Ingredients: estudiantes, boyxboy, Billie+Tré, lenguaje fuerte/explícito
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Todos lo conocían, odiado o amado, era la reina del instituto. Sus labios, la parada turística favorita para los nuevos estudiantes, y cuidado con hacerlo enojar.
Se rumoreaba que sus padres lo habían enviado allí para deshacerse del chico problema, o bien lo enviaron allí por el hecho de ser gay. Pero al castaño no le molestaba en absoluto.
Pequeñas faldas, pantalones ajustados, su camisa blanca con dos botones desabrochados o la corbata suelta, como sea, era el sueño húmedo de más de la mitad de la escuela. Y la pesadilla para Billie Joe.
Su rivalidad había empezado desde aquel juego de rugby, todos lo habían presenciado, por años el mayor había sido el mejor jugador, y ese pequeño bastardo llegó simplemente para retarlo, con su estúpido equipo de segundo grado. En ese último torneo le había ganado, por un sólo punto, quien iba a decir que Frank jugaba tan bien, viéndose así de diva y delicado. Se odiaban a muerte.
Billie le miraba desde lejos, estaba sobre las bancas de la cafetería, con un chico rubio entre sus piernas abiertas, fingiendo darle embestidas y haciendo sonidos obscenos, mientras la bolita de sus estúpidos amigos y admiradores reía.
-¡Ya Mike quítate!- reía también el ojiazul empujando el hombro del rubio, que claramente no tenía la intención de apartarse, pero al final lo hizo. Frank se arregló la camisa arrugada haciendo un puchero, y tomando la mano de otro chico para ayudarlo a bajar de la mesa, perdiéndose en la cola para comprar su desayuno. Perdiéndose del campo panorámico de Billie.
-Es increíble que sea tan puta- dijo Jeff a su lado, el ojiverde gruñó en advertencia. Sólo él podía llamarlo puta. Jeff carraspeó -Se cree de último grado, se cree la reina del instituto-
-Sólo es una pequeña mierda- soltó con odio. No sólo era el rugby, Billie Joe ocultaba sus sentimientos hacia el ojiazul desde la primera vez que lo vió.
Apretó los puños mirando que el chico volvía a aparecer, se estaba acercando a su mesa con una fila de estudiantes de último grado. Jeff se levantó enseguida -Es mejor que nos vayamos- sentenció perdiéndose ahora él junto a su grupo, el único con los que Tré no había conseguido nada, bien por la reputación de bravucones, sus fachas punk o por las constantes advertencias de Billie.Nadie cercano a él tocaba a la pequeña puta.
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Billie golpeaba su bolígrafo una y otra vez contra el papel en blanco en su pupitre, maldita sea las juntas del colegio, preferiría estar ahora mismo en un funeral que en esa reunión.
A alguien se le había ocurrido hacer una plática para chicos de tercer y cuarto grado, Frank se había colocado dos asientos más adelante, justo a su derecha, horas antes tenía el pantalón de uniforme, ahora llevaba una pequeña falda a tablones.
Junto a ella estaba Sara, una de las mejores amigas del castaño, pero las piernas de la chica no se comparaban en nada con las del ojiazul. Su piel parecía ser bendecida por un destello bronceado, ambas piernas estaban depiladas, bajo calcetas blancas con un terminado de encaje, y el muy maldito llevaba ligas. Joe estaba fantaseando con ese detalle, esperando que llevara unas bragas del mismo color.