Ingredients: Oral, celos, lenguaje vulgar
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Caminé por la sala moviendo las caderas de más, bajo el diminuto short y la camisa de Motionless In White encima, sin sostén, esperando ver a mi amado esposo deseoso sin pantalones en el sofá, con esa mirada esmeralda encendida en deseo. Pero no había nada. La sonrisa en mis labios desapareció.
—¿Bill?– llamé sin haber respuesta, hasta que escuché el típico sonido de su celular al tomar una foto.
Crucé el pasillo encontrandome al pelinegro, con pantalones, su celular en la mano, unos lentes de sol oscuros, una banda verde con su nombre en la cabeza, y esa barba suya.
—¿Qué haces cariño?– frunci el ceño un poco
—Me enviaron ésto– señaló su frente —Acaba de llegar, y subí una selfie a instagram– sonrió como niño pequeño
—¿No teníamos algo que hacer?– intuí un poco, había ido unos minutos a la habitación y éste ya estaba haciendo de las suyas.
Agregando que esa banda se la envió esa chica
El timbre de las notificaciones se dispararon, cientos de fans diciéndole lo bien que se veía, llamándolo daddy y cosas así, no las culpaba, él era un dios.
—¿Qué?– preguntó confundido, me crucé de brazos furiosa
—¿Te la envió la tal Billie Eilish?– días antes había subido una foto de ella, con la excusa de que tenían el mismo nombre.
Ahgg, no estaba celosa
—Pues, si... – analizó mi rostro —... No me digas que estas celosa–
—Ja ¿celosa?– miré a otro lado jugando con mi camisa, sintiendo su mirada encima. Alcé la vista, sus pupilas se habían dilatado, mordió su labio inferior haciéndome estremecer —No estoy celosa– susurré
—¡Es una niña!– rió, como si fuera divertido. Bueno, tenía razón, pero no le iba a dar el gusto
—¡¿Y qué?! ¡Además estábamos a punto de algo– bajé la voz, haciendo un puchero al final
—No podía dejar al mensajero fuera– siguió con su risa, avanzando hacia mí, sus manos tomaron mis muslos alzandome, rodee mis piernas a su cadera. Se acercó a besarme, pero corrí el rostro, hasta que sus labios tocaron mi cuello, jadee un poco, mordisqueó mi piel seguramente dejando una marca, su húmeda lengua bajó un poco más pero se detuvo
—¿Qué pasa?– me quejé
—No me has besado en unos días– susurró haciendo memoria, quité las gafas descubriendo sus lindos ojos, las arrojé hacia la mesa cercana y besé ahora yo su cuello, buscando que se distrajera.
No funcionó
—¿Por qué no me has besado?– insistió
—¿Tenemos que hablar de eso ahora?– los pezones empezaban a dolerme y esa típica humedad ya estaba entre mis piernas
—Si– mordí el lóbulo de su oreja sacandole un gemido —Sé lo que haces... estas distraye,ndome y... fuck eso no funcionará– mi mano bajó por su pecho hasta el inicio de sus pantalones, soltó un gruñido dando pasos hacia quien sabe donde, haciendo que mi espalda choque duramente contra la pared detrás mio. Arquee mi cuerpo jugando con los mechones de su nuca, lamí mis labios por lo que venía —Dime– pidió, negué con la cabeza, no era algo malo, quería provocarlo un poco.