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—Perdón por no venir ayer, aquí está mi receta medica —se la entregó.

—De acuerdo —la tomó para observarla—. ¿Qué fue lo que te dijo el doctor?

—Que deje de escuchar música a todo volumen, y no juegue con volúmenes altos.

—De acuerdo, puedes irte.

—Gracias.

Hizo una ligera reverencia para salir de la pequeña oficina de los prefectos. Al salir, se encontró con Beomgyu sentado en la banca que estaba fuera de esta, cuando vio a Soobin se puso en pie.

—¿No te regañaron?

—No...¿me estabas esperando?

—Am...no, adiós —se fue.

Estaba demasiado confundido, no le dio importancia para ir al salón pues era hora del descanso y seguramente estaba por terminar. En clases, todo era normal, los maestros explicaban sus aburridas clases anotando cosas en el pizarrón, dictando palabras, diciendo que subrayar de los libros, parando alumnos para que lean. Las horas pasaron y llegó la hora de la salida, Soobin guardaba sus cosas tranquilamente, sintió dos toques en su hombro, volteo para ver quien era, era Beomgyu.

—Mh.

—¿Qué harás el fin de semana?

—Iré a visitar a mi hermana —se pusó su mochila—, ¿porque?

—Oh...¿y el Viernes?

Ver películas con Hueningkai todo el día.

—Estaré ocupado.

—¿Todo el día?

—Si, tal vez la próxima semana, también depende de cuanta tarea encarguen.

—Está bien, hasta luego —se fue.

—Hasta luego.

Era raro, ¿porque ahora si hablaba con él?, ¿porque ahora si intentaba ser un amigo?. Confundido, salió del salón para ir a su auto. De camino a casa, vio una tienda de peluches, se estacionó fuera de esta, se bajó del auto para ir a la tienda, quería comprarle uno a Hueningkai. Observaba cada peluche, todos eran adorables y tal vez Huening sería feliz con cualquiera. Luego de mucho pensar, tomó la cabeza de un perro tierno, podría usarlo como almohada. Pago por él y salió de ahí para subir a su auto e ir a casa. Mientras la puerta se cerraba bajo de su auto para entrar a casa con el peluche en mano, dejó su mochila en el suelo para ir al sótano, quitó las cerraduras para abrir la puerta y bajar, Hueningkai jugaba videojuegos, frente él había dos botellas de agua vacías.

—Si sirvió el refrigerador.

—puso en pausa el juego para poder mirarlo—Si, gracias.

—Tengo un regalo para ti —le entregó el peluche.

—Oww —lo toma—, gracias —dijo sonriente.

—No hay de que, ¿que quieres comer?

—Lo que sea está bien.

—De acuerdo, cuando esté lista vendré.

Minutos después terminó de cocinar, había servido en dos platos dejándolos en el comedor, puso igual dos vasos con agua en ellos para bajar por Huening, este puso pausa su juego y dejo que Soobin lo cargara hasta el comedor. Comían en silencio, tomados de la mano con su mano desocupada, Huening no quería, pero tenía que soportar.

—¿Estas bien con esos juegos?

—Si.

—¿Quieres que juegue contigo?

—Te ganaré.

—lo miró— ¿Que? —Huening lo miró igual—, ¿dices que soy inferior a ti?

—Claro que sí.

—Si claro.

Terminaron de comer. Soobin limpio los platos utilizados. Mientras limpiaba, Huening buscaba el frasco que contenía el líquido que lo hacía dormir, pero no lo encontró. Soobin lo cargo para ir de regreso al sótano, mientras iban camino a este, a un lado de la puerta había un cajonero, el cual tenía un frasco color azul el cual tenía escrito con letras negras Rohypnols, era ese, solo tenía que averiguar cómo tomarlo, como conseguirlo para lograr dormir a Soobin e irse. Era una opción.

—Verás que soy mejor que tú.

—Ya lo veremos.

Ambos jugaban como par de mejores amigos. Ambos eran buenos en aquel juego llamado Call of duty: Warzone. Soobin lo jugaba desde hace años en su tiempo libre, el cual era casi todo el día. Hueningkai lo jugaba con Yeonjun en los días lluviosos o cuando hacía frío y no podían salir, de hecho, todo lo que sabía de videojuegos lo sabía gracias a él, ya que a él le encantaban los libros y películas, prefería mil veces leer un libro a jugar o salir con alguien, pero Yeonjun lo hizo cambiar de parecer, los libros aún eran sus favoritos, pero ahora prefería jugar videojuegos y salir que quedarse en casa.

Las horas pasaron, ambos jugaron toda la tarde hasta el atardecer y se dio cuenta que era tarde gracias a la notificación de cámaras, se ha detectado movimiento en la cámara número 3, toco la notificación pero solo era un perro pasando al frente de su casa, miro la hora, dándose cuenta que eran las siete de la tarde.

—Oh mierda... creo que seguiremos jugando después, debo hacer tarea.

—Está bien.

—Hasta luego.

Salió del sótano, para ir por su mochila y hacer la tarea. Al día siguiente en la mañana, noto que hacía un poco de frío. Tomó su sudadera para ponérsela, busco un cobertor para llevarle a Huening. Bajo al sótano, cuando lo hizo, sintió que estaba helado, Hueningkai estaba en su cama echo bolita, temblando ligeramente, se acercó a él para cubrirlo con el cobertor, subió de regreso para ir a un armario, abrió la puertas buscando un calentador, lo encontró y bajo. Lo conecto y prende señalando a Huening para que no tuviera frío.

Subió a su auto para ir a la preparatoria, minutos después llegó a esta para estacionarse y bajar. Frente a él había un árbol el cual tenía algunas horas de color naranja, el otoño se acercaba.

Se puso su mochila, guardó las llaves de su auto en su bolsillo para ir entrar a la preparatoria, en el pasillo, había una bola de personas cerca de un espacio donde suelen poner papeles con "noticias". Extrañado, no le tomó importancia y fue a su salón, cuando entró, notó que habían tres personas observando la pared, camino hasta este para ver de qué se trataba, estas notaron su presencia y se fueron. En la pared, había una foto de él, bueno, él sabía que era él pero nadie más lo sabía. Lo malo era que llevaba la misma sudadera, el cubrebocas estaba en su mochila, solo necesitaba los guantes y podría parecerse al sospechoso que había dejado la carta de Hueningkai en el pequeño casillero de Yeonjun.

—Oh mierda...—dijo Beomgyu parado al lado de él— creí que lo habían olvidado.

—Yo igual.

Dijo haciendo su mayor esfuerzo por no sonar nervioso. Beomgyu lo miró, notando que estaba un poco pálido, y que llevaba la misma sudadera que aquel tipo en la foto.

—Se parece a ti —murmuró.

—lo miró—Estás loco, ¿como mierda seré ese tipo?

—Bueno, tienen un parecido muy-

—Perfecto —dijo Yeonjun detrás de él.

—Ay no...Yeonjun, no empieces porque tu estuviste cuando los ofi-

Lo tomo de la camisa estrangulándolo, pegándolo en la pared. Soobin estaba molesto y un poco asustado, pero por fuera solo fingía estar asustado.

—Yeonjun suéltalo —dijo Beomgyu.

—Tu no te metas —dijo sin verlo.

—Tu estuviste cuando los oficiales inspeccionaron mi casa, ¿que más quieres?! —dijo molesto.

—Di la verdad, ¿eres el tipo de la foto?!.

—No, no lo soy.

—¡No mientras!

—¡No estoy mintiendo!

—¡Yeonjun bast-

Le soltó un golpe a Beomgyu haciendo que retrocediera un poco y que su labio comenzara a sangrar. Todos alrededor estaban sorprendidos y asustados, mirando la escena, comenzando a murmurar.

—lo miró—Espero y Hueningkai esté sufriendo ahora mismo, ¡y que lo golpeen todos los días!, ¡que algún día encuentren su cuerpo masacrado hecho trizas! —dijo Beomgyu molesto.

—¡Retráctate!

—¡Jamás!

Iba a golpearlo pero Soobin lo empujó.

—¡Déjalo en paz!

—¿Vas a secuestrar a Beomgyu también?!

—¡No secuestre a Hueningkai entiéndelo!

—¡Se que lo hiciste, apareces ahí! —señalando la foto en la pared.

—¡Yo no soy ese tipo y no tengo idea de quien sea!

—¿A si?, entonces dime qué hacías ese día, para no venir al día después.

—Estuve jugando videojuegos todo el maldito día con el volumen a tope, desperté con mucha migraña, es por eso que no vine, aquí tengo mi maldita receta medica, ¿quieres verla?!

—¡No mientras bastardo!

—¡Ustedes tres! —dijo el director desde la puerta del salón, llamando la atención de los tres—. A mi oficina.

Chocolate - SooKaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora