Ingredients: boyxboy, trío, Billie+Tré+Tú, oral. Voy a excluir tantito a Mike perdón
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Aflojé un poco más la garganta, ahuecando mis mejillas, la mandíbula me empezaba a doler y las piernas pronto estarían entumecidas, pero no me alejaba por nada en el mundo.
No con la vista del rubio derramando su semilla en el interior de mi boca.
Al fin se había corrido.El líquido caliente escapó por mis labios, hice lo posible para tragarlo todo, sus dedos soltaron los mechones de mi cabello, acariciando mi frente e introduciendo las gotas que se escaparon para que nada se "desperdiciara".
-Buena chica- alabó aún con la voz ronca, asintiendo con la cabeza y cerrando la cremallera de su bóxer. Me ayudó a levantarme, tomó mis caderas entre sus fuertes brazos, uniendonos en un beso desesperado, se alejó no sin antes palmear mi trasero -Eres fantástica nena, sabes lo mucho que amo esa pequeña boca sucia que tienes ¿o no?-
-Si Daddy- dije sonando lo más inocente posible, me había acostumbrado ya a llamarle así, conociendo lo mucho que le prendía.
Salimos de aquel pequeño cuarto, era una bodega detrás de la iglesia que pocos sabían, se usaba para guardar el dinero del diezmo y dar las confesiones más privadas y escandalosas de la gente del pueblo.
Mike se arregló la camisa de botones asegurándose de que nadie merodeara cerca.
-Te veo después nena- aseguró apretando mis mejillas con una radiante sonrisa, yo asentí alejándome del lugar limpiando cualquier pista de mi rostro.
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-¡Tré! ¿Que haces aquí?- casi grité al verlo fuera de mi casa, mis nervios salieron a flote, el auto de mi padre estaba en la acera, era la hora donde ambos llegaban a comer, y el ojiazul estaba sentado en la mesita de café del porche, con toda la naturalidad del mundo.
-Hija- la voz de mi madre me hizo respingar en mi lugar. -Frank ha venido a contarnos todo-
Era mi fin.
Me iban a comer viva.
Ya me imaginaba en el internado.
-Mamá yo...- la voz se me partió al final incapaz de poder decir algo-¡Es una maravillosa noticia!- exclamó con una sonrisa. Yo no podía estar más confundida que antes.
-¿Que cosa?- pregunté casi sin aire
-El padre quiere que te unas a la iglesia, como hermana, tu entrenamiento empieza desde hoy- respondió Tré guiñandome el ojo, negué con la cabeza horrorizada -Has sido elegida-
-¡Tienes que comer algo enseguida! O se hará tarde- me tomó de los hombros sin cuidado arrastrándome hasta la puerta -¿Quieres quedarte a comer Frank?-
-Muchas gracias señora, pero tengo algunos pendientes aún, _______ te veo dentro de una hora- tomó mi mano a manera de despedida.
Yo quería golpearlo, dejar un buen golpe en ese angelical rostro, o hacerle algo sucio, muy sucio.
Al separar su tacto del mío. Noté un pequeño trozo de papel. Mi madre se perdió en la cocina, ansiosa. Mientras yo aproveché para abrir el misterioso mensaje.