Navegando En Aguas Misteriosas

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Ingredients: Tú+Billie, Piratas, Sirenas

El título pertenece a Piratas del Caribe (peliculón)

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Narra Billie:

Las velas eran atadas, el viento poco a poco se extinguía en aquella costa, la luz del sol al horizonte también se iba con el.

Los marineros estaban nerviosos, más lentos y torpes de lo normal, su voz y humor decían a medida que el barco se detenía.
-¿Seguro que aquí encontraremos...?-

-Relájate Joe, es aquí- sonrió el ojiazul.

Al contrario de los demás, era el único que parecía emocionado, casi extasiado con la idea, se movía ansioso cerca del timón observando su brújula.

-Si me mientes voy a...-

-Lo sé capitán- volvió a interrumpirme con tono de burla. Frunci el ceño, pero ni siquiera se inmutó, era el único que no parecía tenerme miedo -Y le recomendaría, que encendiera todas las velas y saquemos las redes de una buena vez, para acercarnos a la orilla-

Bufé con fastidio, dando zancadas, bajando la escalera.

¿Qué se creía para darme a mí recomendaciones?

Los hombres ya esperaban mis ordenes, sus miradas estaban perdidas en el basto mar azulado, y el camino rocoso hacia la orilla. Casi podía oler su miedo.

-Luces- gruñí con fastidio -Todas las que podamos-

Sólo deseaba que ésto terminara lo más pronto y saliera bien, no podía darme el lujo de perder a más tripulantes.

-¡Ya oyeron al Capitán! ¡luces!- vociferó Mike, haciendo que todos corrieran por la proa, con las pesadas pisadas de botas resonando contra la madera -¡Preparen las redes!- ordenó haciendo bajar la pólvora y los barriles, listos para desatar el infierno, si es que Tré decía la verdad y estábamos en el lugar correcto.

Me mantuve junto al castaño en todo momento, me guió hasta un viejo muelle bajo un faro; la poca luz dejaba ver las aguas extrañamente tranquilas, sin alguna ola o turbulencia. Toda la isla estaba desierta, y a salvo del ruido de los hombres colocándose en posición, todo lo demás permanecía en silencio.

-¡Sin temor! ¡Al agua!- siguió el rubio.

Les miré tragar saliva, metiendo las piernas al agua helada de aquella tarde, colocándose en posición como habíamos planeado, sosteniendo las redes y un par de lanzas, por si acaso.

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