Rose Uzumaki, hermana gemela de Naruto y contenedora del lobo de las diez colas. Naruto Uzumaki, hermano gemelo de Rose y contenedor del zorro de las nueve colas. Sasuke Uchiha, único sobreviviente de su clan y poseedor del Rinnegan. Gaara, Kazekag...
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Una nueva luz: Capítulo 40: Una discusión
"¿Para qué están aquí?"
Caminaba por los pasillos de la sede principal de aquel distrito. Estaba de camino con Eren, Hange me había pedido que me presentara ahí. ¿Por qué? No tengo ni idea, Hange pensaba que sería buena idea reunirme con él. Tal parece que ella pensaba que podía sacarle algo de información a Eren o hacerlo entrar en razón. No sabía si sería capaz de hacer aquello, pero algo que no podíamos ignorar era el reciente comportamiento de Eren, casi no lo reconozco.
-¡Rose! Que bueno que estás aquí-una voz sin su particular alegría interrumpió mis pensamientos. Hange se veía cansada y su cara demacrada, de varios días sin sueño. Aún así logró esbozar una ligera sonrisa al verme.
-Hange, ¿has estado descansando y comiendo bien?-pregunté preocupada al verla en aquel estado.
-Eso no importa, vamos Rose debemos ver a Eren-suspiró antes de voltearse y empezar a caminar hacia la celda de Eren. Decidí no insistir en el tema de nuevo, pues Hange ya estaba lo suficientemente estresada. Finalmente, llegamos hasta el fondo del subterráneo.
Dentro de aquella celda estaba Eren, mirando intensamente el espejo.
-Tienes que pelear-murmuraba con el ceño fruncido-pelear-repitió después.
-¿Eh? ¿Por qué hablas contigo mismo?-se acercó Hange a Eren, sorprendiéndolo-¿Pelear? ¿Qué significa eso? ¿Por qué dos veces? ¿Será por que habrá dos asedios? No es normal hablarse a si mismo-preguntaba Hange como en trance. Reaccionó cuándo Eren la volteó a ver enfurecido.
-Hange-san ¿qué haces aquí?-preguntó Eren detrás de los barrotes de metal.
-Por cierto, me gusta cómo te hiciste el cabello. Te esforzaste mucho en hacerlo que parezca que no te esforzaste-respondió Hange viendo el peinado que se había hecho Eren. Desearía que en este momento Levi o Sasuke con sus miradas asesinas, estuvieran para que Eren no se pasara de la raya. Desgraciadamente Levi había partido esta mañana hacia el bosque en el que habíamos aparecido y Sasuke pues... era Sasuke. aunque dudo que a estas alturas algo de eso sirviera.
-¿Para qué están aquí?-preguntó Eren de nuevo percatándose de mi presencia.
-¿Recuerdas? La primera vez que nos conocimos te la pasaste toda la noche escuchándome hablar acerca de los titanes-recordó Hange-¿Qué pasó? ¿Qué es lo que pretendes? Has perdido toda nuestra confianza, no sé que es lo que pretendes desapareciendo y arriesgando a la Legión-dijo Hange-san-Pensé que no querías sacrificar a Historia siguiendo el plan de Zeke-comentó.
-¡QUÉ MÁS PUEDO HACER HANGE-SAN!-gritó Eren agarrándola del cuello de la camisa-¡DIMELO HANGE-SAN! ¡DIME!-gritaba, aquello me tomó pro sorpresa pero no tardé en actuar-AHORA QUE POSEO EL PODER DEL TITÁN MARTILLO DE GUERRA NO SIRVE DE NADA QUE ME ENCIERREN-vociferó.
Rápidamente agarré la muñeca de Eren, con tanta fuerza que es posible que se la haya roto. Hange me miró agradecida antes de asentir e irse de ahí. "Encárgate tú de Eren", eso significaba que ella ya había dado por muerto al Eren que habíamos conocido alguna vez.
-¿Y tú que quieres?-preguntó Eren de malas una vez que Hange se hubiera ido.
-¿Qué te ha pasado? Tu no eres así, no sacrificarías a tus amigos... además Sasha casi muere-repliqué entrecerrando los ojos-no sé que tramas pero no dejaré que toques a nuestros compañeros, no dejaré que mueran por tus estúpidos impulsos-siseé. Eren se quedó callado, al parecer reflexionando sobre lo que acababa de decir.
-Antes te admiraba-dijo finalmente, después de una larga e incómoda pausa de silencio entre los dos.
-¿Eh? ¿Por qué?-pregunté genuinamente curiosa.
-Por que a pesar de todo lo que sufriste siempre luchaste por la libertad-comentó Eren con la vista perdida-lo único que quiero es libertad, ¿es mucho pedir?-gruñó-Además nada garantiza que no me convierta en titán y te mate ahora mismo-amenazó, la voz lógica de mi cabeza me decía que Eren ya no era el mismo, que el Eren que alguna vez me había valorado a causa del monstruoso poder que llevaba sellado, en vez de temerme y repudiarme... ese Eren estaba muerto. Sin embargo, una parte de mi corazón seguía creyendo que aquel Eren seguía vivo en alguna parte, seguía ahí.
-¿Recuerdas que te dije que te dije que tenía el poder para destruir tus queridas murallas?-pregunté viéndolo-pues no dudaré en usar ese poder contra ti, no sé que planeas ni que es lo que pretendes haciendo todo esto pero no dejaré que alguien más vuelva a casi morir-gruñí acercándome excesivamente a las rejas y con furia apretándolas-No sé que definas por "libertad", pero matar a gente inocente no lo es-sentencié antes de salir de ahí.
Eren me veía enojado, pero no vi un odio genuino en sus ojos. Cosa que me hizo preguntarme si de verdad estaba haciendo estaba haciendo esto por voluntad propia. Una solo pregunta rondaba por mi cabeza "¿Por qué?"
Me reuní con Hange, quién estaba sentada en el pasillo. Estaba segura de que había oído toda aquella discusión. No sé que tramaba, ni qué quería en realidad... solo esperaba que no llegara a tal grado como para sacrificar a Armin y a Mikasa, quienes eran las personas más valiosas en su vida. Mi voluntad era firme, no dudaría en matarlo si es que representaba un peligro... pero aquella voluntad siempre se veía carcomida por la duda "¿Y si lo hace por nosotros?"
