—¡Ah... Jared! —gimió Lya mientras me movía dentro de ella con rapidez.
—Hazlo, nena —le dije besándola agitadamente. Ella gritó y se corrió junto a mi. La besé de nuevo y sonrió. Salí de ella y nos tumbamos en la cama.
—Olvidé ponerme el condón —le dije acariciando su cintura desnuda. Su brillo en los ojos se apagó y lo comprendí, —Me encantaría tener hijos contigo —confesé sentándome en la cama.
—Y-yo no quiero tener más hijos —dijo en un susurro sentándose igual que yo. Fruncí el ceño y la miré furioso.
— ¡¿Por qué no quieres tener hijos conmigo!?.- grité enfadado. Ella me miró asustada, y empezó a llorar, que falsa.
—¡No! No es eso, Jared, es...
— ¿Qué es? ¡Maldita sea, que más quieres, os cuido con mi propia vida! —añadí levantándome y vistiéndome.
— ¿Jared, dónde vas? —preguntó sollozando.
— ¡Eres como Daniela! ¡No te importa nada! —me fui dando un portazo y fui directo a casa de Elena.
Narra Lya
No, no y no.
Deseo y anhelo tener hijos con él pero... no puedo, simplemente la idea de sufrir por perder al bebé, me aterra.
Me levanté desnuda y llorando, y me metí a la ducha. Salí de la ducha más tranquila y decidí irme a comprar pasteles con Molly.
Me puse ropa interior blanca y elegí para ponerme unos jeans pitillo azules oscuros, una blusa ajustada blanca, y unos deportivos. Dejé mi cabello suelto y me perfumé.
Cogí un bolso negro y me lo colgué. Fui a la habitación de Molly y la vestí con unos jeans verdes, una blusa de manga larga blanca con un dibujo y unos converse blancos.
Le hice dos coletas en su cabello castaño y le eché perfume de bebé.
—Papi —dijo con un puchero.
—Papá ha ido a comprar una cosita —dije y me dolió mucho mentir a mi pequeña. Ella asintió y le cogí de la mano. Cogí las llaves y mi iPhone. Salimos de la casa y empezamos a caminar a la pastelería.
—Mami, mira —dijo Molly señalando un niño llorando. La miré y tenía un semblante preocupado.
—Está llorando el niño.
—Shi —dijo soltando mi mano y empezando a dar saltitos.
—Molly, cuidado, no te separes de mi y no te alejes —advertí mirándola, ella asintió y paró de saltar. Oí mi móvil sonar y lo cogí.
— ¿Si?
—Soy Megara, no cuelgues Lya, estoy de buenas.
—Habla.
—Quería invitaros a mi boda.
— ¿Te vas a casar? —pregunté extrañada.
—Conocí a un medico en el hospital que estuviste, y empezamos a salir. Él es increíble y llevamos un tiempo. Me pidió matrimonio y acepté.
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Lya Thompson
Romance- ¿Morirías por mi? Le dije en un acto de rebeldía. - ¿Morir? Es muy fácil, instantáneo. Viviría por ti, vivir es más complicado, es más nosotros.