4.

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Tonto.

¿Por qué te moviste?

¿Por qué vacilaste?

¿Por qué tuviste miedo?

Quizás ese era el momento perfecto y te apartaste.

Quizás era la señal por la que estuviste esperando y te hiciste a un lado, sacudiéndote porque ardía.

La muerte arde, ¿no lo sabías?

La muerte duele, ¿no lo esperabas?

¿Qué? ¿Querías cerrar los ojos y más nunca despertar? ¿Querías tomarte un puñado de pastillas y dejar de respirar?

Tonto.

Te quedaste frío en el puente, contemplando el vasto océano y pensando cuanto tiempo te llevaría ahogarte.

Me emocione al verte en la orilla, tan cerca que pude escuchar tu cuerpo caer... Pero querido Yoongi, morir te asusta, ¿verdad?

—¡Basta!

Vociferó en medio de una gélida noche, tapándose los oídos con fuerza para dejar de escucharse. El sudor recorría su frente y los latidos de su corazón se aceleraron al punto de escucharlos retumbar en su cabeza. Se sentó en su cama, abrazando sus rodillas mientras observaba la solitaria luna testigo de sus ataques de pánico, que lo encasillaban junto a su eterno tormento; él mismo.

Si le hubiesen dicho que nacería para sufrir de esta manera, gustoso le hubiese devuelto ese privilegio a su deidad. Si en su destino estaba prescrito este calvario hubiese sido el primero en rechazar la oferta. De esa manera no estaría asustado, de esa manera le sería fácil elegir entre la vida y la muerte; porque solo habría de tener una opción.

3.

Sin padres, sin amigos, con un hermano ausente.

6.

Siendo acosado, humillado y golpeado cada minuto de su vida.

5.

Siendo evitado e ignorado por sus propios compañeros. Haciendo menos su dolor y convirtiéndolo en un ser insignificante.

Un año.

¿Le daría razones para seguir, o razones de sobra para dejar de dudar?

Por un momento agradeció que el vacío en su estomago le desprendiera de esa sombría habitación, pocas eran las veces en que el hambre lo hacia moverse de donde estaba para comer, y precisamente hoy había comprado un ramen en la tienda en que paso la mitad de su jornada escolar. Después de bañarse en agua helada sin desearlo, no dudó en retirarse y no volver a pisar el lugar por lo que restaba del día.

Gasolina. La próxima será gasolina en vez de agua.

Se grabó sus palabras, viéndolo de pie mientras las gotas caían de su húmeda ropa. Y hasta estuvo dispuesto a esperar que terminara con su juego, y de paso le hiciera un favor y acabara con su vida.

De todas maneras, eso era lo que estaba esperando.

Si no era capaz de apretar el gatillo.

Dejaría que alguien más lo hiciese por él.

Preparó el agua caliente mientras la veía hervir de pie, el vapor subía hacia su rostro tanto que quemaba. Cerró sus ojos con fuerza y se apartó cuando le fue insoportable. Tomó una servilleta y limpió su ahora, pegajosa piel, dando pequeños toques.

For 365. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora