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Huening dibujaba en la tablet que Soobin le había comprado, se sentía mal por eso, sabía que eran muy costosas y se estaba aprovechando de él pero lo hacía para entretenerse y darle algunas pistas a los demás sobre dónde estaba. Sin que Soobin se enterara tenía una cuenta donde subía los dibujos dando pistas de que era Kai Kamal Huening el chico que fue secuestrado por un compañero el cual lo tenía en su casa, las pistas eran muy obvias, eran cosas que más le gustaban y siempre escondía una H y dos K en sus dibujos para que así pudieran saber que era él pero parecía que la gente era muy estúpida y solo apreciaba su arte.

Tenía cincuenta publicaciones de su arte digital con pistas, ahora mismo estaba dibujando lo que veía al asomarse por su ventana lo cual era parte de la casa de su vecino y el cielo, algo normal ¿no?, la cosa aquí era que su vecino siempre se la pasaba en el escritorio pegado junto a la ventana la cual tenía las cortinas abiertas, y algo que podía identificar a esa persona era su cabello color naranja.

No perdía la esperanza, sabía que uno de sus amigos vería uno de sus dibujos menos Yeonjun pues no era muy fan del arte. A veces pensaba en enviarle un mensaje, aunque sea un punto y este viera sus dibujos, tal vez podía encontrarlo y sacarlo de ese lugar. No era el infierno para él, pero tampoco era el cielo, amaba a Soobin, pero no podía estar con él para siempre.

Luego de cinco horas dibujando terminó su dibujo, lo subió a su cuenta sin ninguna descripción para finalmente soltar un suspiro volteando hacia la ventana la cual tenía las cortinas abiertas logrando ver el oscuro cielo, quería salir a apreciarlo, era una de las cosas que más le gustaba hacer, apreciar las estrellas.

—Listo Huening —dijo Soobin mientras entraba a su habitación— he terminado de estudiar, ¿listo para nuestra cita?

—¿Cita?

—En el patio para ver las estrellas juntos.

—Oh claro —dejó la Tablet de lado poniéndose sus tenis—. Solamente estaremos un rato, quiero tomarle fotos al cielo.

—Está bien —ambos se tomaron de la mano para caminar hacia el patio trasero—. Estuve pensando que mañana podríamos ir al bosque que fuimos aquella vez, ¿lo recuerdas?

—Cómo olvidarlo —dijo sonriente—. Tengo una pregunta.

—Dime.

—¿Qué opina tu mamá sobre irte a Tokio?

—No lo sabe, pero supongo que le dará igual.

—¿Te ha dicho algo sobre tu padre?

—Me preguntó si lo había visto y dije que no, lo cual se le hizo extraño, luego me dijo que seguiría intentando comunicarse con él para ir a ver a un abogado.

—Lamento mucho lo de tu hermana.

—Descuida...era un idiota, desde que soy chico se que no sabe controlarse al beber, por eso me prometí no ser como el y en lugar de tomar alcohol como el, comería chocolate.

—Ja, en lugar de alcohólico te volviste chocohólico —dijo entre risas.

—Es mejor comer chocolate que tomar alcohol, es más sano.

—Pero el chocolate es azúcar.

—Aún así hago ejercicios para no engordar, y cuido lo que como.

—Algún día te dará diabetes.

—Si, pero por lo tierno que eres —dijo mientras apretaba sus mejillas con una sonrisa de oreja a oreja—. ¿Estás listo para salir? —le preguntó parado frente a la puerta.

—Si, algo nervioso pero si.

—Bien. Recuerda que si intentas esc-

—No lo haré, quiero estar contigo para siempre Soobinie, por más oportunidades que me de la vida jamás me iré.

Chocolate - SooKaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora