Ingredients: bdsm, Tú+Billie, lenguaje explícito y castigos
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La señal no era muy bueno, pero la voz irritada de Mike se había escuchado claramente, por sobre encima de la tormenta fuera y la ruidosa televisión en la sala.
"No puede ser" Billie se levantó de su asiento, rascándose la nuca "Hijos de puta, ¿y hasta ahora nos avisan?, ¡, planeamos la gira hace meses! ¡Está en el contrato!"
"Pat fue el único que leyó el jodido contrato" dijo el rubio. Billie se pasó la mano por el rostro "El lanzamiento también se ha postorgado por ésta mierda, llevamos tres días intentando sacar algo ésto no es lo que hace...."
"¿Bill? ¿Moviste mi celular?" aquella vocecilla llamó su atención, su chica estaba en el marco de la puerta, usando nada más uno de sus sudaderas de los raiders y el ceño fruncido
"Busca en la cocina" le dijo simplemente, dándose la vuelta, ella cerró la puerta, y él continuó escuchando las mil y cero soluciones que le daba su viejo amigo. No, no podían seguir con ese bastardo de Pat. Habían estado tan ansiosos de sacar el álbum y ahora era un desastre de papeleos y restricciones.
"¡Bill! No está en la cocina" volvió a escuchar fuera, Mike también seguía hablando pero su voz se entrecortaba.
¡Maldita recepción!.
"Entonces en la sala" le dijo a ella "¡Y baja el volumen de esa maldita cosa!" volvió su atención al celular "No seguiremos esperando a Pat, vamos a contratar a Daniel"
"Pero Billie, él ha sido el manager por veinte años"
"Me importa una mierda, vamos a hablar con el resto del equipo, tenemos que..."
"Billlie, no está en la sala, ¿seguro que no lo tienes?"
"No estoy de acuerdo, será una pérdida" decía el rubio, ni siquiera estaba poniendo atención. Un nuevo trueno, la televisión seguía alta.
"¿Bill?"
"¡Espera cinco minutos!... ¿Mike? ¿Mike me escuchas? ¡Maldita sea!" había perdido la llamada. Arrojó su teléfono lejos, éste rodó por el escritorio, terminando estruendosamente contra el piso. Ella volvió a aparecer en su oficina
"¿Estás bien?"
"¡Te dije que esperaras! ¡Era importante! ¡Y no puedes obedecerme!"
"Billie, lo siento" dijo con nerviosismo, jugando con el borde de su sudadera
"Nada de eso, me has desobedecido, sube al cuarto, y espera de rodillas"
"Pero, pero Billie..."
"¿Cómo?" dijo él, ya bastante irritado
"Si daddy"
Escuchó sus pasos apresurados en la escalera. El pelinegro se frotó el rostro, sintió dolor en sus hombros y una leve migraña venía a su cabeza. Sus canciones, no podía lanzar nada de lo que le pertenecía. ¡Malditos contratos! ¡Maldito Mike que tampoco estaba de acuerdo! ¡Y el incompetente de Pat!.
Subió al segundo piso, desabrochando su corbata, la puso en su mano y le dió vueltas, pensando en qué iba a hacer con todo el desastre que se avecinaba. Tendría que llamar a su abogado para conocer el dichoso contrato, y luego informar la situación a los chicos. Y buscar un nuevo manager luego de veinte años sin preocuparse por ello. Menuda mierda.