la tercera noche Mew estaba por entrar en desesperación. Necesitaba saber cómo ayudar a Gulf, aunque tendría la cita con el psicólogo al día siguiente, no podía aguantar más. Así que aprovechó cuando Gulf se despertó a comer para hablar.

- Cariño creo que lo mejor es que hablemos. Estoy preocupado- dijo Mew ofreciendo una taza de té a Gulf.

- No quiero hablar- dijo Gulf tajante. Esa respuesta sorprendió a Mew. Sobre todo, porque él había hablado amablemente.

- Pero Gulf, aun así, tenemos que hablar. Estoy preocupado-

- No tienes por qué estarlo y ya te dije que no quiero hablar- dijo tomando la taza regresando hacia la habitación de nuevo.

- Espera Gulf, por favor- volvió a decir Mew en tono de súplica.

- ¡Maldita sea! – gritó Gulf desde el pasillo tirando la taza al piso – ¿qué parte de No Quiero Hablar, no entiendes? - bufó y entró en la habitación.

Mew se quedó pasmado por la reacción de Gulf. ¿Qué había sido tan molesto? ¿por qué Gulf estalló de aquella manera? No sabía si quedarse allí o ir hacia la habitación. Cuando intentó caminar hacia la habitación recordó que no podía ver en dónde había caído los restos de la taza ¡Demonios! Intentó seguir tomando su té, pero no pudo. Ahora todo estaba peor de como estaba antes. ¿Qué sería lo correcto? ¿esperar a que se le pase? ¿esperar a que vaya a hablar con el psicólogo o ir a preguntarle de nuevo?

- No quiero regresar al trabajo- dijo Gulf sorprendiendo a Mew quien soltó un pequeño grito del susto. Estaba tan absorto en sus pensamientos que no se había dado cuenta que Gulf había regresado a la cocina. Ya no podía distinguir el aroma, porque la pasaban tanto tiempo juntos que sus aromas ahora se habían mezclado– he visto los videos y no quiero regresar a ese sitio, tengo miedo de que me juzguen- continuó diciendo Gulf con la voz entre cortada.

- Oh cariño, ven aquí- dijo Mew con ternura – ven, ven aquí- repitió cuando Gulf no se acercaba.

- Soy una persona horrible Mew, no puedo creer que sigas interesado en mi después de todo- suspiró para seguir hablando- me estoy convirtiendo en una carga para ti- añadió avergonzado.

Aunque no te Pueda VerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora