Ingredients: bad boy, tu+billie joe, celos, castigo
†
Frank rió fuertemente, le seguí su risa era bastante contagiosa, y sin censura, como de un pequeño niño, no le daba algún tipo de vergüenza que alguien lo escuchara, su risa era estruendosa, Amy le siguió a mi lado, tomé el brazo de ambos y los guié por el pasillo a la salida del colegio, era viernes al fin, había sido una semana agotadora, los exámenes apenas habían terminado, estábamos felices por ello
Todavía reíamos en la salida, nos detuvimos bajo el árbol del jardín cerca a la entrada para que mi amigo terminara de contar su anécdota
—Oye, ¿el chico de allá no es Billie?– interrumpió Amy dándome un pequeño golpe en la costilla, del otro lado de la calle había un hombre de chaqueta de cuero, pantalones negros, con una camisa de estampado de leopardo, fumaba tranquilamente un cigarrillo, y me miraba fijamente, su par de esmeraldas estaba encendido. Sonreí ampliamente
—¿Quien es?– preguntó Frank curioso —Ohh ya... Se ve todo un bad boy hoy– lo miró de pies a cabeza, haciendo una mueca de disgusto
—_______, aveces me da miedo tú novio–—Tonterías– rodé los ojos y besé la mejilla de ambos —Hasta el lunes chicos– me despedí corriendo ansiosa a sus brazos, mordí mi labio sin poder reprimir la enorme sonrisa en mi rostro, me aferré de mi mochila hasta llegar a él, no lo pensé dos veces y enredé mis manos a su cuello —¡No me dijiste que vendrías!– hice un puchero
—Era una sorpresa– alzó una de sus pobladas cejas, tenía esa expresión en su rostro, ese gesto que hacía que cualquiera cerca se alejara, pero yo amaba cada faceta de él —¿Me extrañaste?– susurró
—Mucho– le besé con necesidad, pero no tardé en separarme —¡trajiste tu moto!– di un par de saltitos alrededor de él entusiasmada
—Así es– se acercó a ella y me colocó un casco, sonriendome tierno, mis mejillas se enrojecieron —Vamos nena, sube–
—¿Vamos a tu casa?– intuí
—Si, sujetate bien ¿de acuerdo?– asentí abrazando su espalda, inhalando su aroma a menta, cigarrillos y tierra fresca, sintiendo un revoloteo en mi estómago, amaba que hubiera venido
El trayecto no fue muy largo, y con la velocidad con la que conducía llegamos bastante rápido. Me gustaba el departamento de Billie, no sólo porque era bonito, sino que me sentía segura junto a él, y me ponía bastante atención, además mis padres pasaban la mayor parte del tiempo fuera, yo estaba sola, hasta que llegó él.
—Son buenas– dije tomando más de las papas fritas que había hecho, mi vista se despegó del televisor para mirarlo y sonreírle
—Te lo dije– acarició un mechón de mi cabello, me acomodé mejor sobre su cama para abrazarlo, sus labios apenas formaban una mueca, intentando sonreír, cerré los ojos por lo que venía
—¿Estas molesto Joe?– susurré escondiendo mi rostro en su cuello
—No– suspiró pesadamente
—Si lo estás– dejé un pequeño beso sobre su blanca piel —Ya dime la verdad– me coloqué sobre sus piernas, apoyándome de sus hombros y dejando un beso en la comisura de sus labios
—No quiero decirte– frunció el ceño
—Pero si te pasa algo– jugué con los mechones de su pelo —Ya dímelo–
—Sabes, lo celoso que suelo ser aveces– gruñó después de un buen rato, rodé los ojos —Hablo enserio, _______ no soporto que ese chico esté tan cerca siempre–