My Boyfriend #2

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Ingredients: diferencias de edades, tú+Billie, celos, sexo vainilla





Date cuenta, eres una adolescente jugando a Romeo y Julieta con un tipo que puede cambiarte en cualquier momento— había dicho la chica, sus grandes ojos me miraban fijos, se acomodó las rastas de su cabello y bajó la mirada —Él es un adulto ya, ¿Entiendes? Puede dejarte cuando quiera— agregó para después irse, alejándose en la camioneta con tipos que yo desconocía

Mis mejillas estaban sonrojadas, mis ojos llorosos, con largas y gruesas lágrimas cayendo por mi cara, haciendo mi rostro pegajoso y sucio, con todo el rímel manchando mi piel.

Pasé foto por foto, sus manos estaban en la cintura de una rubia, y luego de otra chica bajita, incluso con la que me dijo aquellas palabras por la mañana; en todas sonreía, con su chaqueta y camisa de estampado de leopardo abierta, hice una mueca mirando al Billie borracho en el sofá.

Sus ojos estaban cerrados, tenía un golpe en su labio, de un color rojizo, y raspones cerca de su poblada ceja derecha, tenía los zapatos puestos aún, el olor a alcohol era penetrante.

Respiré hondo, y dejé su celular sobre la mesa, no sin antes, encargarme de dejarlo en aquellas fotos para que se diera cuenta de que las vi, dejé mi anillo junto, una pieza plateada que me había regalado, y la tarjeta del restaurante que acordamos ir anoche para después irme.

Al llegar a mi casa me dejé caer en la cama, tirando la almohada lejos pues olía a él, a su loción; me quedé llorando un buen rato en la oscuridad, escuchando mis sollozos en aquel espacio vacío hasta quedarme dormida


—Te mando mensaje, pero seguro me dejan ir— Amy sonrió despidiéndose con la mano —¡Los veo al rato!—

—¡Adiós!— dijimos al unísono, alejándonos en el montón de árboles del colegio, el clima era bueno, el sol no muy caluroso, con nubes en el cielo, y aire fresco azotando nuestra cara, alzandonos el pelo en todas direcciones

—Salir te hará bien— dijo, tomó mi mochila y la colocó tras sus hombros, no me quejé —Pero debes dormir más, tienes ojeras, estás pálida—

—Estaban pasando Diez cosas que odio de ti—

—¡Otra vez!— rodó los ojos —Ve otra cosa, no sé, The Walking Dead, quien sabe, y te obligaré a comer hoy, ¿oíste?—

—Como digas papá Frank— reímos un poco, aunque yo estaba triste, toda esta última semana me la estaba pasando mal, y con mis padres fuera todo el tiempo, me sentía enferma, sola, diferente a lo que era hace unos días.

No debes depender de nadie

Estábamos por atravesar la calle cuando el sonido del motor nos sobresaltó a ambos, una motocicleta se nos puso enfrente, cortándonos el paso, temblé de pies a cabeza sin darme cuenta, apreté las libretas contra mi pecho, mirando a mi amigo en busca de auxilio. Quería desaparecer, que me tragase la tierra, que me atropellaran, cualquier cosa para no verle

—________— dijo en cuanto se quitó el casco, bajó de la moto y se colocó a dos pasos de mí, miré a todas direcciones menos a sus ojos, no podía —Te he llamado cientos de veces, ¿por qué no respondes mis mensajes?—

Fuck Time Donde viven las historias. Descúbrelo ahora