17.

397 65 80
                                    

¿Por quién se hubiesen dejado ver?

Cuando el alma estaba tan devastada que quería salir de ese cuerpo, cuando el mismo cuerpo maltratado ya no soportaba el dolor... cuando el dolor era tan profundo que de la misma magnitud quería cavar su propia tumba.

¿A quién le hubiesen mostrado esa fragilidad?

A quién. Si no a aquellos que sientiesen lo mismo.

A quién, si no a Sowoon.

A quién, si no a Yoongi.

—¿Entonces un amigo? ¿Fue algo así como... una meta?

Yoongi asintió.

—Yo...también tengo una, pero aún no estoy cerca de cumplirla.

—¿También tienes una...meta?

Preguntó con sus cejas arqueadas, un sí lo sorprendería aunque las similitudes fuesen usuales. Y era por eso mismo, como si el destino los hubiese dibujado con el mismo lápiz.

—Uhum— sonrió— Pero estoy esperando el momento adecuado, y cuando llegue te lo diré.

—¿Se tardará?

—¿Tienes prisa?

Yoongi aclaró su garganta.

—Un año puede irse en un abrir y cerrar de ojos, Sowoon.

—Un año tiene 365 días. 365 oportunidades para decírtelo...si es bisiesto entonces, 366.— se rió.

—365 oportunidades— Yoongi repitió cabizbajo— Supongo que también lo planeaste hacer en un año.

—Venia planeandolo hace tiempo— suspiró— Pero las situaciones se volvían incontrolables. Hay algo que quiero hacer y para ello necesito que todo esté bajo mi control.

—Ese algo...¿Cómo te hará sentir si lo cumples?

—Libre, viva, y feliz. — afirmó sin chistar, segura de lo que decía— Pero ¿tú? Ahora que cumpliste tu meta, ¿cómo te sientes, Yoongi?

Ahora que cumplió una meta que emergió de la nada, ¿cómo se sentía?

—Yo...no lo sé— confesó— realmente no lo sé.

Sowoon lo tomó del brazo.

—¿Quieres saberlo?

—¿Qué?

—¿Quieres saber cómo se siente?

De repente se encontró frente a un panorama que nunca antes había sentido. La persona frente a él lucía espléndida, a pesar de encontrarse en una parada iluminada solo por dos faroles. Desconoció lo que latía dentro de su pecho, esa misma sensación que lo arropó en casa de Sowoon, ¿era su corazón o el tambor de un baterista?

—Si tu pecho no pesa, no duele, no aprieta.— le dijo aquella muchacha que a sus ojos parecía irreal— Si tu mente está en blanco, sin preocupaciones, tranquila, en calma. Si te sientes cómodo, si no quieres huir ni esconderte, si sientes que es tu lugar entonces... lo sabrás.

Yoongi cerró sus ojos con fuerza y sacudió la cabeza, desprendiéndose del extraño sentimiento que lo arropó.

—¿Cómo sabes todo eso...si aún tu meta no se ha cumplido?

—Lo sé porque... así me siento contigo—murmuró.

—¿Eh?— Yoongi no alcanzó a oirle.

—Entonces...¿el sábado en la noche?

Aprovechó la oportunidad para cambiar de tema. Lo cierto era que el pelinegro le había entendido, pero tal cómo la noche anterior, no supo que responderle a esa intrépida jovencita.

For 365. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora