18.

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"Maestra Dong Hee, Soy Im Sowoon de la secundaria Jeongdae. Quiero...hablar con usted"

Encerrada en el baño le escribió aquel mensaje, antes de que sus dedos a propósito olvidaran lo que era escribir. Se tomó su tiempo y esperó por una eficaz respuesta, pero lo que obtuvo encerrada en ese cubículo fueron sus propias reprensiones.

¿Acaso nunca aprendía?

No pudo desahogarse como deseaba al tener compañía. Por lo que decidió gritar sin que oyeran su voz y lanzar puños al aire. Largos minutos pasaron y ya no encontró qué más hacer, así que salió de allí dirigiéndose al lavabo, abrió la llave del agua y metió su rostro en el grueso chorro que salía, se quedó unos segundos que sintió como horas y solo se despegó de allí al oír la campana de su recreo.

Aún con el celular en mano porque no quería perderse la respuesta, se dirigió al salón de clases en vez de ir al comedor. Se chocó con el maestro que recién salía y le ignoró, estaba pero al mismo tiempo no, así que cuál era la diferencia. Arrastró sus pies hasta su silla y echó su cuerpo en ella como si fuera un pesado costal de papas.

—Bo Gyeol se fue a casa, sin sus anteojos le es imposible estar atenta.

Yoongi tampoco se había inmutado ante la campana, y cuándo la vio entrar no cambió de idea.

—¿Si?...no sé si sentirme aliviada por eso.

Dijo cruzando sus brazos encima de su escritorio. Los segundos transcurrieron en silencio, no había mucho que pudieran decirse después de haber presenciado ese ataque.

—Quiero convencerme a mí misma de que... lo que hago está bien. — murmuró para sí—Pero estoy ajustandome a sus sucias intenciones sólo para detenerlo.

Yoongi le escuchó atentamente. Le gustaba hacerlo, le gustaba escuchar a Sowoon.

—¿Viste sus rostros, verdad? ¿Viste cómo fueron manipulados? ¿Cómo fue utilizado el temor para convencerlos? —renego ante el recuerdo—¿Crees... que estuvo bien lo que hice?

—No— respondió con firmeza— Porque estoy seguro de que no es lo que quieres.

—¿No? ¿Incluso... si lo estoy haciendo por ti?

Yoongi tosió en seco y se pegó fuertemente en el pecho para sacar la flema inexistente.

—N-no tienes que hacerlo por nadie...e incluso si quiero agradecerte por eso, no me sentiré a gusto, Sowoon. Sé cómo manejarme con Heeyoon...si es aquello lo que te preocupa.

—¡Pero quiero detenerlo!—insistió estampando su puño contra el escritorio— Esto no es normal, no es algo a lo que tienes porqué acostumbrarte.

—Solo hace falta un año.

—¿Y? ¿No te importa?— preguntó afligida— En un año él puede estar acabando con tu vida y, ¿ni siquiera te importa?

—Sowo-

—Pues a mí si me importa— levantó la barbilla— y ¿sabes por qué? Porque mereces vivir una buena vida como los demás.

El jovencito inclinó su cabeza a un lado, no encontró ninguna de esas palabras en su vocabulario.

—¿Merezco...vivir? ¿Acaso...no estoy viviendo ahora?

Sowoon negó con la cabeza.

—No, necesitas tu vida de vuelta para que quién la viva seas .

Yoongi enmudeció. No tenía nada, ni siquiera un pequeño argumento que pudiera contrarrestar a Sowoon. Parecía estar a un nivel más arriba, un nivel que a sus ojos parecía imposible de alcanzar porque no tenía lo que se requería.

For 365. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora