Hueningkai soltaba pequeños gemidos a respuesta de cada lamida que Soobin le daba. Estaba incómodo, y se sentía demasiado asqueroso queriendo apartarlo y golpearlo, pero tenía que soportarlo, no tenía que dejarse.
—Joder Huening, como me pones.
Tomo el final de su camisa para quitársela dejando ver su torso con vendas. Se puso sobre el para pasar su tibia lengua por su torso con cuidado, pudiendo saborear el delicioso sabor a chocolate que Huening tenía, subiendo poco a poco hasta su cuello, Huening giro su cara dándole más libertad, Soobin lamía el cuello de Huening, dejando pequeños besos y chupetones.
—A-ah...—gimió levemente.
Subió un poco más hasta su cara, tomando su lóbulo para succionarlo. Huening se encogió de hombros, sintiendo un escalofrío por todo su cuerpo. Soltaba pequeños gemidos, Soobin bajo una de sus manos al pantalón de Huenin para desabrocharlo por completo y abrirlo de piernas colocándose entre ellas.
—Dijiste...que no querías lastimarme —dijo Huenin agitado.
—dejó su oreja—Quiero tu vainilla.
—Y yo de tu la tuya —dijo agitado.
—¿Estás seguro?.
—Si.
Soobin se sentó, Huening se arrastró hasta él bajando el cierre de su pantalón para sacar el miembro de Soobin y llevarlo a su boca para comenzar a hacerle mamadas, Soobin estaba sorprendido, ¿cómo es que era tan experto en eso?.
—A-agh...j-joder Hu-uening...
Dijo agitado entre gemidos, arqueando su cuello con una mano sobre la cabeza de Huening la cual se movía de adelante hacia atrás repentinamente, el sonido de su saliva rozando su pene y labios era una increíble melodía para Soobin, estaba demasiado excitado, podía venirse pronto.
—Joder...
Comenzó a soltar pequeños gemidos respondiendo a los tactos y lamidas de Huening las cuales cada vez eran más rápidas. Soobin estaba por correrse.
—¡Ah! —gimió—. E-espera...m-me...
Quería separarlo, no quería venirse en su boca pero Huening continuaba. Tomo su hombro para empujarlo con una de sus manos pero Huening la tomó para entrelazar sus dedos, Soobin comenzó a encorvarse mientras gemía agitado viniéndose en la boca de Huening quien dejó de moverse al sentir el tibio líquido saliendo del miembro de Soobin.
—suspira—Joder...¿como eres tan bueno?
Salió del miembro, tragando el semen para acostarse de lado y mirarlo.
—Aprendí del mejor.
Soobin soltó una risita para cerrar la puerta de la cajuela, tomó la sábana para acostarse al lado de Huening y taparse junto a él.
—Te amo, Hueningkai.
—Todavía no aprendo a amarte, pero supongo que será después.❝ ❞
Yeonjun caminaba hasta su pequeño casillero para ver su correspondencia. Al abrir la pequeña puerta encontró dos sobres cerrados y una hoja doblada en cuatro, tomó los tres para volver a cerrarlo, los sobres era un aviso sobre la renta y otro sobre un mueble reciente que había comprado, desdobló el papel color blanco.
Cuando leyó el primer renglón, su corazón se detuvo por un momento, sus ojos se abrieron casi como platos llenándose de lágrimas las cuales comenzaron salir, con su mano temblorosa, sacó su celular de su bolsillo para llamar al oficial.
—¿Si?
—T-tengo...u-una carta de Hueningkai.
—¿Qué? —dijo sorprendido.
—Me ha llegado una carta de Hueningkai!.
Fue hacia la estación de policía donde se encontraba aquel oficial. Camino por el pasillo hasta llegar a su oficina y dar dos golpes a la puerta para recibir un adelante, abrió la puerta para entrar y cerrarla detrás suya.
—¿Qué dice la carta? —pregunto sentado.
—Léala usted mismo.
Se la entregó para sentarse en la silla frente a su escritorio. De nuevo, sus ojos se cristalizaron, se recargo en la silla, apretó sus labios dejando que sus lágrimas salieran, su corazón dolía, estaba roto por lo que Hueningkai había escrito en esta, se feliz y olvídame, me duele saber que te preocupas por mi todos los días, ¿cómo no iba a hacerlo?, era su primer novio, el primer chico en entrar a su corazón.
—Vaya...¿enserio crees que él lo escribió?
—Si, es la letra de Huening y lo que dijo sobre mi...es cierto —dijo entre lágrimas.
—suspira—Bueno, dijo que está bien, que su secuestrador lo alimenta.
—Hay que seguir buscándolo, podía pedir las cámaras de seguridad del edificio donde vivo, tal vez sepa quien es.
—De acuerdo, veré que puedo hacer, puedes irte y me quedaré con la carta.
—Está bien —se paró—. Gracias oficial —dijo para finalmente irse.
Salió de la estación de policía para ir a clases, todavía tenía tiempo, pero no quería llegar tarde. Soobin, despertaba por el ruido de su celular, era su alarma para despertar, cuando abrió los ojos, se encontró con Huening delante de él, durmiendo cómodamente, en la camioneta
—¡Carajo!❝ ❞
Era demasiado tarde, no iba a ir a clases por ese día. Tenía que enfermarse a propósito para que no le dijeran nada, tal vez comer algo crudo haciendo que su estómago duela, o enfermarse de la garganta, que su cabeza duela. Al llegar a su casa, esperó a que la puerta del garaje se cerrará para salir de este, cargo a Huening para entrar a casa e ir al sótano.
—Sabes Soobin —lo dejó sobre el sofá—, estuve pensando que tal vez podrías conseguirme un refrigerador pequeño.
—¿Para qué?
—Porque a veces me da sed y me termino el agua del vaso, y no puedo rellenarlo con el agua del lavabo porque no alcanzo.
—Está bien, iré por uno, ¿qué bebidas quieres?
—Las que sea está bien.
—De acuerdo, vendré después —dijo mientras se iba—, aún así le pondré seguro a la puerta.
—De acuerdo, bye bye —dijo sonriente.
Pero cuando la puerta se cerró su sonrisa desapareció. Quería cepillar sus dientes para quitarse el horrible sabor de semen de Soobin, quería bañarse y limpiar mil veces cada parte en la que había pasado su lengua sobre su piel, pero no podía, tenía que resistir, resistir y soportar todo lo que le llegue a hacer, fingir que lo disfruta, que lo quiere, que ya quiere estar con el.
Horas después. Soobin se encontraba acomodando el pequeño refrigerador al lado del sofá frente al televisor para que Huening tuviera las bebidas a su alcance, quien jugaba videojuegos tranquilamente. El celular de Soobin sonó, era la aplicación de cámaras, extrañado, tomó su celular para ver que decía.
Se ha detectado movimiento en la cámara número 3.
La cual daba a la entrada de la casa. Toco la notificación, notando que su compañero, "amigo", Beomgyu se encontraba fuera de su casa tocando la puerta mientras decía su nombre, su corazón se detuvo por un momento.
—Huening tienes que quedarte en mi habitación.
—lo mira—¿Por qué?
—Porque sí.
Apago la consola para cargar a Huening e ir a su habitación, lo dejó sobre su cama, cerró la puerta para ir hacia la puerta principal, tomó la perilla para girarla y jalar la puerta, Beomgyu seguía ahí, cuando vio a Soobin formo una sonrisa con sus labios.
—Hola —dijo sonriente.
—Oh...hola.
—Vine a dejarte la tarea —entregándole una hoja.
—Oh...—la tomó— gracias.
—¿Por qué no fuiste a clases?
—Me dolía mucho la cabeza, sentía que iba a explotar.
—¿Ya fuiste al médico?
—Sip, ya me dio medicina.
—De acuerdo...—apretó sus labios— y...¿que hacías?
—Estaba descansando, el doctor dijo que debo dejar de escuchar música a volumen alto, al igual que los videojuegos.
—ríe ligeramente—Tal vez algún día podríamos jugar juntos.
—Si, tal vez.
—Bueno...ya me voy, recupérate —dijo sonriente para dar media vuelta e irse.
Cerró la puerta, soltando un gran suspiro, dejó la hoja sobre un mueble cerca de la puerta para subir e ir a su habitación. Entró a su habitación quitando el seguro para abrir la puerta, cuando lo hizo, Hueningkai no estaba en la cama.
—¿Hueningkai?...—lo nombró asustado, pensando que había ido detrás de él y Beomgyu lo vio.
—¡Waaa! —tomo uno de sus pies.
—¡Ahh!...¡carajo contigo! —comenzó a reírse.
—Lo siento —le dijo entre risas— ¿quién era?
—Beomgyu, me dejo la tarea.
—Oh...es muy amable, ¿no crees?
—Ajá, te llevaré otra vez al sótano para que juegues videojuegos mientras yo hago la tarea y me enfermo —lo cargó.
—¿Enfermarte?
—Si, para que me crean del porque falte a clases.
—Oh...tienes todo planeado.
—Cuando secuestran a alguien debes de tener todo planeado.
—Ya me di cuenta.
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Chocolate - SooKai
Fanfic-¿Porque...haces esto? -preguntó entre lágrimas. -Porque eres mi chocolate favorito. -Yo no soy un chocolate! -exclamó entre lágrimas. -Hueles como uno -tomó de su quijada pasando su cálida lengua por su cachete-. Y sabes cómo uno...-le murmuró al o...