Ingredients: Vampire, juegos, Billie+Tú
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Me removí incomoda entre las sabanas, Billie no estaba a mi lado.
Eran las seis de la tarde, las maletas estaban detrás de la puerta todavía. Traté de incorporarme pero las piernas me dolían. Pasé la mano por mi cuello al recordar que Billie me había mordido, pero no había marca.
Busqué mi celular pero no estaba por ningún lado, traté de llamar por el teléfono sobre la mesita de noche, pero no había línea. El teléfono estaba muerto.
Volvi a la cama, pensando en lo que iba a hacer, no quería irme pero tampoco quedarme. Billie era un... Vampiro. No. Los vampiros no existen. ¿O si?.
Di un Respingo al sentir sus labios en el lóbulo de mi oreja. Había regresado, estaba aquí.
-¿Que hacias?- besó mis labios, hundiendo su nariz en mi cuello.
-Billie el teléfono no sirve ¿Haz visto mi celular?-
-No lo necesitarás mas- susurró lamiendo mi cuello. Me estremecí de pies a cabeza.
-Claro que los necesito. Tengo que hacer unas llamadas y... Oh, Billie- comenzó a besarme, mordisqueando y lamiendo mi cuello, bajando por mi pecho y volviendo a subir a mi boca -Estoy muy cansada, por favor... No ahora- coloqué la mano en su pecho en un intento por alejarlo.
-¿A no?- adentró su mano por mis bragas, pasando su dedo pulgar por mi hendidura, sintiendo cuan mojada estaba. Alzó la mano frente a mi, enseñándome; para después llevar el dedo a mi boca -Lame- sentí el sabor salado y el aroma dulce. Chupé con fuerza. -Buena chica-
-¿Que es lo que eres?- recorrí sus labios con mi dedo indice.
-Ya te lo dije-
-Entonces eres... No- ladee la cabeza -No es verdad-
-¿Como te hago creer que si? ¿Te muerdo de nuevo?- sonrió de oreja a oreja.
-¡No! Es decir.. Ya, hablo enserio-
-Yo tambien. Soy un vampiro- se apartó de la cama, caminando hacia la puerta
-¿A donde vas?-
-Quiero algo de beber-
-Ven, Billie. ¡Ven ya!-
Fue cuestión de minutos para que regresara. Con un vaso de whisky y una corbata en la mano. Sin camisa. Mordi mi labio inferior.
-Hace mucho tiempo, mis padres fundaron esta mansión. Me la heredaron. Desde que tengo memoria, soy un vampiro. Nuestra... Especie, por así decirlo, está extinguiéndose. No puedo salir al sol- se acercó a mi, gateando. -Por eso no salgo. Solo en la noche, y eso de vez en cuando-
-¿Por que me trajiste aquí?- pasé mi pierna por su pecho descubierto. -Cuentame-
-Una noche salí a la cuidad. Te Vi, caminando, te observé hasta que llegaste a tu departamento y lo hice tres noches seguidas...- soltó una risa dejando su vaso sobre la mesita de noche -¿Tienes idea de cuantas veces me masturbe? Pensando en ti- alzó mis manos atándolas con la corbata en los tubos de la cama -En tenerte asi- traté de mover las manos pero había hecho un buen trabajo.
-¿Por que no me volví vampiro? Si tu... Me mordiste- deslizó mi short de pijama, mirando mis ojos fijamente, lamiéndose los labios. -Dios...- susurré cerrando mis ojos.
-Las cosas no funcionan así muñeca- pasó su dedo índice sobre la parte superior de mis bragas. Introduciendo un dedo, y luego otro. -Solo hay una forma de volverte vampiro- arranco mi ropa interior con una facilidad increible.
-¿Cual?- moví mis caderas en círculos, restregándolas sobre las sabanas. Abriendo las piernas para él.
-¿Por que tantas preguntas?- subio mi pierna derecha a su hombro, pasando su lengua desde mi tobillo hasta el interior de mis muslos.
-Solo, sigue subiendo- Jadee fuertemente. Su lengua comenzo a hacer movimientos dentro y fuera, lamiendo, comiendo mi coño. -Oh! Billie! Si!- gruñó enviando vibraciones por todo mi cuerpo. Arquee la espalda cuando se detuvo. Moví mis manos tratando de librarme, mi cuerpo necesitaba atención. -Por favor!-
-No hasta que contestes mi pregunta- tomó un gran trago de su vaso, tranquilo, paciente. Viéndome lloriquear. -¿Por que quieres saber?- insistió acariciando mis piernas con una mano, pasando su tacto frío por mi piel.
-¿Que pasa si quiero que me conviertas?- no tenia a nadie, era de pocos amigos, sin familia. Y él, era todo lo que quería. Tenerlo conmigo siempre.
Dos colmillos se asomaron de su boca, abrí los ojos como platos sorprendida.
-He vivido solo por siglos- dejó su vaso de lado acercándose a mi, a centímetros de mi cara; los colmillos había desaparecido -¿Por que querría algo así?-
-Te enamoraste de mi- soltó una carcajada -No mientas, lo hiciste. Te deseo, te deseo Billie. Por favor... Seré tuya para siempre-
-Hueles increible- se apartó de mi con un gruñido. Arrojando su pantalón lejos, quedando totalmente desnudo. -¿Segura que lo quieres?- arrancó mi blusa, dejándome solo en brasier. -¿Esa es tu elección?-
-No tengo nada que perder- se acomodó entre las sabanas, colocándose entre mis piernas, rozando su erección en mi intimidad. -Ahh!- grité al sentir sus dientes encajando se en mi piel, al mismo tiempo que me penetraba. -Ohh dios mio... Sii!- comenzó a mover las caderas, marcando un ritmo. Sentí una punzada de placer y dolor. -Ahh!- separó su boca de mi cuello, mostrándome sus labios cubiertos por mi sangre. Le besé con ganas, sintiendo el sabor a metal, explorando su boca con mi lengua, sintiendo el vaivén de sus caderas.
-Eres perfecta- murmuró entre besos penetrando mas profundo.
-Billie!- gemí jalando de las ataduras. Estaba desesperada por soltarme. Rió al verme.
Besó mi pecho, bajando por mi estomago hasta mi ombligo, donde hizo movimientos circulares con su lengua; sus ojos verdes fijos en los mios.
-Ahhh si si!- aceleró sus movimientos. Rodeé mis piernas a su cadera. Riendo como loca por el cosquilleo en mi estomago. Jale mas de la cuenta, rompiendo las ataduras. Llevando mis manos a su pelo. -Oh si!! Jodeme mas duro!!- mi coño apreto su polla.
-Bebe- dijo mordiendo su brazo. Acercandola a mi boca. Bebi su sangre confundida. -Eso es...-Gemí su nombre tan alto como pude sintiendo que me corria. Sostuvo mis caderas, corriéndose él también; literal vi estrellas.
-Uhm, Oh Billie- suspire. Sus manos acariciaron mi espalda.
-Mia, para siempre- besó mis labios, mientras cerraba mis ojos, sintiéndome cansada y mareada. -Mía...-