Ingredients: Trillie, Billie+Tré, BoyxBoy
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Narra Billie:
Llegué a casa tarde, deje las llaves sobre la mesa junto a la puerta, apenas entraba cuando lo veo: acostado boca a bajo sobre el sofá con sólo mi boxer puesto. Sus ojos azules estaban cerrados, respiraba tranquilo, sus brazos un poco marcados a los costados, su espalda formando una curva que ansiaba por recorrer con mis dedos.
Una punzada de placer me recorrió por la espalda hasta los hombros, un escalofrío acompañado de un leve jadeo y mi respiración se ascelero con la idea de cuantas cosas podría hacerle.
Estaba dormido, su pelo teñido de azul le caía por la frente, relajado, sólo, quieto.
Me acerqué a él con una leve sonrisa de lado, me agache despacio, sin movimientos bruscos que pudieran despertar a mi angel; hasta quedar a su altura.
Mi mano recorrió la línea que se hacía en su espalda, esa curva larga, hasta su trasero, metí mi mano debajo del boxer acariciando la piel blanca de su nalga izquierda; soltó un murmullo moviéndose un poco, yo seguí acariciando.
-Tré, bebé- susurre bajando el boxer.
Me levanté sentandome en el sofá detrás de él, terminando de bajar ansioso la tela que lo cubría.
-¿Que mierda haces?- se movió pero impedi que pudiera darse vuelta. -¿Joe?- rió un poco, nervioso supuse. Siempre que lo tocaba se podía nervioso o demasiado excitado, y era algo que lo disfrutaba mucho.
-Shh, sólo quédate quieto- mi voz se había vuelto bastante ronca.
Me incline hacia delante lamiendo su entrada, escuchandolo jadear, miré hacia enfrente, hacía esa piel blanca y suave, sintiendo como se estremecia.
-Estas caliente- gimió.
Seguí lamiendo bajando mi mano hasta tocar su miembro húmedo, lo tomé haciéndolo hacia abajo sin mucha dificultad, acariciando la punta, lento, viendo su reacción.
-¿Vas a ser un buen chico?- apreté un poco haciéndolo jadear de nuevo. -¿Vas a lamer mi polla?- asintió un par de veces incapaz de hablar.
Me levanté viendo la erección que me había ocasionado sus gemidos, quería su boca, y quería cogerlo después. Quería hacer tantas cosas, que la imaginación en ese momento me estaba matando.
Me senté con las piernas abiertas frente a él que seguía acostado, una sonrisa pícara apareció de repente, reí ahora yo nervioso.
-Ohh chico- susurre viéndolo besar la punta de mi miembro, sus besos bajaron hasta la base y luego hacía arriba; humedecio sus labios haciéndolos ver más rojos, de un tono natural. Jugueteo con mis bolas, frunci el ceño abriendo un poco mi boca observando como mi polla desaparecía centímetro a centímetro en la suya; hasta tocar con su garganta. -Ah- gemi apenas inaudible.
Movió su cabeza adelante y atrás, haciendo fricción, era realmente placentero sentir su boca.
Siguió lamiendo, metiendo mi polla a un ritmo lento, masturbandome con su mano, divirtiéndose con mi sufrimiento, quería correrme.
Aproveché que se había quedado quieto para alzar mi cadera, y follar su dulce boca.
-Ah ahh Treeee- gemi jalando de su pelo sin dejar se moverme, no podía controlarme pero tampoco quería lastimarlo. -Tré Tré!!- cerré mis ojos rasguñando su espalda, dejando marca sobre esa magnifica piel.
Se hizo hacia atrás dejándome insatisfecho, mi mano rápidamente bajó hasta mi ereccion masturbandome yo mismo.
Él se dio vuelta sin decir nada, dándome la espalda, se alzó un poco acomodandose en mi regazo.
-No dejaré que te corras- retiró mi mano -No sin que yo lo sienta- llevó mi miembro a su entrada, gruñi sorprendido, sintiéndolo poco a poco bajar, como su piel se acoplaba a mí, en un intento desesperado de que nuestros cuerpos se unan.
-¿Angel?... Ahhh!- gemi fuertemente por sus movimientos, primero lentos, acostumbrandose a mi tamaño, poco a poco incrementando; yo estaba sudando, me sentía caliente; era diferente estar dentro de él, a estar dentro de todas las mujeres con las que había estado antes, nadie me había causado tanto placer como él. A su modo, pero mucho más placentero. -Fuck Me, fuuck Tré!!- solloce tomándolo de la cintura, penetrandolo rápido, mientras él se masturbaba.
-Más Bi,llie- murmuró cerrando los ojos, apoyando su cabeza en mi frente, dejándose llevar por el placer de ambos; sin dejar de moverme, de gemir, tan rápido como podía, llegando al tan esperando orgasmo.
Mordi el lóbulo de su oreja, observando el semen blanco que salió de su miembro, cayendo en su mano y en parte del sofá.
Me quedé quieto aún dentro de él, aún con la adrenalina y respiración agitada de ambos.
Su mano se acercó a mi boca, reí suave lamiendo hasta que quedará limpio, un sabor salado quedó en mi lengua.
-Vamos a la ducha- susurre en su oído, jalando de su pelo teñido de azul, sintiendo como se estremecia, otra vez