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Acostó a Huening en su cama, tapándolo con el cobertor asegurándose de que no tuviera frío. Salió del sótano poniendo cada cerradura para salir por la puerta del garaje, poner llave y subir a su auto. Dejó su mochila con sus útiles en el asiento de al lado, se puso su cinturón para poner las llaves y encender el auto. Recordó lo que había pasado, lo había logrado, su sueño más profundo, el hacerlo con Hueningkai, pero no estaba satisfecho del todo, pues no había sido tan satisfactorio, no podía hacer mucho porque podría lastimarlo. Soltó un gran suspiro para presionar el pequeño botón y que la puerta del garaje se abriera. Puso ambas manos sobre el volante, cuando la puerta del garaje se abrió, tomó la palanca para poder dar en reversa para luego presionar el pedal.

—¡Ahh espera!

Freno de golpe. Se quitó el cinto para salir del auto y voltear atrás.

—¡Por un demonio Beomgyu! —dijo molesto.

—¿Que no miras hacia atrás cuando conduces?! —dijo molesto.

—No porque a esta hora no hay nadie fuera de su casa.

—Aún así deberías hacerlo...¡Casi muero!

—¡Si, si ya entendí! —soltó un suspiro de frustración—. ¿Qué quieres?

—Quería...—aclaró su garganta— saber si podíamos ir juntos a la preparatoria.

—Puedes ir tú solo.

—Como amigos maldita sea.

—¿Amigos?, Ja, claro —dijo para subir a su auto.

—¿Porque eres así? —dijo antes de que se subiera por completo.

—¿Cómo así? —lo miró.

—Tan...introvertido y antisocial.

—Porque así soy, ¿algún problema?

—Si, gracias a eso todos dudan de ti.

Tenía razón. Era introvertido con los demás, no le gustaba hacer amigos, acercarse a los demás, un antisocial de primera. Gracias a eso, todos dudaban de él, tenía que dejar de ser así, tenía que ser alguien nuevo si no quería que dudaran de él, aunque eso también podía ser extraño.

—suspiró—Estoy aquí porque quería hablar contigo...respecto a ti...—soltó un suspiro nasal—sobre Hueningkai.

Su corazón se detuvo por un momento. ¿Hueningkai?, ¿a qué se refería?

—Sube al auto.

❝ ❞

El camino fue silencioso, e incómodo para ambos. Soobin estaba asustado, no sabía a qué se refería con querer hablar de Hueningkai, ¿había sido demasiado obvio al acosar a Hueningkai?, al esconderse en el baño, al gritarle en el descanso, ¿en que falló?

—De acuerdo —estacionó el auto—. ¿De qué quieres hablar?

—Sobre ti.

—¿Sobre qué exactamente? —lo miró.

—Sinceramente...—lo miró— no confío en ti.

—Lo sabía...—miró hacia enfrente.

—Es solo que... actuaste demasiado extraño cuando viste la foto, cuando Yeonjun te delató y todos te observaban.

—¿Y tú no lo hubieras hecho? —lo miró—. ¿Cómo hubieras actuado?

—Confundido, pero tu estabas asustado.

—¿A que quieres llegar? —preguntó molesto.

—Lo preguntaré un millón de veces hasta que me digas la verdad.

—Beomgyu.

—¿Tienes que ver con la desaparición de Hueningkai?

—¿Q-que?! —abrió sus ojos de par en par—. ¿Como mierda se te ocurre preguntar eso?!

—Te lo dije, actuaste muy extraño.

—De acuerdo, yo te preguntaré algo —se sentó derecho—. Que harías si un día un compañero tuyo desaparece, el cual tiene un novio obsesivo y te culpa por eso, simplemente porque le pedías ayuda por no entender una puta materia.

—Me molestaría.

—Bueno yo estoy molesto.

—Pero eso qu-

—¿Qué harías si semanas después un extraño, un sospechoso, el cual probablemente lo tiene deja una carta en casa del novio, lograron tomarle una foto, ¡y el tipo de esa foto se parece a ti! —dijo molesto.

Sus lágrimas comenzaron a salir. Eran por culpa de todo el estrés, de todo lo que tenía que soportar, las consecuencias de secuestrar a alguien.

—S-soobin...

—¡Y que esa maldita foto esté en toda tu puta preparatoria, que por culpa de su novio todos te creen un secuestrador de mierda y te tienen miedo!

—suspiró—Lo siento...

—No se donde esta Hueningkai, no tengo ni la más mínima idea de donde esté, y si supiera donde esta, correría a casa de Yeonjun y lo jalaría de los maldito huevos hasta que termine enfrente de él para que viera que se equivocó todo el tiempo, y que deje de joder en mi vida.

—Está bien, entiendo.

—Bueno no vuelvas a preguntarme esa estupidez porque no sabes como me siento ahora mismo.

—De acuerdo, lo siento.

—Disculpa no aceptada —suspiró—, sal de mi auto —dijo para luego desviar la mirada a la ventana que tenía al lado.

—suspiró con fuerza—Soobin lo siento...no tenía idea, no pensé en eso.

—Bueno ahora ya lo sabes...vete por favor.

—Está bien.

Chocolate - SooKaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora