Mi hermanastro | #2

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Ingredients: lenguaje explícito y fuerte, Billie+Tú









Me dejé caer en el sofá, mirando mi celular con aburrición. La voz de Jason seguía en mi oído, hablando sin parar haciéndome enfadar más. Alejé el teléfono de mi oreja unos instantes y cuando la volví a acercar, él seguía hablandome, poniendo excusas sobre todo, sobre lo que ya sabía y había visto.

Estaba por cerrar los ojos cuando escuché un golpeteo afuera, corrí a la ventana para mirar. Billie Joe golpeaba las cercas con un palo de madera, arrojándolo lejos, dándole justo a la bicicleta del chico de los periódicos, provocando que se cayera de frente, raspando sus mejillas con el pavimento. Él ni siquiera hizo nada, solo carcajeó, apurando el paso hacía la entrada. Volví a mi lugar rápidamente, volviendo al teléfono.

"¡Deja de llamarme osita! ¿Qué mierda Jason?" rodé los ojos "Debo colgar, deja de buscarme"

"No, por favor, no cuelgues, quiero hablar conti..."

"¿Quién es?" dijo Billie, apareciendo en la puerta con una manzana verde entre sus manos, el pelo rubio y las prendas oscuras, con un cinturón plateado. Desde lo sucedido hace un par de días no habíamos cruzado palabra alguna, así que tardé algunos instantes en procesar su voz.

"Mi ex novio"

"Dame eso" dijo, arrebatandome el teléfono rápidamente, yo intenté quitárselo

"¡No! ¡Billie! ¡Dame eso!"

"Shh" me empujó de vuelta al sofá

"¡Billie!"

"¿Como se llamaba? O si..." acercó el parlante a su oido "Jason, escuchame bien, ella ya no te quiere, está con alguien más, deja de llamar o te hago mierda" azotó el teléfono al final, dando por terminada la llamada, yo lo miré sin poder creerlo "Problema resuelto" se encogió de hombros, abriéndose paso escalera arriba hacía su habitación. Me quedé quieta, esperando que regresara pero no lo hizo. Frunci los labios, y para cuando me di cuenta ya estaba caminando escaleras arriba.

No tenía idea del por qué, sólo quería hablarle. Habían sido días de total silencio, es decir, antes de lo que pasó no hablábamos mucho, pero no podía dejar de imaginar su tacto encima mío.

Toqué a su puerta que ya estaba cerrada, sonando Ramones dentro, y las cuerdas de una guitarra. Me lo pensé de nuevo. Debía ignorarlo, debía regresar, volver a mi habitación y quedarme allí. Pero no, estaba tocando la puerta, esperando su respuesta.

"Billie" insistí, tambaleándome un poco cuando abrió la puerta. Se había sacado la sudadera, dejando ver sus brazos llenos de tatuajes, con la guitarra colgando de su hombro, y esos ojos esmeralda mirándome sin expresión alguna. Observé los mechones de pelo que había peinado hacia arriba, y unos pequeños lunares que tenía en su cuello.

"¿Se te perdió algo?"

"No" volví en sí y me hice paso en su habitación, ignorando la ropa sucia en el suelo y el montón de papeles sobre su escritorio. Me senté sobre la cama con los brazos cruzados.

"¿Pero qué mierda ha...?"

"No es justo lo que hiciste, lo tenía bajo control, podía hacerlo sola"

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