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No supo nada de Beomgyu durante una semana, lo cual lo hacía sentirse culpable en su interior ya que pensó que había muerto y ahora todos le dirían maton o algo así aunque prefería que le dijeran eso a secuestrador de Heuningkai, lo malo era que si le decían así, tenía que fingir que sí le importaba.

—Huening~ —decía mientras entraba en su habitación— saldremos de compras, vístete.

—¿A dónde iremos? —preguntó dejando su pincel de lado.

—A comprarte nueva ropa.

—Yeii.

Ambos subieron al auto yendo hacia el centro comercial. Huening vestía normal pues Soobin quería probar su nuevo peinado para ver si alguien lo reconocía pues habían pasado ya varios meses y la desaparición de Huening no era algo importante ya los únicos que lo seguían buscando era su madre y Yeonjun, el oficial tenía otras cosas que atender.

—Puedes escoger tres prendas de cada tipo —dijo Soobin mientras se ponía su cubrebocas.

—Está bien aunque no necesito mucho —dijo imitando la acción de Soobin.

Ambos bajaron del auto para entrar hacia la entrada del centro comercial, Huening estaba emocionado ya que no habían salido juntos desde que fueron a comprar el pino y las cosas para Navidad. Soobin tomaba de la mano a Huening entrelazando sus dedos mientras iban hacia un local de ropa, Huening miraba los alrededores como si fuera la primera vez que visitara un centro comercial, lo que más le sorprendía era que nadie parecía reconocerlo, tal vez era por su nuevo corte y color de cabello.

—Parece como si fuera una persona normal —dijo Huening para luego mirar a Soobin—, es como si jamás hubiera desaparecido.

—Bienvenido al mundo de nuevo Huening —le dijo sonriente.

—Gracias —dijo entre risas.

Llegaron a un local, Soobin soltó la mano de Huening para que este pudiera escoger la ropa. Cuando tomaba las prendas y se las frente a la suya le pedía la opinión a Soobin quien decía si a todo pero Huening era muy especial en ese aspecto y siempre se negaba tomando otra cosa siendo quince sudaderas y diez pantalones los cuales tomó y dejó en su lugar haciendo que Soobin comenzará a estresarse.

—¿Qué tal esta sudadera? —preguntó Huening enseñándosela a Soobin.

—Huening, llevamos una hora en este local, escoge ya por favor tres prendas.

—Pero tengo que verme bien con la sudadera, si no para que me la compras —la dejó en su lugar.

—Sabes que, mejor yo las escojo.

—No, tus colores son muy opacos y a mi me gustan coloridos.

—suspiró—Entonces apúrate, que todavía te faltan los pantalones y un nuevo par de zapatos.

—Está bien. Llevemos entonces...estas tres —dijo tomando tres al azar.

—¿En serio Huening?...

—Dijiste que me apresurara, ahora vamos a pagar —dijo para irse de ahí.

—suspiró por segunda vez—Así te amo mi chocolate, y te querré tal y como seas no importa que tenga que esperar una hora mientras escoges ropa.

—Eres muy cursi cuando te molestas —dijo sonriente.

—No es cierto.

—Claro que sí —se detuvo al final de la fila, acomodando las sudaderas en su brazo—. Cuando te molestaste con Taehyun porque me golpeó me prometiste que me cuidarías de todo mal, incluso si fuera tu amigo de por vida.

—Tiene sentido porque te lastimó.

—Y estabas molesto con él.

—Pero te lastimó...

—Y estabas molesto, lo mismo pasó cuando golpeabas el cuerpo de tu papá.

—Está bien, soy cursi.

Eran los siguientes, cuando Soobin miró a la cejara su corazón se detuvo por un momento, era Giselle una de las amigas de Hueningkai que hacía parte de su pequeño grupo, rogaba internamente por que Giselle no pudiera reconocerlo. Huening también notó que su amiga estaba ahí y por un momento sintió ese pequeño impulso de pedirle ayuda y quitarse el cubrebocas pero si lo hacía se alejaría de Soobin y regresaría a su absurda y aburrida vida. La vida le estaba dando una oportunidad para regresar a los brazos de su madre, y no sabía qué hacer.

—Buenas tardes —dijo Giselle cobrando las sudaderas que Huening le había entregado.

—Buenas tardes —respondió Soobin.

Huening sin pensarlo dos veces se escondió detrás de Soobin, no quería que Giselle lo viera estaba seguro de que lo reconocería incluso con su cabello de otro color y un corte diferente. Una vez terminó de cobrar las sudaderas Soobin pagó con tarjeta lo cual había hecho que se arrepintiera de no haber sacado efectivo.

—Oh Soobin —dijo Giselle al reconocerlo bajo el cubrebocas—, no sabía que eras tú.

—No te culpo, pasan muchas personas por aquí.

—¿Vienes con alguien? —preguntó al ver los cabellos de Huening detrás de Soobin.

—Es mi...primo, es algo tímido —respondió.

—Que tierno, me recuerda a Hueningkai cuando iba de compras con Yeonjun —dijo sin verlo entregándole la terminal—. Clave por favor.

—Claro —puso los números de su tarjeta—. Veo que tu también extrañas a Hueningkai.

—Lo extraño demasiado, era como mi hermano mayor siendo que se la pasara la mayor parte del tiempo con Yeonjun —suspiró—, quisiera...haberme despedido bien de él la última vez que lo vi, haberlo abrazado por lo menos y decirle cuanto lo quiero...

El corazón de Huening se destrozaba al escuchar las palabras de quien consideraba su mejor amiga, para él también era como su hermana menor, siempre la protegía de los demás y la apoyaba cuando Giselle tenía un mal momento, incluso cuando sus estúpidos novios la hacían sentir mal él estaba ahí para ella, era el amigo perfecto, el que todas deseaban tener.

—¿Harías lo que fuera por verlo una última vez?

—Lo que sea, incluso trabajar todo el día —dijo sonriente entregándole la bolsa con sus compras.

—Si que harías lo que fuera —dijo entre risas tomando aquella bolsa.

—Ten un lindo día Soobin.

—Tu igual Giselle.

Salieron de ahí para ir hacia el siguiente local, Soobin escuchó un pequeño sollozo de parte de Huening lo cual le preocupo un poco pero sabía que era porque había visto a Giselle y de tanto tiempo espiándolo sabía que la apreciaba mucho, quería que se despidiera de ella, pero temía a que saliera mal.

—¿Hu-ueningkai? —lo tomó de la muñeca, haciendo que ambos se detuvieran.

—¿Giselle?, deberías irte a trabajar —dijo Soobin.

—¿E-eres Huening?...—preguntó con la voz rota, viendo a Hueningkai.

—Es mi primo, te lo e dicho ya-

—Alejate Soobin —dijo jalando a Huening hacia ella—, si das un paso más llamaré a la policía.

Hueningkai no sabía qué hacer, Giselle lo había descubierto y ahora Soobin estaba en problemas si no hacía algo, pero si lo hacía y alguien más los veía terminaría en la cárcel de todas formas, aún así, en el tiempo que estuvo espiándolos sabía que Giselle tenía una debilidad.

Molesto, se acerco hacia ella tomándola del antebrazo, asustándola, sabía que uno de sus ex novios era muy tóxico con ella y la maltrataba. Se puso frente a Hueningkai alejándose de él sin dejar de mirarla, con cuidado hizo a un lado su chamarra dejando ver la navaja que tenía consigo.

—Vuelve a tu trabajo y no saldrás herida Giselle —le dijo entre dientes.

—S-soobin...—murmuró aterrada— tú tienes a Hueningkai.

Chocolate - SooKaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora