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Huening se encontraba durmiendo, pero despertó debido a que sentía uno de sus dedos húmedos. Cuando despertó, se encontró a Soobin con su dedo índice dentro de su boca, con los ojos cerrando mientras se masajeaba la entrepierna, este reaccionó y quitó su mano, sentándose de golpe.

—Buenos días —miró su mano. Su dedo índice estaba rojo, y empapado de saliva la cual escurría lentamente—. Lo siento, deja limpiarlo.

Quito su mano, limpiando su dedo con la sábana en la cual estaba acostado.

—¿Tienes un shampoo especial?, ¿o es tu aroma natural?

Huening negó.

—¿Es una crema corporal? —asintió—. Debo comprarla, así no perderás tu delicioso sabor! —dijo sonriente.

Trago en seco, estaba más asustado.

—Oh cierto, lamento esto.

Se subió sobre él, acostándolo boca abajo mientras lo mantenía así se puso en pie poniendo su rodilla en su espalda tomando la jeringa del suelo. Huening comenzó a moverse mientras intentaba gritar pero era imposible, Soobin era más pesado, este le dio tres ligeros golpes a la jeringa para tomar una de sus piernas para que dejara de moverlas pero este no dejaba de moverse.

—¡Basta o te lastimare!

Apretó sus ojos, esperando el dolor, dejando de moverse. Soobin bajo un poco su pantalón y ropa interior dejando ver un poco de su trasero, limpió con un algodón con alcohol donde lo penetraría con la inyección para luego hacerlo, introduciendo el líquido. Huening gritaba de dolor, poco después sacó la jeringa para quitar su pierna de su espalda. Huening intentó sentarse pero no podía, sus piernas dolían.

—En unos minutos llegará un chico para poner tu televisión, así que te llevaré a mi habitación, pero para eso te pondré esto, lo cual no te debes de quitar.

Le puso una bolsa en la cabeza, impidiendo que viera. Lo cargo como princesa para salir del sótano, subió las escaleras hasta su habitación, cuando entró, cerró la puerta acostando a Huening en su cama. Bajo de nuevo para esconder las evidencias de que Huening se encontraba ahí, escondió la cama en un armario poniendo un sofá en su lugar. Regresó con Huening, cerró las ventanas y cortinas para acercarse a él y quitarle la bolsa, se puso sobre él, quedando cara a cara con él.

—Si intentas pedir ayuda, te matare, si intentas escapar, te matare, ¿escuchaste?

Este asintió. Soobin se inclinó sobre él, dejando un beso sobre la cinta en donde deberían estar sus labios. Se acostó al lado de él, acostándolo también de lado.

—Cuando pongan tu televisor, no podrás aburrirte más, así tendrás algo que hacer mientras estoy en clase, por cierto, ¿viste el papel que te deje? —asintió—. Yeonjun me lo dió, dijo que todos están preocupados por ti —suspiró—, solo tienen que esperar.

Huening frunció el ceño, ¿esperar?.

—Eres mi chocolate, y no puedo quedarme contigo toda la vida ya que en algún momento lograrás pedir ayuda o escapar, ahí será cuando me suicide, así que debo cuidar bien de ti.

Tomó la punta de la cinta para quitarla lentamente, sacando también la bola de tela.

—¿Enserio?

—Si, te amo y todo...pero tampoco puedo quedarme contigo, tal vez si pueda, pero sería muy riesgoso.

—¿Por qué?

—¿Qué lugar te gustaría visitar?

—¿Mh?

—Responde.

—Amm...siempre he querido ir a Tokio, tiene muchos lugares turísticos y la comida es rica.

—Bueno, si logro cuidarte nos mudaremos a Tokio.

—¿Q-que?!

—Shhh!...lo que escuchaste.

—P-pero...

—No te diré cómo, solo que tengo conocidos haya y puede que me ayuden.

—Estas loco.

—Al igual que tu novio.

—Él me ama.

—Yo también.

—suspiró—No puedo decir que estás obsesionado porque dirás que él también, y de cierto modo...tienes razón.

—Te lo dije.

—apretó sus labios por unos momentos—Bueno, gracias por abrir mis ojos, supongo.

—ríe ligeramente—De nada.

Tomo las manos de Huening para entrelazar sus dedos, este se quedó confundido pero aún así se dejó.

—¿Cuanto durará lo de mis piernas?

—Días.

—¿Días?!

—Shh!!, vuelves a decir algo así y te comeré a besos.

—P-perdón.

En ese momento, el timbre sonó.

—Deben ser los de la televisión, bueno, pórtate bien o sabes lo que pasará.

Le puso de nuevo la cinta para salir del cuarto y cerrar la puerta. Bajo las escaleras hasta la entrada, al abrir la puerta, se asomo por la ventana, verificando que si era el del televisor. Abrió la puerta dejándolo entrar, lo acompaño hasta el sótano el cual ya no tenía tantas cerraduras.

—Aquí es donde la quiero —señalo el espacio en la pared.

—Oh...¿es youtubero?

—¿Lo dice por el algodón? —reí ligeramente—, no, pero como sabe los jóvenes como yo se quieren desvelar jugando sin molestar a sus padres o vecinos.

—¿Sus padres trabajan ahora?

—Así es.

—Bueno, empezaré a instalarla.

—De acuerdo.

Hueningkai, bajaba de la cama, pero con ayuda de sus brazos, estirándose por el suelo para que sus piernas cayeran lentamente resbalando por las sabanas. Terminó de bajar de la cama, por suerte no hizo ruido, tenía miedo, en cualquier momento Soobin podía entrar, se arrastró hasta la puerta de la habitación, se sentó y tomó la perilla para girarla y abrirla lentamente.

Chocolate - SooKaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora