For 365.

32.

El trauma les precedía y cada hermano sobrellevo el dolor a su manera. Uno se hundió en la soledad, los reproches y la reviviscencia...otro prefirió ignorarlo todo y flotar en una burbuja de vicios y autodestrucción; la estadía en aquella frágil cápsula lo llevo a crear con el tiempo un escudo que lo mantuvo alejado de la cruel realidad. Yoonjae se negaba a recordar ese evento traumático, y a evitar desencadenar sus terribles síntomas.

Sin embargo, el pobre ya los padecía sin poder percatarse de ello.

Ambos hermanos experimentaron este trastorno, siendo Yoongi quizás el único capaz de afrontar el trauma... porque no se escondió de el ni mucho menos le tuvo miedo.

Min Yoonjae no estaba seguro de lo que hacia, pero sí de lo que sentía. Cuando se vio en otra provincia, famélico y empapado por la fuerte tormenta, su convicción creció a tal punto de hacerlo inmune a cualquier peste. Cuando se vio golpeado en las costillas y tumbado en el suelo, sus motivos aumentaron tanto que no sintió dolor alguno. Cuándo pensó por quién lo hacia, simplemente tomó el objeto por el que había venido y ágilmente escapó.

Sabía que también sería condenado.

Pero eso era lo mínimo que merecía.

—¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué nos ayudaste?

Al escucharle Yoonjae dejó de forcejear con el zapato que no le entraba, y suspiró cansado.

—Le debía un favor a tu amiga.

Yoongi negó con su cabeza y se echó a reír sin gracia.

—¿Sabes cuántos años pasarás en prisión, idiota?

—Los suficientes para perderme de tu vista— se puso en pie— o, ¿es que acaso vas a extrañarme?

—Yoonjae-

—No estoy haciendo esto para hacerte sentir mal, eso es lo menos que busco ahora— tomó su abrigo— Yoongi entiendo tu enojo, tu ira, sé que fui un completo imbécil y esto que hago... es sólo un poco de lo que en realidad merezco.

El joven estudiante se cruzó de brazos, pero permaneció de pie impidiendo su camino.

—Te perdono.

Le dijo mientras le observaba los zapatos desatados. El mayor se detuvo en seco y soltó la manga de su abrigo.

—¿Q-qué?

En realidad el rencor que ahora sentía, no era más que orgullo.

—Quiero comenzar a vivir una nueva vida y para ello debo dejar atrás todo lo que aún me ata al trágico pasado. Pensé que entre esas cosas estabas tú, pero me equivoque.

Se despegó del marco de la puerta y caminó hacia su hermano.

—No fuiste tú, era lo que sentía por ti. Era todo el odio que acumule año tras año y la tristeza en la que me hundí debido a tus malos tratos. Fueron esos sentimientos de ruina los que aún dejé que persistieran.

El jovencito tomo un gran suspiro y prosiguió.

—Deje que mi orgullo se hiciese cargo porque sabía que estarías arrepentido algún día...y que vendrías a mí tal cómo ahora. Pasó tan rápido que simplemente me deje llevar, "se siente bien que te ruegue el que alguna vez te hizo daño" "Se siente bien verle sufrir, verle llorar"—Cerró sus ojos con fuerza— eso era lo que pensaba.

El mayor asintió con la cabeza, comprendiendo cada cosa que decía.

—Pero estoy vivo Yoonjae, y me costó entenderlo.