Ingredients: Infidelidad, Bar, Celos, Billie+Tú
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Taylor me llevó a la barra, intentando hacer que no le mirara pero era demasiado tarde, me había percatado de su presencia desde la entrada. Estaba allí en los sofá de velcro junto a los chicos, abrazado a tres mujeres de piernas largas que disfrutaban de su compañía, bajo una enorme nube de humo de cigarrillo. Al pasar por su lado me dedicó apenas una mirada, girando a otro lado para ignorarme, actuando como el tipo malo que fingía siempre.
"¿No se supone que estaban saliendo?" dijo la rubia, sirviendo vodka en pequeños vasos, se sentó sobre un banquillo, de frente para mirar hacía el otro lado del salón, hacia la mesa de él, entrecerrando los ojos cada tanto para mirarle con odio.
"Siempre hace lo mismo" tomé de golpe el primer trago, no quería pensar demasiado y terminar llorando en una esquina oculta de la gente. No. Esa no solía ser yo. Y era demasiado orgullosa como para irme.
"Pensé que se había calmado, ha cambiado mucho contigo"
"Ya vez que no" sonreí con armagura, ella me tomó de las mejillas queriendo juntar sus labios con los míos pero la detuve "No puedo, estoy con Billie"
"No es algo que no hayamos hecho antes, además miralo ¡es un idiota!" me acercó la botella, arrepintiéndose de sus palabras al ver mi rostro apagado "Todos quisiéramos alguien como tú... Puedes celebrar, como cuando estabas soltera"
"Puede ser" sonreí un poco ante esa idea. No me enorgullecía del estilo de vida antes de conocer a Billie. No era una santa y muchas veces me odié por eso. Pero había hecho buenas amistades y conocido lugares. Entre esas fiestas para mi mala o buena fortuna, había encontrado a Billie. Quizá no quise darme cuenta que por la manera de conocerlo era suficiente para alejarme pero no, yo estaba encantada con el ojiverde. Lo recordaba bien, había sido golpeado por dos mujeres que no quisieron ir con él, terminando en el suelo por el golpe de una botella. Me había preocupado por él y me quedé a su lado toda la noche, hasta que se recuperó y hablamos toda la madrugada bajo estrellas, en un frío balcón.
Lo miré de reojo, su risa era estruendosa, encantadora y contagiosa; pero no se reía conmigo, tenía bastante compañía acariciándole el cuello. Bebí un poco más, tomándole la palabra a Taylor. Necesitaba divertirme.
Charlamos un rato sobre el lugar, después la rubia se perdió unos minutos entre la gente, apareciendo del brazo de Brian con unas pastillas en sus manos. Sirvieron más e hicieron una competencia para ver quién bebía más rápido, una donde terminé perdiendo.
Brian que ya estaba ebrio nos tomó de los hombros para caminar hacia la pista, pidiendo que abriéramos la boca un poco, dejó una pequeña pastilla en nuestra lengua, no me negué sólo necesitaba distraerme, e ignorar a Billie. Además que Brian sabía lo que hacía y que consumía. Era un buen tipo. Bebimos y bailamos como locos cuando la música pareció animarnos los miré besuquearse junto a los baños, ayudamos a Brian a vomitar detrás de una mesa. Luego cuando mi ánimo había mejorado e ignoraba las manos de aquellas mujeres sobre Billie, acompañé a Taylor hacía la barra, pidiendo tequila antes de subirnos a ella, bailando juntas, ganandonos algunos gritos.
Ya estaba lo suficientemente mareada para entonces y no paraba de sonreír, porque era todo lo que me quedaba siempre. Fingir que no me dolía ver los labios del ojiverde sobre otra, temiendo perderlo de vista, sabiendo que iría a algún rincón para hacerlo con alguno de esas zorras.